21 Abril 2012
El Capitán, su tripulación, el científico y la reina
El Pirata Capitán quiere llevarse el trofeo de "Pirata del Año", para lo cual debe apoderarse de un botín fabuloso. Como no lo consigue, decide entregar su mascota preferida a la Reina Victoria, que le retribuye con cuantiosas riquezas. Cuando su artimaña queda al descubierto, deberá reparar su deshonrosa actitud.
PIRATAS: UNA LOCA AVENTURA.
Los estudios de animación Aardman, que dieron al cine joyas como "Pollitos en fuga" o "La batalla de los vegetales" (y otros títulos no tan logrados como "Lo que el agua se llevó") vuelven a la carga con su bagaje de personajes entrañables, animaciones sorprendentes y escenarios, vestuarios y ambientaciones de enorme calidad técnica y artística. En este caso, todo este andamiaje está al servicio de la narración de una historia que entrecruza las aventuras de un grupo de piratas y la presencia de la reina Victoria de Inglaterra con las andanzas del mismísimo Charles Darwin. Es conocida la capacidad de los artistas de estos estudios para producir filmes técnicamente irreprochables y además, para narrar historias con gran solvencia; y, como siempre, para aderezar los relatos con pequeños guiños destinados a los adultos que van al cine para acompañar a los pequeños, a los que teóricamente está destinada la película. Y aquí es donde puede percibirse un tropiezo de la producción: si bien las líneas elementales de la trama pueden seguirse sin dificultad, hay una serie de escenas demasiado dialogadas y estáticas que, seguramente, aburrirán a los espectadores más chicos. Es cierto que las escenas de acción, las persecuciones y las caídas (y los efectos en 3D) están sabiamente colocados a lo largo del relato como para divertir a los niñitos y para regocijar a los que ya no lo son, y que los personajes siempre tienen una salida original o un gesto divertido como para sostener la atención del público, pero de a ratos la acción cae en pozos que conspiran contra el impacto final del filme.
No se trata, por cierto, de uno de los mejores títulos de los inventores de Wallace y Gromit, pero es cierto que las imágenes son deslumbrantes y la puesta en cámara de cada una de las secuencias es admirable; la historia entretiene a pesar de las lagunas de ritmo y el saldo general es satisfactorio. Ocurre que quienes vayan al cine impulsados por el recuerdo de los grandes filmes de Aardman deberán resistir a la tentación de comparar esta nueva entrega con las inolvidables producciones que cimentaron la fama de los estudios británicos.
No se trata, por cierto, de uno de los mejores títulos de los inventores de Wallace y Gromit, pero es cierto que las imágenes son deslumbrantes y la puesta en cámara de cada una de las secuencias es admirable; la historia entretiene a pesar de las lagunas de ritmo y el saldo general es satisfactorio. Ocurre que quienes vayan al cine impulsados por el recuerdo de los grandes filmes de Aardman deberán resistir a la tentación de comparar esta nueva entrega con las inolvidables producciones que cimentaron la fama de los estudios británicos.
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