Catamarca: un destino con mil tonos distintos de verde

Catamarca: un destino con mil tonos distintos de verde

No solamente podés visitar los valles arbolados que nombra la zamba, sino también volcanes y lagunas que te hacen pensar en las esmeraldas.

EL PREMIO MAYOR. Si no tenés 4x4, podés contratar la excursión, pero tratá de no perderte la laguna Verde. FILMSCOMPANY.NET EL PREMIO MAYOR. Si no tenés 4x4, podés contratar la excursión, pero tratá de no perderte la laguna Verde. FILMSCOMPANY.NET
27 Enero 2013

Se ve que algunos van dándose cuenta de que Catamarca bien vale la pena: ayer la presidenta de la Asociación de Hoteles, Bares, Confiterías, Restaurantes y Afines de Catamarca, Antonia Cattaruzza, informó que la ocupación hotelera del valle central catamarqueño aumentó del 15 al 20 % en relación con el año anterior. En localidades más tradicionalmente turísticas, como El Rodeo, Las Juntas y La Puerta, este mes los hoteles se colmaron en un 95%. Uno de los atractivos es que a Catamarca parece no haber llegado la inflación. Según Cattaruzza, el precio de hoteles y hospedajes se mantuvo igual que en 2012, e incluso algunos ofrecían descuentos del 20% y otras promociones con excursiones incluidas. 

¿Te sedujo la propuesta? Pues vamos por más: nos atrevemos a proponerte algunos destinos no tan tradicionales, pero cuyas bellezas justifican sobradamente el viaje. 

El oeste catamarqueño 
Seguramente durante el Rally Dakar oíste hablar de lugares como Fiambalá y Tinogasta. Vamos a darnos una vuelta por la zona. Lamentablemente, según informó a LA GACETA la Secretaría de Turismo de la Provincia, la ruta que une Fiambalá y Tinogasta con Andalgalá, pasando por Belén, no está transitable. Es una pena porque es la más linda y la más corta. Hoy hay que tomar la Ruta 38 hasta poco después de Chumbicha y empalmar con la 60. Esta serpentea entre Catamarca y la Rioja pero te llevará a destino (de hecho, es la que se usa para cruzar a Chile por el paso de San Francisco). La primera parada puede ser Tinogasta o Fiambalá. Todo depende de tus tiempo: podés quedarte un par de días en la zona, descansar y disfrutar de algunos de sus atractivos, o seguir hacia el destino final. 

Cuando decidas partir de Fiambalá, te esperarán 197 km asfaltados y una excursión relajada que se puede hacer con auto común. Un día alcanza, pero si te enamorás del paisaje y querés quedarte por ahí, más o menos a la mitad del camino, a la altura de Cortaderas -a 3400 metros de altitud, hay un moderno hotel. Los primeros 45 minutos de camino son sinuosos, pero no hay precipicios; siempre te acompaña el río Guanchín, donde en esta época podés pescar truchas. 

Es posible que ya a los 3.000 metros, cuando llegás al Valle de Chaschuil, sientas que te falta el aire; tomá precauciones: comida liviana, movimientos lentos... si hace falta, un té de coca. 

Los picos más altos aún no se ven, pero ya aparece el volcán Inca Huasi (6.640 m), el primero de los Seismiles, y ya no te abandonará. El desierto es cada vez más imponente, pero de tanto en tanto se ven burros salvajes, y aparecen lagunas con gallaretas, patos cordilleranos y flamencos. Pasado el paraje Cazadero Grande (3.600 m), unos 12 km después de Cortaderas, en el horizonte aparece el Ojos del Salado, de 6.864 m, el volcán activo más alto del mundo; y desperdigados cerca de él, otros "seismiles": Walter Penk, Nacimiento y Aguas Calientes. 

Cuando llegues al paraje La Gruta, a 4.100 m, encontrarás un campamento de Vialidad Nacional y las oficinas de migraciones. Allí podés tramitar el cruce a Chile, y 21 km más adelante te espera el Paso San Francisco. Vale la pena seguir unos kilómetros más hasta la Laguna Verde chilena. 

Otra opción, en La Gruta, es no llegar hasta el paso sino tomar un desvío a la derecha (no señalizado) que te lleva a un piletón techado, con una pequeña terma de aguas sulfurosas. Es ideal para un picnic. 

1.- Tinogasta
Su origen es diaguita (los rastros podés conocerlos en los dos museos arqueológicos), pero hoy uno de los centros urbanos más importantes del oeste de la provincia. Varias las bodegas boutique producen vinos de excelente calidad y se puede recorrer. A 15 km podés disfrutar de los piletones naturales de las termas de La Aguadita, cuyas aguas tiene en promedio 30º. Es, además, el punto de partida de La Ruta del Adobe; podés ahí nomás conocer dos monumentos construidos con este material: el hotel Casagrande y el Centro Cultural, un ex fortín y antiguo hospital militar.

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2.- La ruta del adobe
Arrancaste en Tinogasta. Sobre los 50 km de la ruta 60 que te lleva a Fiambalá, podés encontrar más tesoros arquitectónicos: en Anillaco, la iglesia de Nuestra Señora del Rosario (foto) -cuyo altar está hecho de un solo bloque de adobe-, de 1712. No muy lejos, en los parajes de El Puesto y La Falda, hay un oratorio que sigue perteneciendo a los descendientes de quienes lo levantaron en 1740, y una iglesia del siglo XVIII en medio del campo, único vestigio de un pueblo desaparecido. Los últimos mojones de la ruta están en Fiambalá: la iglesia de San Pedro y la Comandancia de Armas, construidas respectivamente en 1770 y 1745. 

3.- Fiambalá 
No solo integra la ruta del Adobe, también la del vino. Muy cerca de la ruta están las termas, 14 piletones en pendiente en los que se vierten naturalmente aguas termales de diferente temperatura; hay servicios de gastronomía y alojamiento. Impactan por la belleza del paisaje las Dunas de Tatón, sobre la ruta provincial 34, a 25 kilómetros de la ciudad. Es una gran extensión de montañas de arena donde se practica sandboard.

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4.- La ruta de los seismiles 
Va entre los 19 volcanes que fueron venerados por las culturas andinas, que los llamaban "Apus": eran la morada de espíritus protectores. Todos ellos superan los 6.000 metros de altura, y es lo que da nombre al circuito. Entre los cerros multicolores se pueden distinguir restos de lo que fuera el antiguo Camino del Inca, que conducía a la ciudad chilena de Copiapó. Te contamos en la nota central cómo es el recorrido.




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