03 Abril 2013
LOS COMIENZOS. En esta modesta construcción de chapas, donadas por una empresa constructora, se ofician misas una vez a la semana.
La primera misa se celebró en la vereda de la casa de un vecino. Era el 4 de enero de 2009. El padre Carlos Sánchez se enjugaba la frente. ¿A quién le importaba el calor con la alegría que tenían en el naciente barrio Lomas de Tafí? El fervor de los fieles hizo que las misas se fueran multiplicando en distintas casas, en los patios de las escuelas cercanas y al aire libre, en un predio entonces pelado destinado a la parroquia. Hasta que hace cinco meses la "semilla" germinó y se levantó, modesto, pero firme, el templo de Nuestra Señora de Guadalupe.
Relumbra desde lejos por el reflejo del sol en las chapas. ¿Un precario depósito? No, un gran obrador que oficia de parroquia en la esquina de avenida Jaldo y Siria, Tafí Viejo.
Los sábados, los fieles desbordan completamente el humilde galpón. Cada uno hizo su aporte: sillas de plástico, una mesa de fórmica que sirve de altar, bancos escolares, floreros, manteles... Sobre la pared de chapa se extiende un tríptico con las figuras de la Virgen y los ángeles. Hay una imagen pequeña de la Virgen de Guadalupe sobre una mesa de patas altas, cubierta con un mantel verde. El piso de tierra tiene algunas ondulaciones y aún conserva el pasto, ya amarillo. Sólo el altar se asienta sobre una carpeta de cemento.
A pesar de la humildad del incipiente templo, más de 100 chicos del barrio asisten todos los sábados a la Catequesis. "El 12 de diciembre festejamos nuestra primera fiesta patronal. Fue muy emocionante. El arzobispo monseñor Alfredo Zecca ofició la misa y hubo desfile de gauchos. Concluyó con festival folclórico", cuenta con inocultable orgullo el catequista Sergio Vece.
Curiosamente, antes de la parroquia se construyó la capilla. Es la de la Divina Misericordia, del barrio Mutualidad Policial. Allí se ofician misas todos los domingos y concurrían los fieles que ahora van a la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe.
"La zona de influencia de la nueva parroquia es muy grande, incluye los barrios Los Pocitos, Las Flores y Lomas de Tafí, sólo esta última tiene 5.000 viviendas y 4.000 ya están ocupadas", explica el laico Guillermo Borda, de la comisión de Consejo Económico Parroquial.
El padre Daniel Clerici es el párroco de Nuestra Señora de Guadalupe; por ahora vive en la capilla de la Divina Misericordia. "Él es el que se mueve para conseguir fondos para la parroquia. Ya tenemos los planos que fueron donados y nos faltan los materiales y la mano de obra. Va a ser un templo grande para albergar a la gran cantidad de fieles del sector. Tendrá un estilo acorde al entorno moderno y natural de los barrios que lo rodean", anticipa Borda, quien comparte con su mujer, María Josefina Augier, el voluntariado.
Pioneros y felices
La iglesia pobre y barrial, como la que sueña el papa Francisco, está en el barrio Lomas de Tafí. Vece y Borda están muy entusiasmados. "Para nosotros es muy importante tener la oportunidad de hacer algo para la salvación de las almas. Es para nosotros una enorme responsabilidad tratar de que la Iglesia tenga presencia en nuestro barrio", dicen los laicos. Algo que enorgullece a Borda es que en su casa se ofició una de las primeras misas. "Ese día concurrieron 15 personas", cuenta con una sonrisa.
Todavía no comenzaron las obras de construcción, pero ya se está armando un listado de posibles benefactores. Les hará falta desde lo más pequeño hasta lo más grande, porque el templo comienza desde cero. Los que deseen colaborar con la comisión que se está organizando pueden llamar a los teléfonos (0381) 156-630800 o 156-630900. Todos pueden sentirse pioneros de una gran iglesia.
Relumbra desde lejos por el reflejo del sol en las chapas. ¿Un precario depósito? No, un gran obrador que oficia de parroquia en la esquina de avenida Jaldo y Siria, Tafí Viejo.
Los sábados, los fieles desbordan completamente el humilde galpón. Cada uno hizo su aporte: sillas de plástico, una mesa de fórmica que sirve de altar, bancos escolares, floreros, manteles... Sobre la pared de chapa se extiende un tríptico con las figuras de la Virgen y los ángeles. Hay una imagen pequeña de la Virgen de Guadalupe sobre una mesa de patas altas, cubierta con un mantel verde. El piso de tierra tiene algunas ondulaciones y aún conserva el pasto, ya amarillo. Sólo el altar se asienta sobre una carpeta de cemento.
A pesar de la humildad del incipiente templo, más de 100 chicos del barrio asisten todos los sábados a la Catequesis. "El 12 de diciembre festejamos nuestra primera fiesta patronal. Fue muy emocionante. El arzobispo monseñor Alfredo Zecca ofició la misa y hubo desfile de gauchos. Concluyó con festival folclórico", cuenta con inocultable orgullo el catequista Sergio Vece.
Curiosamente, antes de la parroquia se construyó la capilla. Es la de la Divina Misericordia, del barrio Mutualidad Policial. Allí se ofician misas todos los domingos y concurrían los fieles que ahora van a la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe.
"La zona de influencia de la nueva parroquia es muy grande, incluye los barrios Los Pocitos, Las Flores y Lomas de Tafí, sólo esta última tiene 5.000 viviendas y 4.000 ya están ocupadas", explica el laico Guillermo Borda, de la comisión de Consejo Económico Parroquial.
El padre Daniel Clerici es el párroco de Nuestra Señora de Guadalupe; por ahora vive en la capilla de la Divina Misericordia. "Él es el que se mueve para conseguir fondos para la parroquia. Ya tenemos los planos que fueron donados y nos faltan los materiales y la mano de obra. Va a ser un templo grande para albergar a la gran cantidad de fieles del sector. Tendrá un estilo acorde al entorno moderno y natural de los barrios que lo rodean", anticipa Borda, quien comparte con su mujer, María Josefina Augier, el voluntariado.
Pioneros y felices
La iglesia pobre y barrial, como la que sueña el papa Francisco, está en el barrio Lomas de Tafí. Vece y Borda están muy entusiasmados. "Para nosotros es muy importante tener la oportunidad de hacer algo para la salvación de las almas. Es para nosotros una enorme responsabilidad tratar de que la Iglesia tenga presencia en nuestro barrio", dicen los laicos. Algo que enorgullece a Borda es que en su casa se ofició una de las primeras misas. "Ese día concurrieron 15 personas", cuenta con una sonrisa.
Todavía no comenzaron las obras de construcción, pero ya se está armando un listado de posibles benefactores. Les hará falta desde lo más pequeño hasta lo más grande, porque el templo comienza desde cero. Los que deseen colaborar con la comisión que se está organizando pueden llamar a los teléfonos (0381) 156-630800 o 156-630900. Todos pueden sentirse pioneros de una gran iglesia.
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