Por Carlos Páez de la Torre H
14 Octubre 2011
PARA SUSCRIPTORES. Primera página del folleto, impreso en 1875, donde Vaughan invitaba a costear una edición popular de la Biblia.
El clérigo inglés Kenelm Vaughan figura entre los importantes difusores de las Sagradas Escrituras. Anduvo recorriendo la Argentina entre 1875 y 1880. Cuando regresó a Europa desempeñaría allí destacadas funciones, entre ellas la de secretario, en Londres, del célebre cardenal Charles Henry Manning.
Nos interesa rescatar que permaneció por varias semanas en Tucumán, a fines de 1875 y comienzos de 1876. Había hecho imprimir el folleto "Invitación que hace a los fieles el presbítero Kenelm Vaughan para que coadyuven a la obra de la impresión y propagación de las Sagradas Escrituras", donde constaba el auspicio que destacados prelados daban a su tarea.
Las páginas se abrían con una "Invitación a los fieles de esta ilustrada ciudad de Tucumán". Explicaba que su misión era "hacer popular la lectura de los Libros Santos, sin los que el progreso intelectual y moral de un pueblo no puede comprenderse". Con ese fin, proyectaba una edición "portátil, de tipo claro y limpio" de la Biblia, exacta a la clásica de Scío de San Miguel y aumentada con un índice cronológico e histórico, un catálogo de evangelios y epístolas y un compendio de la doctrina cristiana. Invitaba, para costear la impresión, a suscribirse con sumas de "cinco (pesos) bolivianos para arriba".
En Tucumán, su agente era el párroco de La Merced, presbítero Luis B. Alfaro. Vaughan escribió varios libros, entre ellos "The divine armory of Holy Scripture" y la crónica "Viajes en España y Sud América para conseguir fondos para la Capilla Hispano Americana del Santísimo Sacramento en la Catedral de Westminster". Su hermano, el cardenal Herbert Vaughan, fue arzobispo de Westminster.
Nos interesa rescatar que permaneció por varias semanas en Tucumán, a fines de 1875 y comienzos de 1876. Había hecho imprimir el folleto "Invitación que hace a los fieles el presbítero Kenelm Vaughan para que coadyuven a la obra de la impresión y propagación de las Sagradas Escrituras", donde constaba el auspicio que destacados prelados daban a su tarea.
Las páginas se abrían con una "Invitación a los fieles de esta ilustrada ciudad de Tucumán". Explicaba que su misión era "hacer popular la lectura de los Libros Santos, sin los que el progreso intelectual y moral de un pueblo no puede comprenderse". Con ese fin, proyectaba una edición "portátil, de tipo claro y limpio" de la Biblia, exacta a la clásica de Scío de San Miguel y aumentada con un índice cronológico e histórico, un catálogo de evangelios y epístolas y un compendio de la doctrina cristiana. Invitaba, para costear la impresión, a suscribirse con sumas de "cinco (pesos) bolivianos para arriba".
En Tucumán, su agente era el párroco de La Merced, presbítero Luis B. Alfaro. Vaughan escribió varios libros, entre ellos "The divine armory of Holy Scripture" y la crónica "Viajes en España y Sud América para conseguir fondos para la Capilla Hispano Americana del Santísimo Sacramento en la Catedral de Westminster". Su hermano, el cardenal Herbert Vaughan, fue arzobispo de Westminster.