17 Abril 2013
Después de 28 años de matrimonio con los mayores, el EPAM cuenta con casa propia
El ex complejo Sarmiento, en manos de la UNT desde 2011, está siendo refaccionado para albergar al Programa de Educación Permanente de Adultos Mayores. La inauguración sería el lunes. Habrá un sector exclusivo del EPAM y un espacio común compartido para otras actividades universitarias.
HISTÓRICO. La UNT salvó al edificio de las ruinas, con el objetivo de mantener su espíritu arquitectónico.
"Dos cosas le puedo decir: por un lado, que el lugar está bueno -y lo estará más cuando lo terminen-, así que vamos a acomodarnos sin problema. Y segundo que, por fin, después de 28 años, el EPAM tiene su casa propia, un lugar del que ya nadie nos podrá correr. Bueno... al menos eso es lo que pensamos".
La directora del Programa de Educación Permanente para Adultos Mayores (EPAM), María Luisa Virla, dice que están acostumbrados a las mudanzas. Que por tercera vez debieron levantar pupitres, tizas y pizarrones e instalarse en una casa nueva. Y que, como siempre ocurre, es necesario algún tiempo para acostumbrarse. Sin embargo, está segura de que el cambio será positivo, principalmente porque se respira la tranquilidad de contar con la casa propia.
Un importante grupo de obreros trabaja a toda máquina para llegar a la fecha inaugural con las instalaciones aptas para comenzar las clases. El tiempo es tirano y el reloj galopa rumbo a la meta: el lunes es el día que señalaron las autoridades para cortar la cinta y abrir las puertas. Algunos integrantes de la comunidad educativa del EPAM no confían en que eso sea posible, ya que son varios los detalles que aún restan pulir. Pero el responsable de la obra, el arquitecto Carlos Prieto, desafía los malos augurios: él afirma que el lunes se podrán inaugurar las instalaciones en el ex complejo Sarmiento, en manos de la UNT desde 2011, y comenzar las clases con las refacciones más gruesas concluidas.
Sectores comunes
La vieja usina será, entonces, la primera casa propia del Programa que concentra casi 1.000 alumnos de la tercera edad en múltiples y diversos talleres. El inmenso salón central del edificio será conservado tal cual está (no se harán divisiones) y las aulas y talleres quedarán distribuidos en dos plantas. Son las habitaciones de diferentes tamaños que originalmente estaban destinadas a oficinas.
"La idea es que el complejo, principalmente la parte central, se convierta en un salón multiuso, que pueda ser utilizado por los mismos alumnos del EPAM para hacer lo que quieran, como gimnasia o muestras plásticas, pero también por otros alumnos de la UNT que deseen hacer exposiciones u otras actividades. El primer y el segundo piso serán exclusivamente del EPAM, pero el resto de los grandes espacios van a ser de toda la UNT", distinguió Prieto.
Comparándo con el edificio que dejaron los alumnos, el de Rivadavia al 400, Prieto remarca que este es más cómodo y seguro. "En superficie de uso hablamos de cifras muy similares: 865 m2 en la Rivadavia contra 860 aquí. La gran diferencia es que en la locación anterior, muchos de esos metros eran ocupados por pasillos y otros sectores sin uso. Acá son 860 m2 limpios, lo que permitirá, eventualmente y a criterio de los directivos, ampliar la matrícula y la oferta de talleres", estimó Prieto, director de Planeamiento de la UNT.
Planilla "en llamas"
Por supuesto que no todo el mundo celebra el cambio y el acceso a la casa propia. Hace una semana, un grupo de alumnos del EPAM expresó en el microcentro el descontento que les produce el traslado. Alrededor de 30 adultos mayores se reunieron en San Martín 965, frente a un inmueble que, según ellos, le pertenece a la UNT; allí es donde desean que se dicten las clases.
"La accesibilidad en el complejo Sarmiento no es buena: la avenida es peligrosísima, las veredas del puente que cruza sobre las vías son muy angostas y la zona es muy insegura. Hay personas con problemas de salud que no pueden trasladarse hasta ese lugar", señaló en ese momento Marta Dip, vocera de la asamblea permanente de alumnos del EPAM.
Según Prieto, la vieja usina no fue la primera carta que barajó la UNT para el traslado. Antes de decidirlo se estudiaron varias otras casas (no especificó cuántas), para planificar el cambio. "Hicimos los cómputos métricos y los presupuestos de lo que nos costaría dejar en condiciones todos esos inmuebles. Ninguno daba para hacer el EPAM, porque había que hacerlos de nuevo prácticamente. El último lugar que vimos fue en la avenida Aconquija al 3.000, una casa ideal, pero los alumnos se opusieron porque veían que era demasiado lejos. En el ex complejo Sarmiento, que además le pertenecer a la UNT, estamos a 12 cuadras de la plaza Independencia. No es imposible llegar", consignó.
A pesar del descontento de algunos alumnos, las cifras de inscriptos demuestran otra realidad: a esta altura hay 700 anotados y los principales talleres ya alcanzaron el cupo máximo. Además, según comprobó el personal encargado de la inscripción, este año serán alumnos del EPAM al menos 100 vecinos de la zona.
El acceso al complejo es el centro de las críticas
El acceso a la nueva sede del EPAM, en avenida Sarmiento al 1.200, sobre el puente vehicular, concentra las críticas de quienes se oponen al traslado. El ingreso y la salida del predio, principalmente vehicular, es un tema que no está del todo resuelto, ya que en ese tramo del puente no hay semáforos, ni reductores de velocidad, ni cartelería indicadora. Quienes lleguen en vehículos particulares en dirección este-oeste no tendrán mayores problemas para entrar, aunque deberán hacerlo con extrema precaución. En tanto, quienes lo hagan en dirección oeste-este deberán continuar hasta la calle Catamarca, girar a la derecha y después tomar Santa Fe hasta Junín, para salir nuevamente a la Sarmiento. El arquitecto Carlos Prieto explicó que en un futuro no muy lejano el acceso vehicular principal será por calle Marco Avellaneda. El predio ya cuenta con estacionamiento para 200 vehículos.
