El Senado convirtió en ley la muerte digna, por unanimidad

El Senado convirtió en ley la muerte digna, por unanimidad

La norma aprobada tras cuatro horas de debate permite rechazar terapias en casos terminales. Cano (UCR) señaló que se respeta "la autonomía de la voluntad del paciente". "No es eutanasia", aclaró Aníbal Fernández (FpV)

TODOS DE ACUERDO. La votación no tuvo fisuras. Opositores y oficialistas dieron su apoyo a la iniciativa. DYN TODOS DE ACUERDO. La votación no tuvo fisuras. Opositores y oficialistas dieron su apoyo a la iniciativa. DYN
10 Mayo 2012
BUENOS AIRES.- La Cámara de Senadores de la Nación convirtió ayer en Ley el proyecto sobre "muerte digna" que establece el derecho a aceptar o rechazar determinadas terapias o procedimientos médicos o biológicos, ante una enfermedad irreversible, incurable o que se encuentre en estado terminal.

El debate duró casi cuatro horas y la iniciativa se aprobó por unanimidad. Se modifica así la Ley sobre Derechos del Paciente en su relación con los profesionales e instituciones de la salud y establece el "derecho a aceptar o rechazar" terapias o procedimientos médicos o biológicos, "con o sin expresión de causa, y a revocar luego su manifestación de la voluntad".

En el marco de esta potestad, el paciente con una "enfermedad irreversible, incurable o que se encuentre en estado terminal" tiene el derecho al rechazo de procedimientos quirúrgicos, de reanimación artificial o al retiro de medidas de soporte vital.

El presidente de la Comisión de Salud del Senado, el radical tucumano José Cano, expresó que la ley atiende un reclamo social por la ausencia de legislación en la materia, y adecuando la legislación argentina a "varios tratados internacionales".

"Estamos garantizando derechos, estamos recuperando el rol que debe tener en el arte de curar el equipo médico", explicó Cano, y señaló que el principal objetivo de la norma es el de "respetar la autonomía de la voluntad del paciente".

A su turno, el oficialista Aníbal Fernández aclaró que la iniciativa "no es eutanasia porque eso significaría acelerar la muerte del paciente". "Este es el derecho del paciente a morir dignamente", enfatizó Fernández. "Estamos en presencia de un concepto que avalan todas las religiones", dijo, y citó la encíclica Evangelium Vitae del papa Juan Pablo II (1995): "se puede en conciencia renunciar a unos tratamientos que procurarían únicamente una prolongación precaria y penosa de la existencia".

En cambio, la justicialista disidente Sonia Escudero pidió modificar el proyecto en el articulado que menciona el derecho del paciente a no ser alimentado ni hidratado, como uno de los métodos de muerte digna.

"La eutanasia activa es cuando le doy una inyección al paciente para terminar con su vida. La eutanasia pasiva es cuando omito la alimentación. En este caso, es la segunda", cuestionó.

Por su lado, la oficialista Liliana Fellner , remarcó en su alocución su preocupación de que la ley no sea una herramienta válida y termine en la justicia, al plantear que "hay contradicciones en la ley", y que "no están previstos los comités de bioética". (Télam-NA)

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