10 Noviembre 2012
El Día de la Tradición se celebra hoy en Argentina, en conmemoración del nacimiento del poeta José Hernández, que escribió El gaucho Martín Fierro.
A la tradición hay dos formas de definirla, sostiene Diego Cheín, investigador del Conicet y docente de la UNT. "Por un lado se la puede ver como una herencia que desde el pasado determina el presente. Por otra parte, están quienes ven la tradición como una selección de pasado hecha desde el presente. Esto siempre genera conflictos porque no todos coincidimos qué se debe rescatar del pasado y que no", resalta.
Cuando se habla de tradición, según Cheín, es común que todos los cambios se interpreten como una degradación. "Desde que surge el discurso del rescate de la tradición ya hay un pensamiento de que todo tiempo pasado fue mejor", aclara. Según el especialista, la perspectiva actual de la tradición comienza a consolidarse en 1910. Surge, entonces, el discurso criollista de la identidad nacional que exalta la figura del gaucho. "A lo largo de la historia nacional, vemos que siempre hubo conflictos en torno a cómo se interpretaba la tradición. A fines del siglo XIX, el sector más progresista de la oligarquía, en alianza con sectores populares, enarbolan el discurso de identidad nacional. En el comienzo del siglo XX está relacionado con el avance de las clases medias y las luchas obreras. Luego aparecen los actos de derecha, de los militares, como modo de rendir culto a la tradición. Y después los símbolos vuelven a ser reapropiados desde otros sectores. Siempre hay pugnas. En algunos momentos de la historia, el discurso es más conservador y en otros más progresista. En la actualidad, lo que se ve es una recuperación en la autoestima nacional y vuelven a resignificarse muchas cosas del pasado", señala.
A la tradición hay dos formas de definirla, sostiene Diego Cheín, investigador del Conicet y docente de la UNT. "Por un lado se la puede ver como una herencia que desde el pasado determina el presente. Por otra parte, están quienes ven la tradición como una selección de pasado hecha desde el presente. Esto siempre genera conflictos porque no todos coincidimos qué se debe rescatar del pasado y que no", resalta.
Cuando se habla de tradición, según Cheín, es común que todos los cambios se interpreten como una degradación. "Desde que surge el discurso del rescate de la tradición ya hay un pensamiento de que todo tiempo pasado fue mejor", aclara. Según el especialista, la perspectiva actual de la tradición comienza a consolidarse en 1910. Surge, entonces, el discurso criollista de la identidad nacional que exalta la figura del gaucho. "A lo largo de la historia nacional, vemos que siempre hubo conflictos en torno a cómo se interpretaba la tradición. A fines del siglo XIX, el sector más progresista de la oligarquía, en alianza con sectores populares, enarbolan el discurso de identidad nacional. En el comienzo del siglo XX está relacionado con el avance de las clases medias y las luchas obreras. Luego aparecen los actos de derecha, de los militares, como modo de rendir culto a la tradición. Y después los símbolos vuelven a ser reapropiados desde otros sectores. Siempre hay pugnas. En algunos momentos de la historia, el discurso es más conservador y en otros más progresista. En la actualidad, lo que se ve es una recuperación en la autoestima nacional y vuelven a resignificarse muchas cosas del pasado", señala.
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