09 Enero 2013
GINEBRA/DAMASCO.- Alrededor de un millón de sirios sufre por la escasez de alimentos, y la mayor parte de ellos habita en las zonas de conflicto. Las restricciones del Gobierno de Bashar Al Assad a la distribución de asistencia están llevando a las agencias de ayuda al límite, denunció ayer el Programa Mundial de Alimentos de la ONU.
El pan y el combustible son algunos de los elementos en los que la escasez es más marcada. "Nuestro principal socio, la Media Luna Roja, no da abasto y no tiene más capacidad para seguir expandiéndose", afirmó la vocera de la agencia internacional, Elisabeth Byrs. La ONU pidió U$S 1.500 millones de ayuda para paliar la emergencia.
Activistas de derechos humanos y opositores documentaron en Siria nuevos crímenes de guerra, cometidos tanto por los rebeldes como por el Ejército de Al Assad. Entre los hechos figuras ejecuciones sumarias, violaciones y tormentos, en momentos en que se mantienen feroces bombardeos en zonas dominadas por insurgentes.
El desertor general, Adnan Silo, responsable del armamento químico del Ejército sirio hasta su salida del país, aseguró que se usó el gas nervioso sarín hace dos semanas en áreas de Al Bayada y Deir Balba, ambas en la provincia central de Homs. "La gente sufrió problemas respiratorios, palpitaciones y náuseas", afirmó. (Reuters-DPA)
El pan y el combustible son algunos de los elementos en los que la escasez es más marcada. "Nuestro principal socio, la Media Luna Roja, no da abasto y no tiene más capacidad para seguir expandiéndose", afirmó la vocera de la agencia internacional, Elisabeth Byrs. La ONU pidió U$S 1.500 millones de ayuda para paliar la emergencia.
Activistas de derechos humanos y opositores documentaron en Siria nuevos crímenes de guerra, cometidos tanto por los rebeldes como por el Ejército de Al Assad. Entre los hechos figuras ejecuciones sumarias, violaciones y tormentos, en momentos en que se mantienen feroces bombardeos en zonas dominadas por insurgentes.
El desertor general, Adnan Silo, responsable del armamento químico del Ejército sirio hasta su salida del país, aseguró que se usó el gas nervioso sarín hace dos semanas en áreas de Al Bayada y Deir Balba, ambas en la provincia central de Homs. "La gente sufrió problemas respiratorios, palpitaciones y náuseas", afirmó. (Reuters-DPA)
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