Con su tía y la radio, "Fer" es uno más

Con su tía y la radio, "Fer" es uno más

Fernando Ardiles tiene 13 años, es ciego y va a la cancha para sentir el partido desde la tribuna.

EN PRIMERA FILA. Fernando y su tía son fieles hinchas de Atlético y ayer alentaron en todo momento pese a que el resultado no acompañaba. LA GACETA / FOTOS DE JORGE OLMOS SGROSSO EN PRIMERA FILA. Fernando y su tía son fieles hinchas de Atlético y ayer alentaron en todo momento pese a que el resultado no acompañaba. LA GACETA / FOTOS DE JORGE OLMOS SGROSSO
Fernando Ardiles es ciego y va a la cancha. Los rodeos en los que podríamos entrar para describir su situación no serían justos con él, que tiene que decodificar todo su mundo sin poder mirar. Fanático de Atlético, el joven de 13 años sufrió ayer como todos, pero vivió el partido de manera única.

Minutos antes del partido, el muchacho se apresta a vivir uno de los espectáculos que más disfruta desde hace cuatro años cuando empezó a visitar el Monumental. "Yo quería venir para saber qué se sentía", dice Fernando, acompañado por su tía, Irma López, una de las principales responsables de que él no falta nunca de local. 

Otra de sus aliadas es la radio. La charla se termina en el momento que empieza el partido y los auriculares vuelan a sus oídos. Los cronistas van a contarle desde las cabinas lo que pasa en frente suyo y la hinchada del estadio va a transmitirle el ambiente. "Cuando hay un gol yo siento primero el grito del público", confiesa.

En el primer tiempo, la barra pide saltos y Fernando apaga el aparato y a prestar atención. Quiere seguir al pie de la letra la indicación y empieza a moverse aunque no como le "enseñó" a hacerlo a Deivis Barone, si quiere hacer un gol. "Que mire bien el arco y ponga la pelota por arriba", cuenta justo antes de que Luis Rodríguez clave una emboquillada de la que se hará dueño: "¡Como yo dije!", explota.

Resulta que "Pulguita" es primo suyo y máximo orgullo. "Es el mejor", jura y vuelve a prender la radio. Es tal el idilio que en su primer partido quiso conocer a los que veían el partido por él en las cabinas y tocar con qué lo hacían. "Me intrigaba mucho. Julio Potolicchio me hizo sentir los micrófonos", cuenta Fernando.

El panorama para Atlético se complica y los proyectiles llueven sobre Gastón Sessa. "Está bien enojarse, pero no hay que hacer eso", busca tranquilidad en la gente "Fer". La misma con la que se retira cuando termina el partido. Su única preocupación es cómo responderá a las cargadas en el barrio. Algo se le ocurrirá.

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