Piden un sistema tecnológico para huellas

Un crimen se puede resolver con un movimiento tan rápido como el de encimar una hoja sobre otra. Es un sistema tecnológico que permite comparar huellas digitales en segundos. Se llama "Afis" (Automated Fingerprint Identification System) y es el sueño de los peritos que trabajan en el departamento de Huellas y Rastros de la Policía Científica de la Provincia. Ya hicieron el pedido oficial para que se adquiera el programa. Por ahora, tendrán que esperar.

Atar cabos es su especialidad. Por eso, los oficiales se relamen al ver que dentro de unos pocos años, gracias al DNI digital, todos los argentinos habrán dejado sus huellas en un sistema informático. Con un dispositivo como es el "Afis", en poco segundos podrían vincular los rastros hallados en la escena de un crimen con un ciudadano cualquiera. Cuando la Policía provincial adquiera este programa estará al tono con países como EE.UU., Francia, Alemania o Canadá. En Argentina, ya lo tiene la Policía Bonaerense.

Por el momento, el trabajo se hace en forma artesanal y es acotado, ya que sólo se pueden comparar huellas con las de personas que tienen prontuario, según cuenta el director de este departamento, el licenciado Juan José Cata.

Lo que se necesita principalmente es un ojo muy entrenado. La tarea es específica. Los peritos llegan, por ejemplo, a un sitio donde se cometió un robo. Lo primero que hacen es hallar cosas que no estén en su lugar o que se encuentren desordenadas. Desparraman un polvo revelador de rastros por todos aquellos lugares adonde los ladrones podrían haber dejado impresas sus huellas. Con brocha, linterna y lupa en mano, comienzan un meticuloso trabajo que más tarde podría dar con la identidad de los culpables.

Luego, comienzan a comparar con las huellas con aquellas que están guardadas en los prontuarios de los delincuentes. Sólo si son reincidentes, hallarán a un sospechoso. Si no quedarán guardadas hasta que aparezca algún presunto ladrón vinculado al robo. "El Afis nos cambiaría la vida", reconoce Cata, aunque asegura que con la preparación técnica de los peritos es casi imposible equivocarse. "A veces con sólo ver una huella, se nos vienen a la cabeza coincidencias", explica.

Los efectivos sostienen que sólo con pasión y una gran vocación pueden desarrollar su trabajo, que no entiende de días festivos y feriados. La necesidad de hacer hablar a los "testigos mudos" es un motor que nunca se apaga, sostienen.

El oficial Rogelio Farías Sánchez, jefe de la División Balística de la Policía Científica, sabe que muchas veces por sus manos pasa gran parte del esclarecimiento de un delito. Esta vez estudia un asesinato. Primero analiza el proyectil extraído del cuerpo de una víctima. Luego dispara dos armas secuestradas en el lugar del hecho. A través de un microscopio, una simple mirada de las dos balas disparadas le permitirá saber cuál fue la pistola asesina, ya que cada arma deja una marca característica y única en las vainas servidas.

Si las huellas en el arma asesina coinciden con las del sospechoso, que ya dio positivo en el test de parafina, el círculo cerrará casi perfecto por más que él imputado lo niegue una y mil veces.