"Son chicos que fueron despedidos de la Caja y que fueron interceptados frente a la Casa de Gobierno por personal de Cortalezzi y de Osvaldo Jaldo (ministro del Interior). Hacemos responsables al ministro de Seguridad, Jorge Gassenbauer, y al gobernador José Alperovich, por este hecho de inseguridad. No nos van a amedentrar ni vamos a quedarnos callados", dijo el titular de La Bancaria, Eduardo Bourlé.
Tras el enfrentamiento frente a la Casa de Gobierno, los dirigentes de La Bancaria se toparon con el propio Cortalezzi, que caminaba por 25 de Mayo hacia Mendoza. Al divisarlo, los gremialistas comenzaron a insultarlo, por lo que el interventor de la Caja se refugió en el bar Café 25.
En la puerta del local, los manifestantes improvisaron una protesta exigiendo que Cortalezzi bajara a darle explicaciones por lo sucedido minutos antes. "No nos van a amedentrar y vamos a seguir con nuestra gestión. No sé qué sucedió, porque venía caminando y cuando vi lo que sucedía ingresé al bar", explicó Cortalezzi a LA GACETA.
En un clima de mucha tensión, Paul Hoffer, secretario de Seguridad, se trasladó hasta el local comercial para dialogar con los gremialistas y retirar a Cortalezzi, sin ser agredido. Alrededor de las 15.30, el funcionario salió del bar y habló con la prensa en 25 de Mayo y Mendoza, ante la indiferencia de los manifestantes que comenzaban a retirarse por calle Mendoza.
Aunque tenía una camioneta para retirarse del lugar, el legislador -en uso de licencia- emprendió una veloz caminata hacia la esquina de Laprida y Mendoza, donde continuaban manifestándose dirigentes y seguidores de la Bancaria. El interventor de la Caja Popular explicó que quería dialogar con los manifestantes; sin embargo, debido a la celeridad con que se dirigía hacia los bancarios, bien podría haberse interpretado ese gesto como una provocación. Las decenas de policías que se habían reunido frente al bar lo siguieron, a modo de escoltas.
De hecho, los manifestantes comenzaron a gritarle toda clase de insultos, mientras lo seguían en su recorrida -había doblado por Laprida y caminaba hacia San Martín-. El titular de La Bancaria, Eduardo Bourlé, caminaba escasos metros delante de Cortalezzi, mientras contenía a la gente. Los gritos y agravios crecían. En un momento, el abogado de La Bancaria, Gustavo Morales, increpó a un policía; Cortalezzi pegó media vuelta y retornó súbitamente hacia Mendoza, con menos custodia. La discusión entre Morales y el policía devino forcejeo, y estalló la bronca de los manifestantes, que comenzaron a escupir a Cortalezzi y a arrojarle bolsas de residuos y otros objetos, mientras continuaban insultándolo: "está pasado de 'merca'", "cagón", eran algunos gritos que el legislador oía a centímetros de él. El interventor dobló por Mendoza hacia 25 de Mayo. La trifulca era tal que algunos policías golpearon con palos a los seguidores de La Bancaria más nerviosos. A mitad de cuadra, los agentes formaron un cordón para impedir el paso de los manifestantes; dirigentes del gremio también pidieron calma a sus compañeros.
Cortalezzi caminó por 25 de Mayo hasta San Martín, donde volvió a dialogar con la prensa. "Ustedes vieron, me acerqué buscando el diálogo y me recibieron con agresiones de todo tipo. Yo seguiré, sin embargo, queriendo dialogar; cuando estén dispuestos los escucharé", afirmó; y se subió a una camioneta Ford Ranger (modelo viejo), sin patente, que partió rápidamente hacia Salta. Apenas se oían las declaraciones de Cortalezzi, debido a que una mujer, que estaba con La Bancaria no paraba de gritarle: "cagón, golpeás a las mujeres, pero ahora necesitás 40 policías que te cuiden".
La pelea entre la Asociación Bancaria y los directivos de la Caja Popular se intensificó luego de que Cortalezzi asumiera en la intervención. Los sindicalistas aducen que el interventor está vaciando la entidad y que los persigue, mientras que el funcionario acusa a los gremialistas de intentar manejar la Caja. LA GACETA