09 Julio 2011
"¿Dónde están las niñas? ¿Cuándo comienza la reunión?" Doña Francisca Bazán de Laguna está eufórica y repite la misma frase sin cesar. A pesar de los achaques propios de sus 72 años ("me duelen los huesos cuando hace frío y me falta el aire cuando hace calor", dice), la anciana que alquiló su espléndida casa para que se realicen las sesiones del Congreso va y viene por las habitaciones ultimando los detalles. Por momentos se pierde y no entiende muy bien a que viene tanto alboroto. Ella cree que es una fiesta, y por eso se afana para que el servicio doméstico mantenga todos los cuartos impecables. "No está bien visto que una reunión de este nivel se haga de manera improvisada", señala. Después se da cuenta de que en realidad la fiesta será en otro lado; en su casa sólo se declarará la Independencia.
La propiedad es una de las más antiguas y majestuosas de la ciudad. Ubicada en la calle Matriz, tiene tres patios, y techos de caña y teja. "La fachada posee un estilo barroco español. Es muy fresca en verano y cálida en invierno. Mi marido y yo construímos el frente, con las actuales columnas salomónicas. Decidimos pintar las puertas y ventanas de color azul porque resaltaba aún más el blanco de la fachada", cuenta risueña.
De hecho, la casa es uno de sus mayores orgullos. Fue una de las primeras viviendas que se construyeron a fines de 1600, cuando la ciudad fue trasladada desde su antiguo emplazamiento en Ibatín. "Perteneció a mi familia desde que se construyó. Cuando me casé con Miguel Laguna, mi padre se la entregó como dote. Ahora que me he quedado sola, quiero que sirva para algo", asegura.
Por eso accedió a alquilarla. "Aquí se instalaron las tropas de Belgrano durante mucho tiempo. Lo único negativo es que los soldados son gente sin cuidado y, por más que les pedí recato, la casa ha quedado un poco deteriorada. Sobre todo la parte de los patios, que es la más linda porque están los naranjos y las retamas", agrega. A causa de esto, el gobernador Bernabé Aráoz ordenó que el Estado se hiciera cargo de los arreglos para instalar la Aduana Provincial con sus almacenes de guerra.
"Ahora se ha recuperado el esplendor que tenía en mis épocas de juventud. Eso sí, hubo que derribar la pared que dividía las dos habitaciones principales para que puedan entrar todos los congresales", explicó.
Doña Francisca espera con ansiedad el momento de la jura, que se hará alrededor de las 14.30. No entiende bien las implicancias políticas de este evento, pero sabe que es importante. Y ella, entusiasmada, alega que la pone orgullosa que todo suceda en su casa. "Yo hubiera querido que el baile de gala sea también aquí. Pero me dijeron que no será posible porque el gobernador Aráoz ya dispuso que se haga en su casa. No obstante, aquí tendremos fiesta mañana por la noche y por eso estoy tan atareada", declara.
Igualmente doña Francisca será la invitada principal de la velada del gobernador Aráoz. "Espero encontrarme con Manuel Belgrano, a quien quiero mucho -reveló-. Asistiré acompañada de mi hijo. Espero que el dolor de huesos me lo permita".
La propiedad es una de las más antiguas y majestuosas de la ciudad. Ubicada en la calle Matriz, tiene tres patios, y techos de caña y teja. "La fachada posee un estilo barroco español. Es muy fresca en verano y cálida en invierno. Mi marido y yo construímos el frente, con las actuales columnas salomónicas. Decidimos pintar las puertas y ventanas de color azul porque resaltaba aún más el blanco de la fachada", cuenta risueña.
De hecho, la casa es uno de sus mayores orgullos. Fue una de las primeras viviendas que se construyeron a fines de 1600, cuando la ciudad fue trasladada desde su antiguo emplazamiento en Ibatín. "Perteneció a mi familia desde que se construyó. Cuando me casé con Miguel Laguna, mi padre se la entregó como dote. Ahora que me he quedado sola, quiero que sirva para algo", asegura.
Por eso accedió a alquilarla. "Aquí se instalaron las tropas de Belgrano durante mucho tiempo. Lo único negativo es que los soldados son gente sin cuidado y, por más que les pedí recato, la casa ha quedado un poco deteriorada. Sobre todo la parte de los patios, que es la más linda porque están los naranjos y las retamas", agrega. A causa de esto, el gobernador Bernabé Aráoz ordenó que el Estado se hiciera cargo de los arreglos para instalar la Aduana Provincial con sus almacenes de guerra.
"Ahora se ha recuperado el esplendor que tenía en mis épocas de juventud. Eso sí, hubo que derribar la pared que dividía las dos habitaciones principales para que puedan entrar todos los congresales", explicó.
Doña Francisca espera con ansiedad el momento de la jura, que se hará alrededor de las 14.30. No entiende bien las implicancias políticas de este evento, pero sabe que es importante. Y ella, entusiasmada, alega que la pone orgullosa que todo suceda en su casa. "Yo hubiera querido que el baile de gala sea también aquí. Pero me dijeron que no será posible porque el gobernador Aráoz ya dispuso que se haga en su casa. No obstante, aquí tendremos fiesta mañana por la noche y por eso estoy tan atareada", declara.
Igualmente doña Francisca será la invitada principal de la velada del gobernador Aráoz. "Espero encontrarme con Manuel Belgrano, a quien quiero mucho -reveló-. Asistiré acompañada de mi hijo. Espero que el dolor de huesos me lo permita".