Por Carlos Páez de la Torre H
16 Agosto 2012
JULIO ARGENTINO ROCA. Una fotografía de la época en que era coronel, a principios de la década de 1870. LA GACETA / ARCHIVO
El general Julio Argentino Roca (1843-1914) luchó heroicamente, en su juventud, en la guerra del Paraguay. Diez años más tarde, en 1875, el tucumano se refirió a esa contienda, en carta a Domingo Faustino Sarmiento.
"Cuando he leído la batalla de Sedán, el golpe de gracia dado al ejército francés, con los planos a la vista, he creído asistir a ella", decía. "¡Qué diferencia con nosotros! ¡En qué apuros no se verá el que quiera escribir la historia de la guerra del Paraguay! ¡Cuánto trabajo le costará dar con la organización del ejército argentino y describir las batallas y los campamentos, de los cuales no tengo noticias de que se haya levantado un solo croquis!".
Esa guerra, "que pudo ser una buena escuela para nuestros oficiales por sus proporciones y por el tiempo que duró, se hizo como todas nuestras cosas, a la ventura, dejando al acaso lo que debió ser el resultado de la previsión y del cálculo, a semejanza de aquel pintor que pintaba 'lo que saliere'. El general Chenaut, que había servido a las órdenes de Paz, decía con mucha gracia y verdad que el ejército argentino era 'una montonera con música'".
Agregaba que, leyendo la historia de grandes guerras modernas, como la franco prusiana y la de secesión en Estados Unidos, "fatalmente va mi recuerdo a la del Paraguay y se confirma más mi opinión de que esta duró tanto, porque ni en nuestros generales, ni en los brasileños, ni el campo paraguayo, hubo la chispa militar necesaria. De una y otra parte, la estrategia ha consistido en amontonar gente: el primero a quien se le agotaba tenía que sucumbir. Así fue. Los paraguayos se agotaron primero. Nosotros triunfamos".
"Cuando he leído la batalla de Sedán, el golpe de gracia dado al ejército francés, con los planos a la vista, he creído asistir a ella", decía. "¡Qué diferencia con nosotros! ¡En qué apuros no se verá el que quiera escribir la historia de la guerra del Paraguay! ¡Cuánto trabajo le costará dar con la organización del ejército argentino y describir las batallas y los campamentos, de los cuales no tengo noticias de que se haya levantado un solo croquis!".
Esa guerra, "que pudo ser una buena escuela para nuestros oficiales por sus proporciones y por el tiempo que duró, se hizo como todas nuestras cosas, a la ventura, dejando al acaso lo que debió ser el resultado de la previsión y del cálculo, a semejanza de aquel pintor que pintaba 'lo que saliere'. El general Chenaut, que había servido a las órdenes de Paz, decía con mucha gracia y verdad que el ejército argentino era 'una montonera con música'".
Agregaba que, leyendo la historia de grandes guerras modernas, como la franco prusiana y la de secesión en Estados Unidos, "fatalmente va mi recuerdo a la del Paraguay y se confirma más mi opinión de que esta duró tanto, porque ni en nuestros generales, ni en los brasileños, ni el campo paraguayo, hubo la chispa militar necesaria. De una y otra parte, la estrategia ha consistido en amontonar gente: el primero a quien se le agotaba tenía que sucumbir. Así fue. Los paraguayos se agotaron primero. Nosotros triunfamos".