21 Octubre 2012
"El tema es así: tenemos un edificio municipal obsoleto, destruido, donde funcionan el Concejo Deliberante y la Municipalidad. Está muy deteriorado y roto". Así comienza la explicación del intendente de Famaillá, Juan Enrique Orellana, cuando LA GACETA le consulta acerca de la ordenanza 22/11, que lo autoriza a vender pero también a regalar el céntrico inmueble de la municipalidad famaillense.
El "mellizo" describe que su administración es la única del interior tucumano que adquirió 30 vehículos para realizar obras públicas, entre máquinas, camiones, retroexcavadoras, camionetas y hasta furgones para discapacitados. Ese sensible incremento del parque automotor municipal derivó, según el jefe municipal, en la necesidad de trasladar, justamente, la Secretaría de Obras Públicas, a la que él llama "el obrador", como comúnmente se llama a esas reparticiones en el interior provincial. "Queda en la otra cuadra de la Municipalidad y con tanto vehículo y herramienta es un peligro", describe.
La declarada obsolescencia del edificio municipal y la manifestada inconveniencia del emplazamiento actual de Obras Públicas confluyen en un triple movimiento, que comienza con mudar el "obrador". "La Secretaría se traslada al barrio San Martín. Ahí construimos seis tinglados y tendremos fábricas de adoquines, de tubos, de mosaicos y de bloques", describe.
El segundo enroque es construir una nueva sede de gobierno donde hoy está Obras Públicas. "Hay una decisión de mi persona de hacer uno de los edificios municipales más modernos y adecuados técnicamente a estos tiempos. También irá ahí el Concejo. Y queda espacio para una plaza, con ornamentación y forestación", detalla.
La tercera movida, justamente, se da con la esquina de Mitre y San Martín, que quedará desocupada. Y que Orellana puede vender, ceder o transferir, "a título gratuito" u onerosos, de manera total o parcial, para encarar emprendimientos industriales comerciales o de vivienda, por medio "del sistema de contratación de directa.
"Mi propuesta, pero no quiere decir que vaya a ser así: al quedar vacío el edificio, queremos generar a través de la Municipalidad, y con ayuda de la universidad, el proyecto de un centro comercial, con estacionamiento para 124 vehículos; en la primera planta, 18 locales; en la segunda, un cine con dos salas, patio de comida y centro de juegos; y en el tercer nivel, oficinas para profesionales y consultorios. Que se financie con los privados que vayan comprando", detalló.
"Pero no estamos por vender ni regalar ni nada. Y si otros tienen mejores propuestas, eso lo dispone el Concejo Deliberante. Si se plantea que sea museo u otra iniciativa más conveniente para Famaillá, la hagamos. Para eso está el Concejo electo por el pueblo. Ellos deben dar las respuestas a la comunidad", puntualizó.
A Orellana se le nota en el tono que hay un fastidio que lo inquieta: lo manifiesta. "Capaz que algunos vecinos tergiversan. Hice una propuesta idónea, pero no significa que tenga la razón. Si hay idea superadora, bienvenida. Aparte, estoy tomando el compromiso personal de hacer un nuevo edificio municipal sin recursos, porque a veces los gobiernos nacionales sólo invierten en las capitales, como si fueran lo único que existe. En el interior, nos tienen postergados", dispara.
Y termina de enojarse. "Del plan Argentina Trabaja, no nos dieron ni una cooperativa. Las obras de la Nación sólo son para San Miguel de Tucumán. Nosotros debemos usar nuestra imaginación para hacer las obras a pura pasión, amor y sangre. Duele mucho decirlo, pero ni en cuenta nos tienen y todo debemos hacer a base de esfuerzo y de sacrificio", concluye.
El "mellizo" describe que su administración es la única del interior tucumano que adquirió 30 vehículos para realizar obras públicas, entre máquinas, camiones, retroexcavadoras, camionetas y hasta furgones para discapacitados. Ese sensible incremento del parque automotor municipal derivó, según el jefe municipal, en la necesidad de trasladar, justamente, la Secretaría de Obras Públicas, a la que él llama "el obrador", como comúnmente se llama a esas reparticiones en el interior provincial. "Queda en la otra cuadra de la Municipalidad y con tanto vehículo y herramienta es un peligro", describe.
La declarada obsolescencia del edificio municipal y la manifestada inconveniencia del emplazamiento actual de Obras Públicas confluyen en un triple movimiento, que comienza con mudar el "obrador". "La Secretaría se traslada al barrio San Martín. Ahí construimos seis tinglados y tendremos fábricas de adoquines, de tubos, de mosaicos y de bloques", describe.
El segundo enroque es construir una nueva sede de gobierno donde hoy está Obras Públicas. "Hay una decisión de mi persona de hacer uno de los edificios municipales más modernos y adecuados técnicamente a estos tiempos. También irá ahí el Concejo. Y queda espacio para una plaza, con ornamentación y forestación", detalla.
La tercera movida, justamente, se da con la esquina de Mitre y San Martín, que quedará desocupada. Y que Orellana puede vender, ceder o transferir, "a título gratuito" u onerosos, de manera total o parcial, para encarar emprendimientos industriales comerciales o de vivienda, por medio "del sistema de contratación de directa.
"Mi propuesta, pero no quiere decir que vaya a ser así: al quedar vacío el edificio, queremos generar a través de la Municipalidad, y con ayuda de la universidad, el proyecto de un centro comercial, con estacionamiento para 124 vehículos; en la primera planta, 18 locales; en la segunda, un cine con dos salas, patio de comida y centro de juegos; y en el tercer nivel, oficinas para profesionales y consultorios. Que se financie con los privados que vayan comprando", detalló.
"Pero no estamos por vender ni regalar ni nada. Y si otros tienen mejores propuestas, eso lo dispone el Concejo Deliberante. Si se plantea que sea museo u otra iniciativa más conveniente para Famaillá, la hagamos. Para eso está el Concejo electo por el pueblo. Ellos deben dar las respuestas a la comunidad", puntualizó.
A Orellana se le nota en el tono que hay un fastidio que lo inquieta: lo manifiesta. "Capaz que algunos vecinos tergiversan. Hice una propuesta idónea, pero no significa que tenga la razón. Si hay idea superadora, bienvenida. Aparte, estoy tomando el compromiso personal de hacer un nuevo edificio municipal sin recursos, porque a veces los gobiernos nacionales sólo invierten en las capitales, como si fueran lo único que existe. En el interior, nos tienen postergados", dispara.
Y termina de enojarse. "Del plan Argentina Trabaja, no nos dieron ni una cooperativa. Las obras de la Nación sólo son para San Miguel de Tucumán. Nosotros debemos usar nuestra imaginación para hacer las obras a pura pasión, amor y sangre. Duele mucho decirlo, pero ni en cuenta nos tienen y todo debemos hacer a base de esfuerzo y de sacrificio", concluye.
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