10 Diciembre 2011
Vida nueva, historias viejas
En el último día del año, una multitud se congrega en la famosa Times Square de Nueva York para presenciar el descenso de una gran bola luminosa mientras se cuentan los diez últimos segundos. Alrededor de este evento se entrelazan una media docena de historias en la gran ciudad.
Al director Garry Marshall no le fue nada mal en sus anteriores incursiones por el género de la comedia romántica; dejó un título sumamente popular con "Mujer bonita" hace dos décadas, y adoptó la fórmula de las múltiples historias paralelas en una gran ciudad, enlazándolas con una fecha muy especial en "Día de los enamorados", hace dos años. Con esos antecedentes, reunió a un elenco de estrellas de todas las edades y estructuró un guión acerca de historias que transcurren en Manhattan en las últimas horas del último día del año.
De todas las subtramas, la que protagonizan Michelle Pfeiffer y Zac Efron resulta quizá la mejor armada; bastante obvia es la de la complicada relación madre-hija que viven Sarah Jessica Parker y una ya crecida Abigail Breslin; y absolutamente predecibles las que animan las parejas formadas por Ashton Kutcher y Lea Michelle (famosa entre los más jóvenes por su participación en la exitosa "Glee") y el cantante Jon Bon Jovi y la rubia Katherine Heigl. Hilary Swank hace lo que puede con su personaje (la encargada de que todo salga bien en la megafiesta de Times Square) y Robert DeNiro le pone su innegable carisma a un enfermo terminal que pasa sus últimas horas en un hospital, acompañado por una abnegada enfermera que interpreta Halle Berry.
El problema de la película es que todo resulta demasiado obvio; los mensajes directos, los lugares comunes y los golpes bajos destinados a conmover a la platea se ven venir con demasiada anticipación, por lo que su eficacia resulta neutralizada. De esta manera, todo se reduce a ver a cada una de las estrellas en su pequeña participación; y como los productores han tenido la sagacidad de apuntar a todas las generaciones, por la pantalla desfilan ídolos para todos los gustos. Con todo, la narración es prolija y las casi dos horas que dura el filme no llegan a pesar sobre los espectadores; además, ayuda el clima de fiestas de fin de año que ya se vive a pleno.
De todas las subtramas, la que protagonizan Michelle Pfeiffer y Zac Efron resulta quizá la mejor armada; bastante obvia es la de la complicada relación madre-hija que viven Sarah Jessica Parker y una ya crecida Abigail Breslin; y absolutamente predecibles las que animan las parejas formadas por Ashton Kutcher y Lea Michelle (famosa entre los más jóvenes por su participación en la exitosa "Glee") y el cantante Jon Bon Jovi y la rubia Katherine Heigl. Hilary Swank hace lo que puede con su personaje (la encargada de que todo salga bien en la megafiesta de Times Square) y Robert DeNiro le pone su innegable carisma a un enfermo terminal que pasa sus últimas horas en un hospital, acompañado por una abnegada enfermera que interpreta Halle Berry.
El problema de la película es que todo resulta demasiado obvio; los mensajes directos, los lugares comunes y los golpes bajos destinados a conmover a la platea se ven venir con demasiada anticipación, por lo que su eficacia resulta neutralizada. De esta manera, todo se reduce a ver a cada una de las estrellas en su pequeña participación; y como los productores han tenido la sagacidad de apuntar a todas las generaciones, por la pantalla desfilan ídolos para todos los gustos. Con todo, la narración es prolija y las casi dos horas que dura el filme no llegan a pesar sobre los espectadores; además, ayuda el clima de fiestas de fin de año que ya se vive a pleno.