04 Mayo 2012
Rojkés se disculpó, pero el tsunami no cesó
"Dije palabras por las que hoy sólo puedo pedir, humilde y sinceramente, perdón a la familia y a la ciudadanía", dijo en un comunicado. El gobernador Alperovich no efectuó declaraciones y se embarcó a Buenos Aires. Ayer, la senadora había responsabilizado a la familia de la niña por lo sucedido
EN EL CENTRO. No es la primera vez que la senadora del PJ queda envuelta en la polémica por sus declaraciones. DYN
Fue una mañana corta pero tensa en la casa que el matrimonio Alperovich posee en la zona del parque Guillermina. Como cada día, a partir de las 8 comenzaron a llegar ministros, legisladores y diputados a conversar con el gobernador, José Alperovich, sobre cuestiones de agenda pública y política. Sin embargo, ayer no hubo tiempo para eso. El mandatario tenía la cabeza puesta en revertir el tsunami de críticas contra su esposa, la presidenta provisional del Senado, Beatriz Rojkés. Entre discusiones y sugerencias, largos silencios y visible malestar, antes de que el matrimonio gobernante se embarque hacia Buenos Aires se cocinó el pedido de disculpas de la senadora, por sus polémicos dichos acerca del asesinato de Mercedes Figueroa.
"Tenemos que hacernos cargo de las responsabilidades que tenemos los padres en lo que hace a seguridad y la obligación que tiene el Estado con respecto al control de la seguridad. Pero sabemos que el Estado sólo, sería imposible, porque no podemos tener al señor Estado a la par de una familia que está borracha, y permite que una criatura de seis años esté sola", había sostenido la presidenta del PJ tucumano en la tarde del jueves, luego de conocido el hecho que conmocionó a los tucumanos.
De inmediato, la indignación política y social anestesió al oficialismo. Alperovich y su esposa dejaron la provincia en silencio poco después de las 10, en un viaje que ya tenían programado. El vendaval fue de tal magnitud que hasta se alteró una de las rutinas sagradas de la Casa de Gobierno: el presidente subrogante de la Cámara, Regino Amado, a cargo interinamente de la Gobernación, no efectuó la tradicional salida matutina para visitar obras públicas.
Casi en simultáneo al arribo a la Capital Federal, el alperovichismo difundió un comunicado de prensa firmado por la senadora Rojkés. "Ante la tragedia vivida por la familia Figueroa, ante el horror e indignación que como madre y como abuela me produjo la crueldad del crimen, dije palabras por las que hoy sólo puedo pedir, humilde y sinceramente, perdón a la familia y a la ciudadanía", expresó, en forma textual, en el afán de pedir disculpas por sus palabras de apenas 12 horas atrás.
Pedidos de interpelación contra los ministros de Desarrollo Social (Enrique Zamudio) y de Seguridad, (Mario López Herrera) presentados por los radicales Roberto Sánchez y Federico Romano Norri, hasta denuncias en su contra en el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) fueron el corolario de lo que en el propio entorno gubernamental calificaron como un "exabrupto". De hecho, en Casa de Gobierno recordaron que no es la primera vez que declaraciones de la senadora derivan en un escándalo político. En marzo de 2006, por ejemplo, tildó de "ex tucumano" al reconocido escritor y periodista Tomás Eloy Martínez, ya fallecido. En junio de 2007, antes de las elecciones, la por entonces diputada inmortalizó la frase "vamos por todo". Entre 2009 y 2010, los años de mayor conflicto entre el PE y los autoconvocados de la salud, Rojkés de Alperovich protagonizó roces de alto voltaje mediático. Primero, en un acto por el Día de la Lealtad peronista, dijo que el error (del Gobierno) había sido no trabajar solamente con la gente del PJ: "que sabe lo que es la lealtad", había ironizado. Un año después, tildó de antisemita a ese sector.
Ayer, muchos alperovichistas recordaron las consecuencias de la verborragia de la senadora.
"Tenemos que hacernos cargo de las responsabilidades que tenemos los padres en lo que hace a seguridad y la obligación que tiene el Estado con respecto al control de la seguridad. Pero sabemos que el Estado sólo, sería imposible, porque no podemos tener al señor Estado a la par de una familia que está borracha, y permite que una criatura de seis años esté sola", había sostenido la presidenta del PJ tucumano en la tarde del jueves, luego de conocido el hecho que conmocionó a los tucumanos.
De inmediato, la indignación política y social anestesió al oficialismo. Alperovich y su esposa dejaron la provincia en silencio poco después de las 10, en un viaje que ya tenían programado. El vendaval fue de tal magnitud que hasta se alteró una de las rutinas sagradas de la Casa de Gobierno: el presidente subrogante de la Cámara, Regino Amado, a cargo interinamente de la Gobernación, no efectuó la tradicional salida matutina para visitar obras públicas.
Casi en simultáneo al arribo a la Capital Federal, el alperovichismo difundió un comunicado de prensa firmado por la senadora Rojkés. "Ante la tragedia vivida por la familia Figueroa, ante el horror e indignación que como madre y como abuela me produjo la crueldad del crimen, dije palabras por las que hoy sólo puedo pedir, humilde y sinceramente, perdón a la familia y a la ciudadanía", expresó, en forma textual, en el afán de pedir disculpas por sus palabras de apenas 12 horas atrás.
Pedidos de interpelación contra los ministros de Desarrollo Social (Enrique Zamudio) y de Seguridad, (Mario López Herrera) presentados por los radicales Roberto Sánchez y Federico Romano Norri, hasta denuncias en su contra en el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) fueron el corolario de lo que en el propio entorno gubernamental calificaron como un "exabrupto". De hecho, en Casa de Gobierno recordaron que no es la primera vez que declaraciones de la senadora derivan en un escándalo político. En marzo de 2006, por ejemplo, tildó de "ex tucumano" al reconocido escritor y periodista Tomás Eloy Martínez, ya fallecido. En junio de 2007, antes de las elecciones, la por entonces diputada inmortalizó la frase "vamos por todo". Entre 2009 y 2010, los años de mayor conflicto entre el PE y los autoconvocados de la salud, Rojkés de Alperovich protagonizó roces de alto voltaje mediático. Primero, en un acto por el Día de la Lealtad peronista, dijo que el error (del Gobierno) había sido no trabajar solamente con la gente del PJ: "que sabe lo que es la lealtad", había ironizado. Un año después, tildó de antisemita a ese sector.
Ayer, muchos alperovichistas recordaron las consecuencias de la verborragia de la senadora.