Por Ricardo Reinoso
31 Octubre 2013
LILIAN MIRKIN. Foto de Hugo Heredia.
Una mujer abandonada por su amor habla con él por teléfono y expresa un torbellino de emociones dominadas por el dolor, la desesperación, la angustia. El monólogo de Jean Cocteau, célebre dramaturgo y cineasta francés, se convirtió en un clásico poco después de su estreno, hace 86 años. Fue interpretado por grandes actrices e inspiró a la creación una ópera con música de Francis Poulenc. A pesar de que es breve (dura unos 40 minutos), la obra conmueve por su intensidad dramática.
El desafío actoral estriba en la capacidad de transmitir ese cúmulo de pasiones, extremas y por momentos contradictorias, sin caer en arrebatos ni excesos. En la puesta dirigida por Jorge de Lassaletta, en El Arbol de Galeano, la interpretación de Lilian Mirkin alcanza un nivel de excelencia. Tanto el trabajo gestual y corporal de la actriz, como su dominio de los tonos vocales, son el fruto de una labor muy profesional que le permite salir airosa de semejante desafío.
Cuando la puesta resulta tan impecable, como en este caso, consigue instalar en el espectador -además de la carga emotiva- una necesidad de reflexión sobre las cuestiones centrales que presenta. Fruto de la poética de un artista apasionado, el monólogo refleja con gran realismo el tormento del abandono. Algo que podría calificarse como el infierno tan temido. Y esa mujer que ha perdido el sentido de su vida a causa del alejamiento de su pareja, se identifica con personajes de la tragedia clásica o del drama romántico. Pero los vaivenes de su conciencia suenan demasiado familiares como para no reconocerlos en nuestro entorno. Cobran entonces mayor fuerza los planteos de tipo psicologista, como por ejemplo el conflicto entre la pasión irrefrenable y la razón, pero también a la luz de otros factores como la autoestima, los objetivos de vida, o la autosuficiencia. Valores que han ido cobrando fuerza a lo largo de estos 86 años en nuestra cultura.
Respecto de la historia de la obra y de su autor, que la escribió para ser interpretada por su gran amiga Edith Piaf, recomiendo leer la interesante reseña de Horacio Otheguy Riveira en la revista de internet Culturamas, en el siguiente link: http://www.culturamas.es/blog/2013/09/16/un-monologo-que-cumple-86-anos-la-voz-humana-de-cocteau/
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