19 Marzo 2012
Falta poco para que comience el otoño -la estación considerada de riesgo para el contagio de enfermedades respiratorias-, y la Nación está distribuyendo desde hace más de 15 días las dosis de vacuna antigripal que las provincias solicitaron. Se busca a toda costa que la gripe no se propague por la comunidad.
Ahora bien: ¿qué es concretamente la gripe? Según la Sociedad Argentina de Infectología, es una de las enfermedades respiratorias; precisamente, una de las que pueden ser graves En cambio, el resfrío y las enfermedades tipo influenza (ETI) -lo que significa parecidas a un cuadro gripal- pueden sobrellevarse con menores complicaciones. No obstante, es común que se las confunda.
Para ayudar a los tucumanos a distinguirlas, LA GACETA charló con la doctora Hebe Vázquez, médica infectóloga que es miembro de la Fundación Centro de Estudios Infectológicos (Funcei) y que forma parte de la Comisión de Vacunas de la Sociedad Argentina de Infectología.
No es benigna
En general se piensa que la gripe puede superarse con facilidad. "¡Nada más falso! El virus de la influenza es altamente contagioso, ataca a todos los grupos etarios y sus complicaciones pueden llegar a causar la muerte", advirtió la infectóloga. Por eso la vacuna contra la gripe es fundamental, añadió, y resaltó que la época óptima para inmunizarse es el otoño, aunque puede extenderse todo el invierno. Recomendó, además, que las personas que viajen al exterior se vacunen, cualquiera sea la época del año.
Vázquez recordó que anualmente el 15 % de la población mundial se ve afectada por la gripe. Entre los grupos más expuestos a sufrir complicaciones serias, como bronquitis y neumonía, se encuentran los niños, los adultos mayores de 65 años, los pacientes de entre 2 y 64 años que padecen enfermedades crónicas pulmonares y cardíacas; las personas con trastornos de inmunidad y aquellas que sufren obesidad mórbida.
Cómo reconocerlas
"La influenza se confunde con el resfrío, aunque la gripe tiene síntomas bien diferenciados: el principal es la fiebre alta (de entre 38° a 40°) durante tres o cuatro días y severos dolores musculares (ver "Síntomas..."). Es importante aprender a distinguirlas, ya que se diferencian tanto por el agente causante como por los síntomas, la intensidad, la prevención y el tratamiento", detalló Vázquez.
El propósito fundamental de discriminarlas es no medicar incorrectamente al paciente: se suelen usar antibióticos. "Ni la gripe ni el resfrío se curan o se tratan con antibióticos, ya que son enfermedades virales. Los antibióticos se emplean para combatir enfermedades causadas por bacterias, y únicamente deben tomarse bajo prescripción y con control médico", aclaró la especialista.
Varían los virus
Hay que diferenciar, entonces. El resfrío no está provocado, como la gripe, por el virus de la influenza y sus principales síntomas incluyen congestión nasal, estornudos, dolor de garganta y molestias en el pecho (que pueden ser leves o moderadas); rara vez se produce fiebre.
El tiempo que lleva recuperarse también diferencia ambas afecciones. Un enfermo de gripe puede tardar hasta dos semanas en retomar su ritmo de vida habitual; quien ha padecido un resfrío alcanza la recuperación en un tiempo bastante menor (siempre depende del caso, claro).
A vacunarse
La doctora Vázquez indicó que sí o sí necesitan protección, y constituyen el grupo de mayor riesgo, los mayores de 50 años, las embarazadas, las mamás de bebés menores de 6 meses, los niños de entre 6 y 24 meses, y los pacientes que sufren enfermedades crónicas, pacientes VIH positivos, etc. También se debe inmunizar al personal de salud.
Por otra parte, es indispensable vacunar a los niños, a partir de los seis meses, y a los adolescentes hasta los 18 años, ya que son los principales transmisores del virus.
