Cuando los gestos hablan por nosotros

Cuando los gestos hablan por nosotros

Durante una reunión de trabajo o una entrevista laboral se desnudan algunas facetas de nuestra personalidad que los interlocutores suelen tomar en cuenta a la hora de asignar un proyecto o elegir al postulante adecuado. Lo importante, dicen los especialistas, es mostrarse natural y corregir ciertas conductas gestuales con la ayuda del espejo.

MOVIMIENTOS DE CABEZA. Son los más fáciles de interpretar. Durante una charla o entrevista, puede escaparse un asentimiento o una negación. Si se inclina lateralmente, denota interés. Si es hacia arriba, evaluación. MOVIMIENTOS DE CABEZA. Son los más fáciles de interpretar. Durante una charla o entrevista, puede escaparse un asentimiento o una negación. Si se inclina lateralmente, denota interés. Si es hacia arriba, evaluación.
24 Mayo 2011
Un gesto vale más que mil palabras. Y sobre todo en la oficina, donde todo se toma en cuenta. Hasta el más mínimo movimiento para generar suspicacias o empatía. Y, si es una entrevista, mucho más. El cuerpo habla: si asumimos una postura rígida, demostrará inseguridad o, en el por de los casos, cierta agresividad. Si se mantiene una postura erguida estará transmitiendo seguridad al selector.

Claro está que esto hace al sentido común porque las recetas pueden ser peligrosas, sin un conocimiento más profundo del colega que tenemos enfrente dentro de la oficina o del postulante a algún puesto laboral, afirma a LA GACETA Sergio Rulicki, doctor en Ciencias de la Comunicación Social de la Universidad Austral e investigador sobre lenguaje no verbal. "La idoneidad es lo que cuenta, pero la comunicación no verbal puede ser un instrumento que nos acerque a la mayor empatía o acertividad frente a un trabajador", indica.

Según el sociólogo Albert Mehrabian, el 55% de la comunicación entre dos personas se da a través de lo que proyecta nuestro cuerpo.

Las cualidades que proyectamos no se pueden desarrollar de un día para el otro. "El selector se da cuenta cuando una persona trata de proyectar una imagen diferente y eso, en definitiva, suele ser contraproducente si esa persona aspira a lograr un puesto", puntualiza Rulicki. Por esa razón, conviene ser lo más natural posible. "Acompañar a la verdad de nuestro relato, nuestra forma de ser y nuestra experiencia, buscando potenciar las cosas positivas que supimos conseguir", completa el investigador.

Lo que hay que evitar
Según Rulicki, lo importante es mostrarse abierto, receptivo, y esto implica no mostrarse de brazos cruzados. Eso genera una suerte de barrera frente al interlocutor. En una reunión de trabajo o en una entrevista laboral, mantener el cuerpo hacia adelante brinda una imagen de atención, acompañado con el contacto visual ("mirar a los ojos cuando uno contesta sin sobrepasarse, implica atención"). "No todo está enfocado en la propia perfomance, en el propio desempeño. Uno es parte igualitaria en la entrevista y debe saber interpretar la empatía con el otro; eso es un canal de doble vía", dice.

Autor del libro "Comunicación No-Verbal, Cómo la Inteligencia Emocional se expresa a través de los Gestos", Rulicki señala que, durante una entrevista laboral o en una reunión de trabajo, la persona debe tratar de evitar sentarse en la punta de la mesa, ya que ese lugar, generalmente, está reservado para los ejecutivos de la compañía.

Algo muy común, pero no bien visto por quienes están frente de uno, son las muletillas que denotan nerviosismo (refregarse las manos, jugar con los dedos, o cambiar bruscamente de tema). Esos gestos siempre restan puntos, sostienen los especialistas. La mayor parte de las conductas no verbales son espontáneas. Por lo tanto, dicen mucho más que los curriculum. El espejo suele ser un mejor aliado para corregirlas y potenciar las virtudes gestuales de cada uno.

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