Por Federico Diego van Mameren
01 Diciembre 2011
A LA NACION. Manzur y Rojkés de Alperovich ya fueron citados por Cristina. ARCHIVO LA GACETA
Todos se ilusionan con lo mismo. Da la sensación de que la rutina de la gobernación los aburriera. Por eso, las candilejas del poder porteño los desvelan. Desde hace más de un mes, un rumor corree los cimientos del palacio y los "sijosesistas" se relamen: "le ofrecieron a José (Alperovich) que sea ministro de Economía".
El lunes, después de que Beatriz Rojkés de Alperovich pasara de primera dama tucumana a tercera poderosa del país, todos se envalentonaron y soltaron la versión: "viaja a Venezuela con Cristina (Fernández de Kirchner) y, allí, ella le va a ofrecer el Ministerio de Economía de la Nación". Ese es un sueño de Alperovich.
Para él, es la forma de bajarse de la calesita del poder tucumano y subirse al trampolín presidencial. Sería una forma de repetir lo que hizo en Tucumán. De todos modos, el peronismo nacional y Cristina no son precisamente el PJ provincial y Julio Miranda, que le tendieron alfombra roja a sus caprichos.
La versión es posible. La Presidenta quiere pasar cuatro años con problemas externos, pero ninguno interno. Y si algo les aseguran los Alperovich a los Kirchner (Cristina, Máximo y el recuerdo de Néstor) es fidelidad y trabajo. Alperovich se olvidó hasta de sus campos de soja en pos de cumplir lo que le pedía el ex presidente. Ni siquiera le importó desairar a los amigos por aquel.
Alperovich quiso y estuvo a punto de ser ministro de Economía de la Nación de la mano de Eduardo Duhalde. Quiere serlo. ¿Puede? En el penúltimo párrafo del artículo 91 de la Constitución se contempla el túnel en el que se metería la provincia. Allí dice que en el caso de una acefalía y el gobernador y vice no pudieran estar en el poder (Alperovich tomaría licencia como Juan Manzur supuestamente) y faltaren más de un año para que terminen sus mandatos el gobernador provisorio (Regino Amado, en este caso) deberá convocar a elecciones de gobernador y vice dentro de los 10 días.
No obstante, la Ley de Acefalía (N 6341 sancionada en 1992 y consolidada en tiempos alperovichistas) prevé que si el gobernador y el vice está temporariamente ausentes (seguro se aferrarán al cargo y pedirán licencia) los reemplazará el presidente subrogante de la Legislatura (Amado) mientras dure la ausencia.
Está claro que en el mundo "sijosesista" la opción segunda es perfecta. Se buscarán argumentos para determinar que las licencias son temporarias y no definitivas -planteos que ya se utilizaron para que Manzur no renuncie al cargo de vice- y por lo tanto hay que "dejarlo a Amado hasta que José quiera".
Hasta aquí, sólo rumores que entusiasman y renuevan la adrenalina de los hombres y mujeres que rodean al gobernador. Por lo tanto, los hacen correr a mayor velocidad que el Tango 01 que trasladó a su jefe. Pero de convertirse en realidad, Alperovich debiera revisar los pasos a seguir para no seguir maltratando instituciones y mucho menos la voluntad popular a la que ya no sólo le sacaron legisladores elegidos sino que también le cortarían las cabezas electas.
Cuando Alperovich fue ministro de Economía y se fue al Senado solía presumir diciendo que estaba todo tan en orden dentro de esa cartera que cualquiera podría manejarlo. Así, disimulaba que él era el titiritero de esa área del gobierno mirandista. No sería bueno que piense que la Provincia anda a control remoto. LA GACETA ©
El lunes, después de que Beatriz Rojkés de Alperovich pasara de primera dama tucumana a tercera poderosa del país, todos se envalentonaron y soltaron la versión: "viaja a Venezuela con Cristina (Fernández de Kirchner) y, allí, ella le va a ofrecer el Ministerio de Economía de la Nación". Ese es un sueño de Alperovich.
Para él, es la forma de bajarse de la calesita del poder tucumano y subirse al trampolín presidencial. Sería una forma de repetir lo que hizo en Tucumán. De todos modos, el peronismo nacional y Cristina no son precisamente el PJ provincial y Julio Miranda, que le tendieron alfombra roja a sus caprichos.
La versión es posible. La Presidenta quiere pasar cuatro años con problemas externos, pero ninguno interno. Y si algo les aseguran los Alperovich a los Kirchner (Cristina, Máximo y el recuerdo de Néstor) es fidelidad y trabajo. Alperovich se olvidó hasta de sus campos de soja en pos de cumplir lo que le pedía el ex presidente. Ni siquiera le importó desairar a los amigos por aquel.
Alperovich quiso y estuvo a punto de ser ministro de Economía de la Nación de la mano de Eduardo Duhalde. Quiere serlo. ¿Puede? En el penúltimo párrafo del artículo 91 de la Constitución se contempla el túnel en el que se metería la provincia. Allí dice que en el caso de una acefalía y el gobernador y vice no pudieran estar en el poder (Alperovich tomaría licencia como Juan Manzur supuestamente) y faltaren más de un año para que terminen sus mandatos el gobernador provisorio (Regino Amado, en este caso) deberá convocar a elecciones de gobernador y vice dentro de los 10 días.
No obstante, la Ley de Acefalía (N 6341 sancionada en 1992 y consolidada en tiempos alperovichistas) prevé que si el gobernador y el vice está temporariamente ausentes (seguro se aferrarán al cargo y pedirán licencia) los reemplazará el presidente subrogante de la Legislatura (Amado) mientras dure la ausencia.
Está claro que en el mundo "sijosesista" la opción segunda es perfecta. Se buscarán argumentos para determinar que las licencias son temporarias y no definitivas -planteos que ya se utilizaron para que Manzur no renuncie al cargo de vice- y por lo tanto hay que "dejarlo a Amado hasta que José quiera".
Hasta aquí, sólo rumores que entusiasman y renuevan la adrenalina de los hombres y mujeres que rodean al gobernador. Por lo tanto, los hacen correr a mayor velocidad que el Tango 01 que trasladó a su jefe. Pero de convertirse en realidad, Alperovich debiera revisar los pasos a seguir para no seguir maltratando instituciones y mucho menos la voluntad popular a la que ya no sólo le sacaron legisladores elegidos sino que también le cortarían las cabezas electas.
Cuando Alperovich fue ministro de Economía y se fue al Senado solía presumir diciendo que estaba todo tan en orden dentro de esa cartera que cualquiera podría manejarlo. Así, disimulaba que él era el titiritero de esa área del gobierno mirandista. No sería bueno que piense que la Provincia anda a control remoto. LA GACETA ©
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