02 Octubre 2011
LA CONFESIÓN. "Me siento cómodo escribiendo siete horas diarias", dice Rosenzvaig.
Por Mónica Cazón
Para LA GACETA - Tucumán
- Su bibliografía es amplia y variada. Últimamente han despertado interés dos libros suyos, muy diferentes entre sí: Mamá ¿puedo bailar? y La oruga sobre el pizarrón; es decir, una novela y una biografía. ¿Puede contarnos algo acerca de la motivación que lo llevó a escribirlos y, en general, a tocar temas tan distintos?
- Un poeta decía "No puedo sin la vida vivir". Parece una tautología. Y sin embargo en lo referente a estos dos libros que señalas, La oruga sobre el pizarrón y Mamá ¿puedo bailar?, hay una experiencia vital diferente. El primero trata sobre la vida y asesinato de un gran dirigente social argentino, fundador de Ctera, Isauro Arancibia. Tal vez el primer muerto de la dictadura del 24 de marzo, el primer robado (le quitaron el par de zapatos nuevos y finos comprados por sus hermanas en su 50 aniversario), y asimismo el primer resistente. El segundo libro, Mamá? viene de la intimidad, no propia, sino de aquellos seres que deben vivir una vida, cien vidas dependientes de otras voluntades, cariños, y cantos, porque tienen capacidades especiales o dicho para el caso de este libro, ninguna capacidad para moverse. Se trata de la relación amorosa entre una madre y una hija espástica absoluta durante más de 40 años, donde todo es cuesta arriba. Historia admirable del calor humano desbordado. De hecho se transformó la niña en personalidad creadora de sus propios actos sociales.
- Si bien su obra se mueve en espacios de la narrativa y del ensayo ¿qué opina de la poesía ¿Es, a su entender, una literatura a la intemperie?
- Soy lector impenitente de poesía porque sin ella el hombre no cuenta las estrellas. La poesía reúne la vida de todas las vidas, y todo el dolor para transformarlo en alegrías secretas. En el libro Mamá? la poesía autoriza a describir los desiertos del cuerpo sin músculos. La protagonista encuentra en cada ser, a partir de su inmovilidad, lo que este necesita quitar hacia fuera. Su estado es la llave que cierra el techo de una gran bóveda humana, si tenemos en cuenta que para los latinos esa palabra llave era la piedra final que cerraba un arco. No hay exploración más íntima que la poesía. Son libros, los verdaderos, que arañan, acarician, envenenan, alimentan. De hecho, no puedo escribir sin poemas al lado.
- ¿Cuáles son sus referentes literarios dentro de los géneros y temáticas que aborda? ¿En qué disciplina se siente más cómodo como escritor?
- Empecé investigando sobre la historia de Tucumán, me deslicé hacia la antropología y sociología del Norte, asumí el cuento desde las bases orales, me integré a la novela utilizando estas herramientas. Obtuve con ellos numerosos premios nacionales e internacionales. Trato de atravesar los límites imprecisos de los géneros, como brumas instaladas en la década, en particular detenido en aquellos días en que navegaban las cosas diferentes con el mismo espíritu humano. Trato de narrar el Tercer Ojo del que contaba César Tiempo sobre Roberto Arlt en una lechería, antes de predecir el propio poseedor del ojo, que moriría del corazón por "ver tanto". Me siento más cómodo escribiendo siete horas diarias. Y allí van apareciendo dudas titulares, caballeros andantes, muchachas veloces y hombres que nacieron entre muchos que todavía faltan nacer.
- Dice el escritor Fernando Sorrentino que "la narrativa es el arte de inventar mentiras verosímiles". Dada su temática, preferentemente realista, ¿está de acuerdo con esa definición?
- La narrativa es el arte de inventarse a uno y, a los seres que uno ama, volverlos verosímiles.
© LA GACETA
PERFIL
Eduardo Rosenzvaig es doctor en Historia, profesor de Historia General de la Cultura en la Facultad de Artes de la UNT y director del Instituto de Cultura Popular de la misma universidad. Entre sus libros pueden mencionarse Cuentos políticos y Mañana es lejos (Premio Casa de las Américas). Ha publicado artículos en Clarín, Página/12 y Cuadernos Hispanoamericanos, entre otros.
NOTICIAS RELACIONADAS