15 Septiembre 2011
PREOCUPACIONES. El artista se nutrió de elementos vinculados con la cultura de masas. También desarrolló una potente obra política. CANARIASALDIA.COM
La historia contemporánea está llena de inexactitudes e injusticias. Muchísimas de ellas constituyen su esencia, a veces provocadas por la fama o el mercado. Aunque Andy Warhol goce del reconocimiento histórico y de masas, fue el británico Richard Hamilton quien abrió la brecha de esta tendencia -el pop art- seis años antes de que la mítica lata Campbells apareciera. "En Just What is It That Makes Today's Homes So Different, So Appealing?" (1956, "¿Qué es lo que hace de los hogares de hoy en día tan diferentes, tan divertidos?), la tan célebre palabra pop aparecía en el centro de una paleta de caramelo. Se trataba de una especulación sobre los aspectos más vacuos de su cultura antes que de una apología festiva.
Hamilton, quien falleció a los 89 años, fue un artista de excepción, un visionario; una figura que catapultó hacia el resto del mundo a los swinging London de los 60, y un adelantado en su época.
En el mapa
Hamilton se puso en el mapa con la exposición "This is Tomorrow", montada en la Whitechapel Gallery, donde abrió brecha para figuras que se encumbrarían después como Peter Blake y David Hockney.
A través de sus obras se dedicó a criticar a la sociedad de su tiempo, ya fuera utilizando con ironía una imagen de Mick Jagger o la de un miembro del Ejército Republicano Irlandés en huelga de hambre. Hasta en sus últimas piezas no faltaba la veta política. En 2007 hizo un retrato de Tony Blair mostrándolo como si fuera un banquero más. Tres años después, mostró una obra que consistía en dos mapas: uno de Israel y Palestina en 1947 y otro en 2010, donde el estado judío se había devorado ya a su vecino.
Ni el reconocimiento pudo domesticarlo: entre sus premios, se cuenta el León de Oro en Venecia y una magna exposición de sus dibujos sobre el Ullysses de Joyce en el British Museum. Hamilton consiguió prolongar la estela turbia y cautivante del arte de vanguardia concebido por Marcel Duchamp -a quien conoció-. Pese a todo, jamás dudó en subrayar que el pop art era esencialmente sexy.
El padre del pop art fue uno de los primeros en plantearse la exposición como una obra en sí misma y el primero en ser curador de exposiciones cuando este concepto aún no existía.
El artista bromeaba siempre diciendo que, en realidad, se sentía más bien "el abuelo", y no el padre del pop.
Desde que empezó con su primera muestra individual en la galería Leo Castelli de Nueva York hasta la gran retrospectiva que preparaba para 2013 en Los Ángeles, Filadelfia, Londres y Madrid, Hamilton pasó por representaciones en bienales, exposiciones colectivas y exposiciones individuales.
Hamilton, quien falleció a los 89 años, fue un artista de excepción, un visionario; una figura que catapultó hacia el resto del mundo a los swinging London de los 60, y un adelantado en su época.
En el mapa
Hamilton se puso en el mapa con la exposición "This is Tomorrow", montada en la Whitechapel Gallery, donde abrió brecha para figuras que se encumbrarían después como Peter Blake y David Hockney.
A través de sus obras se dedicó a criticar a la sociedad de su tiempo, ya fuera utilizando con ironía una imagen de Mick Jagger o la de un miembro del Ejército Republicano Irlandés en huelga de hambre. Hasta en sus últimas piezas no faltaba la veta política. En 2007 hizo un retrato de Tony Blair mostrándolo como si fuera un banquero más. Tres años después, mostró una obra que consistía en dos mapas: uno de Israel y Palestina en 1947 y otro en 2010, donde el estado judío se había devorado ya a su vecino.
Ni el reconocimiento pudo domesticarlo: entre sus premios, se cuenta el León de Oro en Venecia y una magna exposición de sus dibujos sobre el Ullysses de Joyce en el British Museum. Hamilton consiguió prolongar la estela turbia y cautivante del arte de vanguardia concebido por Marcel Duchamp -a quien conoció-. Pese a todo, jamás dudó en subrayar que el pop art era esencialmente sexy.
El padre del pop art fue uno de los primeros en plantearse la exposición como una obra en sí misma y el primero en ser curador de exposiciones cuando este concepto aún no existía.
El artista bromeaba siempre diciendo que, en realidad, se sentía más bien "el abuelo", y no el padre del pop.
Desde que empezó con su primera muestra individual en la galería Leo Castelli de Nueva York hasta la gran retrospectiva que preparaba para 2013 en Los Ángeles, Filadelfia, Londres y Madrid, Hamilton pasó por representaciones en bienales, exposiciones colectivas y exposiciones individuales.
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