Y aunque no constituyen población de riesgo, la vacunación también es beneficiosa para los jóvenes y los adultos sanos, ya que la gripe es una de las principales causas de ausentismo laboral y escolar (unos cinco días promedio, y muchos más si llegaran a surgir serias complicaciones).
Ahora bien: ¿qué es concretamente la gripe? Según la Sociedad Argentina de Infectología, es una de las enfermedades respiratorias; precisamente, una de las que pueden ser graves En cambio, el resfrío y las enfermedades tipo influenza (ETI) -lo que significa parecidas a un cuadro gripal- pueden sobrellevarse con menores complicaciones. No obstante, es común que se las confunda.
Para ayudar a los tucumanos a distinguirlas, LA GACETA charló con la doctora Hebe Vázquez, médica infectóloga que es miembro de la Fundación Centro de Estudios Infectológicos (Funcei) y que forma parte de la Comisión de Vacunas de la Sociedad Argentina de Infectología.
No es benigna
En general se piensa que la gripe puede superarse con facilidad. "¡Nada más falso! El virus de la influenza es altamente contagioso, ataca a todos los grupos etarios y sus complicaciones pueden llegar a causar la muerte", advirtió la infectóloga. Por eso la vacuna contra la gripe es fundamental, añadió, y resaltó que la época óptima para inmunizarse es el otoño, aunque puede extenderse todo el invierno. Recomendó, además, que las personas que viajen al exterior se vacunen, cualquiera sea la época del año.
Vázquez recordó que anualmente el 15 % de la población mundial se ve afectada por la gripe. Entre los grupos más expuestos a sufrir complicaciones serias, como bronquitis y neumonía, se encuentran los niños, los adultos mayores de 65 años, los pacientes de entre 2 y 64 años que padecen enfermedades crónicas pulmonares y cardíacas; las personas con trastornos de inmunidad y aquellas que sufren obesidad mórbida.
Cómo reconocerlas
"La influenza se confunde con el resfrío, aunque la gripe tiene síntomas bien diferenciados: el principal es la fiebre alta (de entre 38° a 40°) durante tres o cuatro días y severos dolores musculares (ver "Síntomas..."). Es importante aprender a distinguirlas, ya que se diferencian tanto por el agente causante como por los síntomas, la intensidad, la prevención y el tratamiento", detalló Vázquez.
El propósito fundamental de discriminarlas es no medicar incorrectamente al paciente: se suelen usar antibióticos. "Ni la gripe ni el resfrío se curan o se tratan con antibióticos, ya que son enfermedades virales. Los antibióticos se emplean para combatir enfermedades causadas por bacterias, y únicamente deben tomarse bajo prescripción y con control médico", aclaró la especialista.
Varían los virus
Hay que diferenciar, entonces. El resfrío no está provocado, como la gripe, por el virus de la influenza y sus principales síntomas incluyen congestión nasal, estornudos, dolor de garganta y molestias en el pecho (que pueden ser leves o moderadas); rara vez se produce fiebre.
El tiempo que lleva recuperarse también diferencia ambas afecciones. Un enfermo de gripe puede tardar hasta dos semanas en retomar su ritmo de vida habitual; quien ha padecido un resfrío alcanza la recuperación en un tiempo bastante menor (siempre depende del caso, claro).
A vacunarse
La doctora Vázquez indicó que sí o sí necesitan protección, y constituyen el grupo de mayor riesgo, los mayores de 50 años, las embarazadas, las mamás de bebés menores de 6 meses, los niños de entre 6 y 24 meses, y los pacientes que sufren enfermedades crónicas, pacientes VIH positivos, etc. También se debe inmunizar al personal de salud.
Por otra parte, es indispensable vacunar a los niños, a partir de los seis meses, y a los adolescentes hasta los 18 años, ya que son los principales transmisores del virus.
Y aunque no constituyen población de riesgo, la vacunación también es beneficiosa para los jóvenes y los adultos sanos, ya que la gripe es una de las principales causas de ausentismo laboral y escolar (unos cinco días promedio, y muchos más si llegaran a surgir serias complicaciones).
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