"Estamos conectados con todas las personas y nunca hubo tanta soledad"

"Estamos conectados con todas las personas y nunca hubo tanta soledad"

Uno de los narradores contemporáneos más destacados de Brasil nos cuenta cómo radiografió San Pablo (foto), la ciudad más poblada, frenética y compleja de Sudamérica. "En San Pablo las cosas ocurren una sola vez. Es posible conocer a alguien y luego nunca más verla. Y es posible caminar por las calles de un barrio hoy que no existirá más un año después", afirma Ruffato. También dice que la vida cotidiana en el siglo XXI está hecha de ruinas, de fragmentos de historias, de pedazos de paisajes.

16 Septiembre 2012
- Considerando su novela Ellos eran muchos caballos, ¿cómo surge la idea de una radiografía de la ciudad?

- Yo pienso que escribir sobre una ciudad como San Pablo es un desafío terrible, ya que es una ciudad casi insondable, habitada por una multitud de personas, cada una con su propia historia, oculta entre calles, avenidas, callejones, casas, edificios, barracas... Y está la cuestión del tiempo y del espacio, que, como sabemos, no son datos objetivos sino construcciones subjetivas. En San Pablo el tiempo es simultáneo, no es sucesivo. Y el espacio es percibido de forma diversa por un ejecutivo que vuela sobre la ciudad en helicóptero y un trabajador que viaja en vagones abarrotados del subte. Lo que intenté hacer fue capturar esta complejidad en las páginas de un libro...

- ¿Por qué eran muchos los caballos? ¿Por qué decidió unir en capítulos diversos y aislados historias paralelas? En un momento de la lectura, pensé en su novela como la versión exagerada y exuberante de Las palmeras salvajes, de Faulkner. - Como dije, como en San Pablo el tiempo es simultáneo y el espacio es percibido diversamente por cada uno de los habitantes. La idea de capítulos aislados intenta representar un recorrido por la ciudad, como un flaneur que escucha sólo fragmentos de historias, que ve sólo fragmentos de paisajes y que por lo tanto sólo comprende la ciudad al montarla como un rompecabezas. Hay una lectura de Faulkner, ciertamente, pero hay también recursos de la poesía de vanguardia de fines del siglo XIX y hay Cervantes, Sterne, Machado de Assis, nouveau roman y concretismo...

- ¿De qué manera pensó en San Pablo como escenario de la novela?

- Ellos eran muchos caballos es una homenaje a la ciudad que me recibió hace 20 años. Era un gran desafío intentar narrar San Pablo. Es una ciudad tan gigantesca y compleja que exigía una forma diversa de enfoque. En San Pablo las cosas ocurren una sola vez. Por ejemplo: es posible conocer a alguien y luego nunca más verla... Y es posible caminar por las calles de un barrio hoy que no existirá más un año después... El dinamismo de la ciudad me fascina, pero me asusta también...

- ¿Cómo ve el lugar de la experimentación con el lenguaje en su escritura? ¿Qué piensa sobre esto?

- Yo creo que así como el capitalismo cambia, la novela, que es la expresión mayor del capitalismo, cambia también. La aprehensión del tiempo en el siglo XIX, un mundo sin automóviles, aviones, televisiones, teléfonos, con la mayoría de la población viviendo en el campo o en pequeñas ciudades, era muy diversa de la del siglo XXI, un mundo en que la rapidez es la palabra que ordena. Entonces, la experimentación formal, de la cual el lenguaje es una manifestación, se torna una exigencia para aprehender esta nueva realidad. La vida cotidiana en el siglo XXI está hecha de ruinas, de fragmentos de historias, de pedazos de paisajes... Estamos conectados con todas las personas y nunca hubo tanta soledad... Nunca hubo tanta riqueza... y tanta miseria... tanto aparato de seguridad... y tanta violencia... Es muy difícil narrar este tiempo, no sucesivo, no lógico, en que una multitud se está siempre moviendo de aquí para allá, usando los instrumentos novelísticos del siglo XIX... Por lo tanto, para mí, la experimentación era una necesidad.

- ¿Se podría leer la novela de manera arbitraria, es decir, salteando capítulos o yendo de atrás hacia adelante?

- Sí. Hay incluso una variante muy interesante. La edición colombiana de esta novela tiene una secuencia de capítulos o fragmentos completamente diversa de la edición argentina. El editor, John Naranjo, propuso la modificación y yo acepté. En verdad, la idea original de esta novela era la publicación en páginas sueltas en un sobre, con páginas adicionales en blanco. Para que el lector no solo pudiera montar su propia novela (en una secuencia que él determinase) sino también añadir sus propios capítulos o fragmentos...

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