11 Febrero 2013
PROTAGONISTAS. El ballet El Arriero abrió el show y luego regresó al escenario para exhibir sus cuadros de folclore y de tango.
"Los diseños de Laurencio Adot provocan que las mujeres que no son perfectas se sientan únicas. Está en Tafí del Valle uno de los diseñadores más importantes de Sudamérica". La definición de Mora Furtado, a un costado de la pasarela, entregó un espíritu de celebración. Es que el desfile se vivió como una fiesta, una conjunción de moda, show y música extendida durante horas. El retraso en el inicio -largó a las 23, estaba anunciado para poco después de las 21- valió la pena. La muchedumbre que colmó la avenida Perón la pasó muy bien.
La misionera Ingrid Grudke fue la indiscutida estrella. Cada una de sus pasadas generó fuertes aplausos, y ella respondió a pura simpatía. La acompañó el staff de modelos del Ricardo Casacci Fashion Tour. Además de las creaciones de Adot se exhibió ropa de las firmas Los Plátanos, Ona Saez, Fiona, Boating y Nazarena. En todos los casos se trató de los coletazos de la temporada primavera-verano. En pocas semanas se verán las propuestas de la otoño-invierno. Pero esa será otra historia.
Luego de disfrutar un video con lo mejor de las capitales de la moda, el público se concentró en los diseños de Adot. ¿La consigna? Vestidos de fiesta, pero accesibles para distintos bolsillos. Es la clase de ropa que Adot muestra en el interior del país. Es más: reveló que tiene una vasta clientela en las provincias, y contó que poco antes le había entregado un vestido a una quinceañera tucumana. De paso, lamentó la ausencia de su amiga Lara Bernasconi, cuyos compromisos le impidieron venir a Tucumán.
Grudke abrió el juego con un chaleco de cuero, combinado con un vestido negro con flores. A partir de allí se sucedieron los vestidos largos, con telas volátiles en colores brillantes (verde manzana, fucsia...) Se destacaron los diseños con pedrería y encajes. De lo mejor en la pasarela: dos monos, uno en negro y otro en nude. También vestidos de paillette en azul y amarillo, y propuestas con detalles de cinturones finitos.
En cuanto a los hombres, Los Plátanos y Ona Saez entregaron un muestrario de ropa sport, blazers, abrigos y camisas.
La conducción de Mora Furtado fue impecable, cien por ciento profesional y al mismo tiempo descontracturada. Ella confesó que es una enamorada de Tafí del Valle. Al mediodía se la vio haciendo footing por allí. Esa simpatía y buena onda también se notó en el equipo de Adot y se trasladó al backstage. Allí no hubo tensiones, y eso contribuyó a que el desfile fluyera con naturalidad.
La organización -con el apoyo del Ente de Turismo y el municipio tafinisto- fue correcta y por suerte el tiempo acompañó. Durante la tarde había llovido en el valle, pero a las 21 el cielo estrellado invitaba a acercarse a la pasarela. Y casi nadie faltó a la cita. El ballet El Arriero fue protagonista de la noche, ya que bailaron zambas y tangos, y hasta se animaron a ensayar coreografías con machetes y boleadoras. El cierre, alrededor de la 1, estuvo a cargo del Bahiano, ex cantante de Los Pericos.
La misionera Ingrid Grudke fue la indiscutida estrella. Cada una de sus pasadas generó fuertes aplausos, y ella respondió a pura simpatía. La acompañó el staff de modelos del Ricardo Casacci Fashion Tour. Además de las creaciones de Adot se exhibió ropa de las firmas Los Plátanos, Ona Saez, Fiona, Boating y Nazarena. En todos los casos se trató de los coletazos de la temporada primavera-verano. En pocas semanas se verán las propuestas de la otoño-invierno. Pero esa será otra historia.
Luego de disfrutar un video con lo mejor de las capitales de la moda, el público se concentró en los diseños de Adot. ¿La consigna? Vestidos de fiesta, pero accesibles para distintos bolsillos. Es la clase de ropa que Adot muestra en el interior del país. Es más: reveló que tiene una vasta clientela en las provincias, y contó que poco antes le había entregado un vestido a una quinceañera tucumana. De paso, lamentó la ausencia de su amiga Lara Bernasconi, cuyos compromisos le impidieron venir a Tucumán.
Grudke abrió el juego con un chaleco de cuero, combinado con un vestido negro con flores. A partir de allí se sucedieron los vestidos largos, con telas volátiles en colores brillantes (verde manzana, fucsia...) Se destacaron los diseños con pedrería y encajes. De lo mejor en la pasarela: dos monos, uno en negro y otro en nude. También vestidos de paillette en azul y amarillo, y propuestas con detalles de cinturones finitos.
En cuanto a los hombres, Los Plátanos y Ona Saez entregaron un muestrario de ropa sport, blazers, abrigos y camisas.
La conducción de Mora Furtado fue impecable, cien por ciento profesional y al mismo tiempo descontracturada. Ella confesó que es una enamorada de Tafí del Valle. Al mediodía se la vio haciendo footing por allí. Esa simpatía y buena onda también se notó en el equipo de Adot y se trasladó al backstage. Allí no hubo tensiones, y eso contribuyó a que el desfile fluyera con naturalidad.
La organización -con el apoyo del Ente de Turismo y el municipio tafinisto- fue correcta y por suerte el tiempo acompañó. Durante la tarde había llovido en el valle, pero a las 21 el cielo estrellado invitaba a acercarse a la pasarela. Y casi nadie faltó a la cita. El ballet El Arriero fue protagonista de la noche, ya que bailaron zambas y tangos, y hasta se animaron a ensayar coreografías con machetes y boleadoras. El cierre, alrededor de la 1, estuvo a cargo del Bahiano, ex cantante de Los Pericos.