Por Marcelo Aguaysol
29 Septiembre 2013
REUTERS (ARCHIVO)
Si se toma en cuenta los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el salario privado de un empleado tucumano equivale a tres canastas básicas totales mensuales (calculadas en $ 1.708, según datos de agosto). Ahora si se toma en cuenta la que miden los privados, como el caso del Índice Barrial de Precios (elaborado por Cippes, Isepciy el Movimiento Barrios de Pie), la remuneración de bolsillo del distrito apenas puede traspasar la barrera de ingresos necesarios para no ser considerado pobre ($ 4.300).
De una u otra forma, los salarios netos de los tucumanos (calculados en $ 5.490 mensuales) siguen siendo uno de los más bajos de la Argentina. Está en la penúltima posición de acuerdo con los datos del Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones, difundidos por el Indec. Aún más, es un tercio de lo que gana un santacruceño o la mitad de la remuneración que percibe un trabajador radicado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Sólo supera al sueldo de un santiagueño que, en promedio, ganaba $ 5.302 al cierre del segundo trimestre del año. Los datos corresponden al informe sobre la Evolución sobre la Distribución Funcional del Ingreso. En el último año, el salario privado tucumano creció un 26%. Así, el empleado cobra $ 1.142 más que en el segundo trimestre de 2012, de acuerdo con los datos oficiales. Las últimas paritarias cerraron dentro de ese porcentaje. Sin embargo, la inflación real terminaron "comiéndose" los incrementos salariales alcanzados en el último trienio, con tasas anuales superiores al 20%. Aún más, pese a que no están cerca del promedio de sueldo bruto (estimado en $ 6.407 mensuales), miles de tucumanos fueron alcanzados por el impuesto a las Ganancias, otro cepo al goce de los aumentos salariales.
Ahora bien, ¿por qué el salario de los tucumanos siempre se ubica entre los más bajos del país, aún cuando el distrito es considerado el eje del movimiento económico del NOA? La respuesta es multicausal, al decir de Daniel Abad, director del Centro de Estudios Económicos y Sociales del NOA (Cesnoa). Pero, pueden resumirse en tres factores:
-La elevada incidencia de la economía informal a la hora de definir salarios.
-El peso del Estado como uno de los principales empleadores de la provincia.
-La histórica estructura productiva de la jurisdicción.
"Si tomamos en cuenta el peso de cada sector en el Producto Bruto Geográfico, lo primero que salta a la vista es que el Estado es el principal tomador de mano de obra y, por ende, el sector privado suele tomar como referencia el salario público para definir los propios", señala Abad a LA GACETA. A ello, según el consultor, debe tomarse en cuenta el peso de dos actividades primarias con fuerte incidencia en el mercado laboral: la azucarera y la citrícola. "Esto lleva a que, estructuralmente, el salario sea más bajo que en otros distritos centrales, como el caso de Mendoza, Córdoba o Santa Fe, donde generalmente se concentran las principales industrias y sus economías están más diversificadas", acota.
El tercer factor, según Abad, es la economía informal. En la última medición, se registró que el 45,9% de sus asalariados que residen en el Gran Tucumán-Tafì Viejo no están registrados por sus empleados. Son alrededor de 120.000 personas. "Esto también te tira el salario para abajo y lleva a que la distribución del ingreso no sea tan equitativa", completa.
El segundo trimestre de cada año es el de la reactivación de las principales industrias tucumanas. De acuerdo con los datos del Indec, en la provincia hay 171.488 trabajadores del sector privado. Y el incremento interanual en la generación de empleo es apenas perceptible: 208 puestos más que hace un año. La fuerza laboral privada del distrito equivale al 2,7% del total de empleados privados de la Argentina (6,3 millones de casos), que también muestra una suerte de estancamiento respecto del año anterior.
¿De qué depende el salario individual del trabajador? Víctor Elías, doctor en Economía, afirma que el promedio depende del nivel educativo, de la experiencia o grado de entrenamiento y del capital físico/maquinaria que se destine por trabajador. "Y esto es claro; una cosa es tener capacidad para producir y otra tener el capital para hacer producir. Allí radica la diferencia salarial", agrega. Otro factor a tener en cuenta a la hora de definir la política salarial en las provincias es la tecnología. "Hay demasiadas diferencias por categoría laboral", indica.
