Las quejas carcomen el prestigio del hospital de Tafí
El Hospital Dr. Luis Médici, otrora modelo de servicio sanitario público, es fuente de descontento en Tafí. Lugareños objetan la política de derivaciones a los principales establecimientos de la provincia. Pero también hay quejas por la falta de profesionales y las filas largas para conseguir turno. "Necesitamos que nos resuelvan el problema aquí", dice una paciente
Fue motivo de orgullo para tafinistos nativos y naturalizados. El brillo del Hospital Dr. Elías Médici hacía juego con el paisaje esplendoroso de la principal villa turística de Tucumán. Pero algo pasó en el medio, y lentamente el encanto fue sustituido por el reclamo y la insatisfacción.
"Hay mucho malestar. La gente no quiere ir porque sabe que lo más probable es que la manden a la ciudad", explica Vanesa Chaile, de 23 años, en el patio de su casa de La Costa. La joven habla con rabia y tristeza: el 10 de diciembre pasado, su mamá, la agente sanitaria Enriqueta del Valle Chaile (43 años) ingresó al centro con un embarazo a término mas nunca fue trasladada a la Maternidad. "Llegó caminando y murió a las pocas horas, con la bebé (Nahiara Matilde) adentro. Se supone que la tenían que bajar nomás, pero nunca nos explicaron qué pasó. Sólo sé que tuvo un pico de presión. Ese día había un corte en el camino (por reparación) y la ambulancia no salió", recuerda Chaile e interroga con impotencia: "¿por qué dejaron de atenderse los partos en Tafí del Valle?".
El caso de la agente sanitaria "hizo bolsa" al pueblo, según el mozo de un hotel, que resume: "nadie habla bonito del hospital". Ese día es miércoles 6 de marzo y LA GACETA casualmente publica la carta de la tafinista Sara del Valle Aparicio,
que denuncia que una mujer afectada por un accidente cerebrovascular no había sido trasladada a la capital porque no había médico disponible para acompañarla. "Ruego a quien corresponda que solucione con urgencia este problema", implora.
Déficit de profesionales. Incremento de las derivaciones a los hospitales del llano (San Miguel de Tucumán, Concepción y Monteros) y "ambulancia-dependencia". Escasos turnos diarios y filas que comienzan a las 6 de la mañana. Estos reclamos se repiten entre los lugareños que matan el tiempo en la sala de espera de los consultorios. El hospital está limpio y ordenado, y el edificio no acusa recibo de las seis décadas que lleva en funcionamiento. El buen estado del establecimiento no se compadece con las críticas del público. "Necesitamos que nos resuelvan los problemas aquí. Para nosotros es muy difícil y caro viajar a la ciudad. Esto se parece más a un lugar para salir del paso que a un hospital", reprocha una paciente que aguarda al médico desde hace casi tres horas.
Las quejas no pueden ser planteadas al director Julio Baumann, que declina dialogar con este diario con el pretexto de que debe asistir a una reunión en el CAPS de El Mollar. En diciembre y respecto del caso de Chaile, ese funcionario declaró por escrito: "muchos desconocen el accionar y protocolo de una guardia, y hablan sin saber".
Curados en las alturas
La enfermera (jubilada) Rosa Juárez se integró al plantel del hospital en 1969. En esa época un sólo galeno se encargaba de todo. "Incluso de los partos. La gente rara vez iba a curarse a otro lado y era común recibir pacientes de las provincias vecinas", evoca con cariño la mujer oriunda de Villa Quinteros.
Algo pasó en el medio. Santos Pastrana, cacique de la Comunidad Diaguita de Tafí, considera que todo es cuestión de voluntad política: "hay que dialogar con el ministro de Salud (Pablo Yedlin) porque la situación es grave. Yo nací aquí y, por eso, me siento hijo de esta tierra. La derivación a la Maternidad afecta nuestra identidad. Más allá de eso, Tafí debe recuperar lo que tuvo por su influencia en la montaña y su potencial turístico". Ese criterio es compartido por los caciques Enrique Mamaní (El Mollar) y Raúl Sequeira (Casas Viejas).
Voluntad no le falta al intendente tafinisto Jorge Yapura Astorga, que asegura que el año pasado presentó un proyecto para crear un hospital regional y que el Sistema Provincial de Salud aún no se expidió al respecto. "Los fondos serían aportados por (la minera) La Alumbrera", informa el jefe municipal por teléfono, tras admitir que el servicio sanitario no satisface las necesidades de la población.
El descontento viene de largo, según Paola Teufel de Paz, presidenta de la Cooperadora del Hospital Dr. Elías Médici. "Durante décadas fue una institución modelo hasta tal punto que los residentes se peleaban por practicar aquí. Pero, en el medio, algo pasó con la atención médica, que perdió calidad y compromiso. La derivación constante crea enormes problemas a familias que no tienen los recursos para viajar y aleja a la gente de su hospital", reflexiona. A continuación, precisa que el centro dispone de una sala de partos impecable y que la Cooperadora se ofreció para crear un banco de sangre (requerido por los nacimientos complejos).
La casa que cuida la salud de lugareños, veraneantes y turistas pasajeros no inspira la confianza de antaño. Algo pasó en el medio. La desazón que produce el prestigio perdido demanda una profunda revisión.