10 Agosto 2012
ACTORES. Samuel Cortez y Luciana Dimarso en una escena de la obra. GENTILEZA RAUL REYES
"La cebolla o el sellamiento del Chero" se denomina la obra teatral que, bajo la dirección de Raúl Reyes, se estrenará hoy a las 21 en Sala Luis Franco del Círculo de la Prensa (Mendoza 240).
Una casa precaria en la orillas de la ciudad, rodeada de parlantes cumbiancheros; un mediodía tucumano; dos hermanos (El Chero, un boxeador frustrado y el otro un ladrón de poca monta) y una mujer deseada y amada por ambos condicionan la cotidianidad de esta puesta. También aparecen vecinos, que merodean por la casa junto a otros seres invisibles.
"La obra transcurre en la hora previa al almuerzo, en un día a día que naturaliza la derrota, como en un ring, donde las traiciones y el engaño atrapan las ilusiones", señala Reyes. La acción se desarrolla en el tiempo en que tarda en hacerse un guiso humeante y se condimenta no solo con cebolla y fideos, sino también con sueños menores y delirantes y con cuerpos erotizados y maltrechos.
"En esta obra nadie se salva, aunque lo místico y lo religioso aparezcan esbozados. Por eso, al final no queda otra que seguir y recorrer un camino que, aunque ilusorio, no deja de ser engañoso", manifiesta el director.
A pesar de que el humor atraviesa toda la historia, el drama está presente en todo momento. "La puesta no pretende iluminar conciencias ni plantear respuestas, pero sí busca interrogarnos. Y deja que sus personajes habiten por su cuenta en nuestra imaginación", agregó.
Actúan Martín Lombardelli (El Chero), Samuel Cortez (Javi), Luciana Dimarso (Gladyz), Pablo Salas (John W. Collins) y Nelda Erazú (La Pocha). La asistencia de dirección corre por cuenta de Ezequiel Nacusse.
Una casa precaria en la orillas de la ciudad, rodeada de parlantes cumbiancheros; un mediodía tucumano; dos hermanos (El Chero, un boxeador frustrado y el otro un ladrón de poca monta) y una mujer deseada y amada por ambos condicionan la cotidianidad de esta puesta. También aparecen vecinos, que merodean por la casa junto a otros seres invisibles.
"La obra transcurre en la hora previa al almuerzo, en un día a día que naturaliza la derrota, como en un ring, donde las traiciones y el engaño atrapan las ilusiones", señala Reyes. La acción se desarrolla en el tiempo en que tarda en hacerse un guiso humeante y se condimenta no solo con cebolla y fideos, sino también con sueños menores y delirantes y con cuerpos erotizados y maltrechos.
"En esta obra nadie se salva, aunque lo místico y lo religioso aparezcan esbozados. Por eso, al final no queda otra que seguir y recorrer un camino que, aunque ilusorio, no deja de ser engañoso", manifiesta el director.
A pesar de que el humor atraviesa toda la historia, el drama está presente en todo momento. "La puesta no pretende iluminar conciencias ni plantear respuestas, pero sí busca interrogarnos. Y deja que sus personajes habiten por su cuenta en nuestra imaginación", agregó.
Actúan Martín Lombardelli (El Chero), Samuel Cortez (Javi), Luciana Dimarso (Gladyz), Pablo Salas (John W. Collins) y Nelda Erazú (La Pocha). La asistencia de dirección corre por cuenta de Ezequiel Nacusse.