La directora del Programa de Educación Permanente para Adultos Mayores (EPAM), María Luisa Virla, dice que están acostumbrados a las mudanzas. Que por tercera vez debieron levantar pupitres, tizas y pizarrones e instalarse en una casa nueva. Y que, como siempre ocurre, es necesario algún tiempo para acostumbrarse. Sin embargo, está segura de que el cambio será positivo, principalmente porque se respira la tranquilidad de contar con la casa propia.
Un importante grupo de obreros trabaja a toda máquina para llegar a la fecha inaugural con las instalaciones aptas para comenzar las clases. El tiempo es tirano y el reloj galopa rumbo a la meta: el lunes es el día que señalaron las autoridades para cortar la cinta y abrir las puertas. Algunos integrantes de la comunidad educativa del EPAM no confían en que eso sea posible, ya que son varios los detalles que aún restan pulir. Pero el responsable de la obra, el arquitecto Carlos Prieto, desafía los malos augurios: él afirma que el lunes se podrán inaugurar las instalaciones en el ex complejo Sarmiento, en manos de la UNT desde 2011, y comenzar las clases con las refacciones más gruesas concluidas.
Sectores comunes
La vieja usina será, entonces, la primera casa propia del Programa que concentra casi 1.000 alumnos de la tercera edad en múltiples y diversos talleres. El inmenso salón central del edificio será conservado tal cual está (no se harán divisiones) y las aulas y talleres quedarán distribuidos en dos plantas. Son las habitaciones de diferentes tamaños que originalmente estaban destinadas a oficinas.
"La idea es que el complejo, principalmente la parte central, se convierta en un salón multiuso, que pueda ser utilizado por los mismos alumnos del EPAM para hacer lo que quieran, como gimnasia o muestras plásticas, pero también por otros alumnos de la UNT que deseen hacer exposiciones u otras actividades. El primer y el segundo piso serán exclusivamente del EPAM, pero el resto de los grandes espacios van a ser de toda la UNT", distinguió Prieto.
Comparándo con el edificio que dejaron los alumnos, el de Rivadavia al 400, Prieto remarca que este es más cómodo y seguro. "En superficie de uso hablamos de cifras muy similares: 865 m2 en la Rivadavia contra 860 aquí. La gran diferencia es que en la locación anterior, muchos de esos metros eran ocupados por pasillos y otros sectores sin uso. Acá son 860 m2 limpios, lo que permitirá, eventualmente y a criterio de los directivos, ampliar la matrícula y la oferta de talleres", estimó Prieto, director de Planeamiento de la UNT.
Planilla "en llamas"
Por supuesto que no todo el mundo celebra el cambio y el acceso a la casa propia. Hace una semana, un grupo de alumnos del EPAM expresó en el microcentro el descontento que les produce el traslado. Alrededor de 30 adultos mayores se reunieron en San Martín 965, frente a un inmueble que, según ellos, le pertenece a la UNT; allí es donde desean que se dicten las clases.
"La accesibilidad en el complejo Sarmiento no es buena: la avenida es peligrosísima, las veredas del puente que cruza sobre las vías son muy angostas y la zona es muy insegura. Hay personas con problemas de salud que no pueden trasladarse hasta ese lugar", señaló en ese momento Marta Dip, vocera de la asamblea permanente de alumnos del EPAM.
Según Prieto, la vieja usina no fue la primera carta que barajó la UNT para el traslado. Antes de decidirlo se estudiaron varias otras casas (no especificó cuántas), para planificar el cambio. "Hicimos los cómputos métricos y los presupuestos de lo que nos costaría dejar en condiciones todos esos inmuebles. Ninguno daba para hacer el EPAM, porque había que hacerlos de nuevo prácticamente. El último lugar que vimos fue en la avenida Aconquija al 3.000, una casa ideal, pero los alumnos se opusieron porque veían que era demasiado lejos. En el ex complejo Sarmiento, que además le pertenecer a la UNT, estamos a 12 cuadras de la plaza Independencia. No es imposible llegar", consignó.
A pesar del descontento de algunos alumnos, las cifras de inscriptos demuestran otra realidad: a esta altura hay 700 anotados y los principales talleres ya alcanzaron el cupo máximo. Además, según comprobó el personal encargado de la inscripción, este año serán alumnos del EPAM al menos 100 vecinos de la zona.
El acceso al complejo es el centro de las críticas
El acceso a la nueva sede del EPAM, en avenida Sarmiento al 1.200, sobre el puente vehicular, concentra las críticas de quienes se oponen al traslado. El ingreso y la salida del predio, principalmente vehicular, es un tema que no está del todo resuelto, ya que en ese tramo del puente no hay semáforos, ni reductores de velocidad, ni cartelería indicadora. Quienes lleguen en vehículos particulares en dirección este-oeste no tendrán mayores problemas para entrar, aunque deberán hacerlo con extrema precaución. En tanto, quienes lo hagan en dirección oeste-este deberán continuar hasta la calle Catamarca, girar a la derecha y después tomar Santa Fe hasta Junín, para salir nuevamente a la Sarmiento. El arquitecto Carlos Prieto explicó que en un futuro no muy lejano el acceso vehicular principal será por calle Marco Avellaneda. El predio ya cuenta con estacionamiento para 200 vehículos.