26 Octubre 2003
Dos culturas entraron en colisión con la llegada de los españoles a América. Y a pesar de que el mundo europeo prevaleció sobre el indígena, ambos lograron sintetizar una nueva cultura, en la cual la devoción mariana de la Virgen de Guadalupe tuvo un papel preponderante.
Esa es la tesis que plantea el padre José Luis Guerrero Rosado, sacerdote de la Arquidiócesis de México y profesor de la Universidad Pontificia de ese país, quien dio una conferencia anoche en la Unsta sobre "Santa María de Guadalupe, una imagen evangelizadora".
Monseñor Guerrero Rosado es licenciado en Teología y en derechos Civil y Canónico; miembro de la Comisión Histórica del Acontecimiento Guadalupano, formada por la Congregación para la Causa de los Santos; director del Instituto de Estudios Teológicos e Históricos Guadalupanos y vicepostulador de la causa de canonización de San Juan Diego, primer aborigen santo en América.
"La imagen de la Virgen de Guadalupe representa para el indio el sentimiento materno, y en ella se unen símbolos comunes con la cultura del español", explica el presbítero. "Se trata de una imagen mestiza, con una vestimenta que para el indio es la de una emperatriz. Lleva las manos juntas rezando, pero a la vez tiene la pierna izquierda levantada, en una postura como de danza, que para los indios es la mayor forma de oración", explica Guerrero Rosado.
Muy ligada al culto de la Virgen de Guadalupe está la figura de San Juan Diego, canonizado en julio de 2002 por el papa Juan Pablo II.
Juan Diego es el primer aborigen americano que fue declarado santo. Ante él se manifestó Nuestra Señora de Guadalupe, y él podría ser el ángel que aparece debajo de la Virgen en la imagen, sirviendo como su raíz en América, explicó el presbítero, quien llegó a Tucumán como parte de una visita a provincias de todo el NOA.
Esa es la tesis que plantea el padre José Luis Guerrero Rosado, sacerdote de la Arquidiócesis de México y profesor de la Universidad Pontificia de ese país, quien dio una conferencia anoche en la Unsta sobre "Santa María de Guadalupe, una imagen evangelizadora".
Monseñor Guerrero Rosado es licenciado en Teología y en derechos Civil y Canónico; miembro de la Comisión Histórica del Acontecimiento Guadalupano, formada por la Congregación para la Causa de los Santos; director del Instituto de Estudios Teológicos e Históricos Guadalupanos y vicepostulador de la causa de canonización de San Juan Diego, primer aborigen santo en América.
"La imagen de la Virgen de Guadalupe representa para el indio el sentimiento materno, y en ella se unen símbolos comunes con la cultura del español", explica el presbítero. "Se trata de una imagen mestiza, con una vestimenta que para el indio es la de una emperatriz. Lleva las manos juntas rezando, pero a la vez tiene la pierna izquierda levantada, en una postura como de danza, que para los indios es la mayor forma de oración", explica Guerrero Rosado.
Muy ligada al culto de la Virgen de Guadalupe está la figura de San Juan Diego, canonizado en julio de 2002 por el papa Juan Pablo II.
Juan Diego es el primer aborigen americano que fue declarado santo. Ante él se manifestó Nuestra Señora de Guadalupe, y él podría ser el ángel que aparece debajo de la Virgen en la imagen, sirviendo como su raíz en América, explicó el presbítero, quien llegó a Tucumán como parte de una visita a provincias de todo el NOA.