"Los premios ayudan y comprometen"

"Los premios ayudan y comprometen"

Ganadora del Konex 2012, y desde su querida Santa María, Manuela Rasjido revela cuáles son las fuentes que inspiran su arte. Es una diseñadora incomparable.

03 Febrero 2013
No quiso ser artista. Y mucho menos tejedora. Pero su camino se fue enredando con el arte, de una manera tan misteriosa que ella misma se asombra. "Estudiaba Letras en Tucumán y en ese entonces solía hacerme mis prendas. Algunas las usaba para ir a la universidad y mis compañeras comenzaron a pedirme que les hiciera algunas para ellas, porque les gustaba mucho el estilo de mis obras. Sin duda eso marcó el inicio de mi carrera" contó Manuela Rasjido. Y vaya si lo hizo: no sólo creó el concepto de "Arte para usar", reconocido en todo el mundo, sino que rescató las técnicas milenarias de teñido e hilado, lo que le valió ganar hace unos meses el Premio Konex de platino a la trayectoria.

- ¿Los premios ayudan o comprometen?

- En realidad, ayudan y comprometen. En este caso ayuda porque es un reconocimiento a la trayectoria y a la creatividad por parte de una prestigiosa institución como la Fundación Konex. Y también me compromete y estimula para superarme cada día y continuar con esta tarea tan apasionante.

- ¿Qué sintió al recibir un premio tan importante?

- Lo valoro mucho; es como una intensa caricia. Todo en la vida lo hice con mucha pasión. Esta pasión me remonta a mi niñez con callejones de tierra, perfumados de poleo y jarilla, a una gran casona rodeada de potreros sembrados y enormes algarrobos, aquí en Santa María (Catamarca), donde nací. Esa vida profunda, de pueblo de provincia, en la que había tiempo para contemplar el cielo, las estrellas, las montañas de colores, el río y también las culturas del pasado, contribuyeron a mi cosmovisión artística. Siento que el premio significó una valoración a todo ese sentimiento.

- Alguna vez dijo que cree en los valores permanentes y que, por eso, diseña ropa que no pasa de moda. ¿Cuáles son esos valores que atesora?

- La moda es, por su naturaleza, un medio cambiante. Mi aporte fue encontrar una expresión de lo permanente en nuestra identidad agregando el arte al lenguaje de la moda, donde las técnicas primigenias que uso muestran constantemente que son muy vitales.

- De todos los materiales autóctonos que utiliza en sus confecciones... ¿cuál es su preferido?

- Uso materiales nobles como el algodón, el lino y lanas de oveja y llama. La lana es mi material preferido porque me permite llevar a cabo el desarrollo de las técnicas antiguas que utilizo. A decir verdad, además de tener especial cuidado con la línea, el corte, el diseño y la confección de una prenda, lo que más me apasiona es el trabajo con el color. Hace 35 años revolucioné con los tintes naturales por la gran variedad y riqueza de tonos hasta entonces no logrados. Yo los llamo "colores emocionales". Mis colores preferidos son aquellos que tienen que ver con mi entorno y con los colores de mi memoria.

- ¿Se puede hablar de una moda netamente norteña?

- Del mismo modo que no podríamos hablar de una moda porteña, de una moda sureña o de una moda cuyana, tampoco podríamos hablar de una moda "netamente norteña". Existen sí, artistas y diseñadores que trabajan "en" el norte, con diferentes materiales y conceptos, pero creo que no por ello necesariamente deba considerarse como arte o diseño "del" norte. En mi caso personal, creé, desde Santa María, un estilo que se reconoce en el país y el extranjero, que rompía con las reglas habituales de la moda. Le sumé arte. Mis prendas tienen una concepción personal, contemporánea y universal. Cultura e identidad son palabras claves en la actualidad. La sociedad global nos lleva a tratar de conciliarnos en un concierto planetario. Desde Santa María expreso mi identidad y mi manera de mirar el mundo con ojos propios.

- ¿Qué cosas la inspiran para crear sus diseños?

- Me inspiran, en principio, las montañas de colores y atardeceres con luces cambiantes. Los campos sembrados de Santa María, con el rojo intenso de los pimientos secándose al sol, los amarillos del maíz y los "mil distintos tonos de verde". La textura de las cortezas de los árboles del lugar, de los ríos secos y los campos arados. También influyen en mi obra las culturas del pasado, la lectura y el arte contemporáneo universal. Concibo a mis prendas no como algo que cumple solamente la función de vestir. También deben tener un alma, una poesía, una riqueza artística o cultural.

- ¿Cuáles son las técnicas más antiguas que usa para confeccionar sus telas?

- Empleo las técnicas del hilado con "huso", el tejido en telar horizontal, los teñidos naturales. También rescaté un bordado antiguo que tiene una textura aterciopelada, como la suavidad de un musgo, a la que llamo textura linguística. Ronald Barthes dice: "un tejido se lee tanto en su trama interna como en sus intersticios, a la manera de un texto". Es notable advertir cómo una lana de hebra vertical, otra horizontal, una línea trabando la otra van articulando el espacio. Ése es el "espacio-tela", casi mágico, sobre el que trabajo.

- ¿Sus prendas se visten o también son objetos de arte?

- Mis prendas cubren, pero tambien arropan, transforman el vestir en revestir. Llamé a mi colección "Arte para usar" y son absolutamente ponibles. La categoría de arte que se le da a mi indumentaria con las invitaciones para exponer en museos, galerías y espacios de arte se reafirmó con el Premio Konex de Platino en la disciplina Artes Visuales rubro indumentaria.

- ¿Por qué la sedujo el arte del tejido?

- Por que es un lenguaje muy viejo y muy nuevo.

- ¿Qué cosas de la Argentina la desvelan?

- Me preocupa la inseguridad.

- ¿Cuál es su mayor sueño?

- Tener salud y seguir trabajando con armonía. Anhelo que el ponerse una de mis prendas no sea solamente el mero hecho de vestirse sino también una experiencia más espiritual y profunda.

- ¿Por qué su casa de Santa María se llama La Soledad?

- Cuando se empezó a construir la casa, hace más de 30 años, era un paraje solitario, ideal para crear, y a ese lugar le llamaban La Soledad, por eso lleva ese nombre. Así es que, paradójicamente, La Soledad y la soledad son para mí dos muy buenas compañías.

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