22 Octubre 2013
BUENOS AIRES.- La primera audiencia de testigos en el juicio que le inició Cecilia Pando a la revista "Barcelona" se realiza desde esta mañana, en el Juzgado Civil 108, en la Ciudad de Buenos Aires.
Pando, esposa del militar retirado Pedro Rafael Mercado y presidenta del grupo político AFyAPPA (Asociación de Familiares y Amigos de Presos Políticos de la Argentina), que defiende a los acusados por crímenes de lesa humanidad y la represión ilegal durante la dictadura, asegura que la publicación, una contratapa satírica de 2010, le produjo una lesión a su honra de forma "pública y manifiesta". La revista centra su defensa en la libertad de expresión y en la militancia de Pando a favor de los genocidas.
Durante toda la mañana, el tema fue uno de los más comentados en Twitter, con la etiqueta #TodosSomosBarcelona.
Los primeros citados a declarar son Ingrid Beck, directora de la revista, y Mariano Lucano, codirector. También declaran Pando y María Inés Lamolla de Plá.
La contratapa de la polémica, con el título “Las chicas quieren guerra antisubversiva”, corresponde a la edición 193 de "Barcelona". El fotomontaje muestra a Pando, atada al estilo bondage, una práctica sexual sadomasoquista. “Ceci Pando se encadena para vos”, anotaba también la publicación.
Los días previos a la salida de ese número, Pando se había encadenado al Edificio Libertador para reclamar por la detención de militares procesados o juzgados por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico militar.
Según publicó el portal Infojus, Pando sostiene que la imagen deben analizarse en el contexto de sus costumbres y las de su entorno familiar. Agrega que la contratapa debe valorarse atendiendo a que es una imagen “pornográfica” que va en contra de su estilo de vida. En una parte de la demanda, Pando llega a sostener que la Barcelona la asoció con prácticas propias de las “mujeres de la calle”.
Por su parte, "Barcelona" sostiene que la contratapa de esa edición no tenía como propósito dañar el honor de Pando sino abordar un tema público a través de recursos humorísticos. La respuesta de la revista a la demanda sitúa el caso en la cuestión de fondo: la libertad de expresión protege a la parodia y la sátira.
Pando, esposa del militar retirado Pedro Rafael Mercado y presidenta del grupo político AFyAPPA (Asociación de Familiares y Amigos de Presos Políticos de la Argentina), que defiende a los acusados por crímenes de lesa humanidad y la represión ilegal durante la dictadura, asegura que la publicación, una contratapa satírica de 2010, le produjo una lesión a su honra de forma "pública y manifiesta". La revista centra su defensa en la libertad de expresión y en la militancia de Pando a favor de los genocidas.
Durante toda la mañana, el tema fue uno de los más comentados en Twitter, con la etiqueta #TodosSomosBarcelona.
Los primeros citados a declarar son Ingrid Beck, directora de la revista, y Mariano Lucano, codirector. También declaran Pando y María Inés Lamolla de Plá.
La contratapa de la polémica, con el título “Las chicas quieren guerra antisubversiva”, corresponde a la edición 193 de "Barcelona". El fotomontaje muestra a Pando, atada al estilo bondage, una práctica sexual sadomasoquista. “Ceci Pando se encadena para vos”, anotaba también la publicación.
Los días previos a la salida de ese número, Pando se había encadenado al Edificio Libertador para reclamar por la detención de militares procesados o juzgados por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico militar.
Según publicó el portal Infojus, Pando sostiene que la imagen deben analizarse en el contexto de sus costumbres y las de su entorno familiar. Agrega que la contratapa debe valorarse atendiendo a que es una imagen “pornográfica” que va en contra de su estilo de vida. En una parte de la demanda, Pando llega a sostener que la Barcelona la asoció con prácticas propias de las “mujeres de la calle”.
Por su parte, "Barcelona" sostiene que la contratapa de esa edición no tenía como propósito dañar el honor de Pando sino abordar un tema público a través de recursos humorísticos. La respuesta de la revista a la demanda sitúa el caso en la cuestión de fondo: la libertad de expresión protege a la parodia y la sátira.
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