En suma, el doctor en Economía considera que, a la luz de los datos difundidos por el Indec, la ubicación de Tucumán entre los salarios promedios más bajos del país puede responder al factor capital/persona. "Cuando hay mucho capital por persona, la productividad de las empresas es mucho más fuerte y, en consecuencia, la persona gana mucho más", afirma.
De una u otra forma, los salarios netos de los tucumanos (calculados en $ 5.490 mensuales) siguen siendo uno de los más bajos de la Argentina. Está en la penúltima posición de acuerdo con los datos del Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones, difundidos por el Indec. Aún más, es un tercio de lo que gana un santacruceño o la mitad de la remuneración que percibe un trabajador radicado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Sólo supera al sueldo de un santiagueño que, en promedio, ganaba $ 5.302 al cierre del segundo trimestre del año. Los datos corresponden al informe sobre la Evolución sobre la Distribución Funcional del Ingreso. En el último año, el salario privado tucumano creció un 26%. Así, el empleado cobra $ 1.142 más que en el segundo trimestre de 2012, de acuerdo con los datos oficiales. Las últimas paritarias cerraron dentro de ese porcentaje. Sin embargo, la inflación real terminaron "comiéndose" los incrementos salariales alcanzados en el último trienio, con tasas anuales superiores al 20%. Aún más, pese a que no están cerca del promedio de sueldo bruto (estimado en $ 6.407 mensuales), miles de tucumanos fueron alcanzados por el impuesto a las Ganancias, otro cepo al goce de los aumentos salariales.
Ahora bien, ¿por qué el salario de los tucumanos siempre se ubica entre los más bajos del país, aún cuando el distrito es considerado el eje del movimiento económico del NOA? La respuesta es multicausal, al decir de Daniel Abad, director del Centro de Estudios Económicos y Sociales del NOA (Cesnoa). Pero, pueden resumirse en tres factores:
-La elevada incidencia de la economía informal a la hora de definir salarios.
-El peso del Estado como uno de los principales empleadores de la provincia.
-La histórica estructura productiva de la jurisdicción.
"Si tomamos en cuenta el peso de cada sector en el Producto Bruto Geográfico, lo primero que salta a la vista es que el Estado es el principal tomador de mano de obra y, por ende, el sector privado suele tomar como referencia el salario público para definir los propios", señala Abad a LA GACETA. A ello, según el consultor, debe tomarse en cuenta el peso de dos actividades primarias con fuerte incidencia en el mercado laboral: la azucarera y la citrícola. "Esto lleva a que, estructuralmente, el salario sea más bajo que en otros distritos centrales, como el caso de Mendoza, Córdoba o Santa Fe, donde generalmente se concentran las principales industrias y sus economías están más diversificadas", acota.
El tercer factor, según Abad, es la economía informal. En la última medición, se registró que el 45,9% de sus asalariados que residen en el Gran Tucumán-Tafì Viejo no están registrados por sus empleados. Son alrededor de 120.000 personas. "Esto también te tira el salario para abajo y lleva a que la distribución del ingreso no sea tan equitativa", completa.
El segundo trimestre de cada año es el de la reactivación de las principales industrias tucumanas. De acuerdo con los datos del Indec, en la provincia hay 171.488 trabajadores del sector privado. Y el incremento interanual en la generación de empleo es apenas perceptible: 208 puestos más que hace un año. La fuerza laboral privada del distrito equivale al 2,7% del total de empleados privados de la Argentina (6,3 millones de casos), que también muestra una suerte de estancamiento respecto del año anterior.
¿De qué depende el salario individual del trabajador? Víctor Elías, doctor en Economía, afirma que el promedio depende del nivel educativo, de la experiencia o grado de entrenamiento y del capital físico/maquinaria que se destine por trabajador. "Y esto es claro; una cosa es tener capacidad para producir y otra tener el capital para hacer producir. Allí radica la diferencia salarial", agrega. Otro factor a tener en cuenta a la hora de definir la política salarial en las provincias es la tecnología. "Hay demasiadas diferencias por categoría laboral", indica.
En suma, el doctor en Economía considera que, a la luz de los datos difundidos por el Indec, la ubicación de Tucumán entre los salarios promedios más bajos del país puede responder al factor capital/persona. "Cuando hay mucho capital por persona, la productividad de las empresas es mucho más fuerte y, en consecuencia, la persona gana mucho más", afirma.