12 Agosto 2012
SIN CONDUCCION. Atlético sufrió los altibajos de Bustamante, como eje de su juego. LA GACETA / ARCHIVO
Con algunos pasajes interesantes, Atlético parecía hacer pie en Misiones. Sin embargo, un zurdazo de Dardo Romero lo dejó sin nada y Crucero del Norte se quedó con la victoria, por 1-0 y el "decano" regresa de Misiones con las manos vacías, después del encuentro que marcó el inicio de la temporada de la B Nacional para los tucumanos.
Sin Edgardo Galíndez ni Luis Rodríguez, el entrenador Ricardo Rodríguez tuvo que buscar variantes, pero sus ausencias se sintieron a lo largo del partido. Durante el primer tiempo, el "decano" arrancó mejor pero no tuvo la profundidad necesaria para abrir el marcador. Los locales se fueron al descanso con una mejor imagen.
Pero nada hacía pensar que ellos, precisamente, iban a encontrar, en una pelota parada, la forma de desenmarañar el juego. Un tiro libre perfecto del lateral misionero sorprendió a Ezequiel Cacace, que nada pudo hacer para evitar la caída de su arco.
Con más ímpetu que con fútbol, Atlético salió a buscar el empate, para ponerle un poco más de justicia al resultado. Pero una vez más sus delanteros demostraron que todavía tienen la pólvora mojada y no pudieron hacer daño. Es más, en los tres partidos jugados hasta ahora -si se tienen en cuenta los dos amistosos frente a San Martín- el "decano" sólo convirtió un gol en 270 minutos y lo hizo un defensor.
Los tres puntos se quedaron en Garupá, la ciudad en donde los misioneros tienen su estadio, porque Atlético no supo convertirse en el dueño del partido y porque cuando tuvo las ocasiones, sus delanteros no las aprovecharon. Un empate hubiera sido el mejor premio, que al final no llegó. LA GACETA ©
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Sin Edgardo Galíndez ni Luis Rodríguez, el entrenador Ricardo Rodríguez tuvo que buscar variantes, pero sus ausencias se sintieron a lo largo del partido. Durante el primer tiempo, el "decano" arrancó mejor pero no tuvo la profundidad necesaria para abrir el marcador. Los locales se fueron al descanso con una mejor imagen.
Pero nada hacía pensar que ellos, precisamente, iban a encontrar, en una pelota parada, la forma de desenmarañar el juego. Un tiro libre perfecto del lateral misionero sorprendió a Ezequiel Cacace, que nada pudo hacer para evitar la caída de su arco.
Con más ímpetu que con fútbol, Atlético salió a buscar el empate, para ponerle un poco más de justicia al resultado. Pero una vez más sus delanteros demostraron que todavía tienen la pólvora mojada y no pudieron hacer daño. Es más, en los tres partidos jugados hasta ahora -si se tienen en cuenta los dos amistosos frente a San Martín- el "decano" sólo convirtió un gol en 270 minutos y lo hizo un defensor.
Los tres puntos se quedaron en Garupá, la ciudad en donde los misioneros tienen su estadio, porque Atlético no supo convertirse en el dueño del partido y porque cuando tuvo las ocasiones, sus delanteros no las aprovecharon. Un empate hubiera sido el mejor premio, que al final no llegó. LA GACETA ©
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