Buscando y encontrando a Sai Baba

Buscando y encontrando a Sai Baba

Un libro excelente de un excelente autor

08 Mayo 2011
CRÓNICA
DIOS MÍO. UN VIAJE POR
LA INDIA EN BUSCA DE SAI BABA
MARTÍN CAPARRÓS
(Planeta - Buenos Aires)

Quienes reseñan libros -libros ajenos, claro, porque reseñar libros propios sería, cuando menos, una inobjetable bajeza- deben hablar de los libros a reseñar, y no de sí mismos -de sí mismos como personas, ya no de sus propios libros-. 
Entonces, quienes reseñan libros -llamados, a veces, apresurada y pomposamente, "críticos"- dirán que tal o cual libro está bien, o muy bien, o medianamente bien, o regular o mal o muy, muy mal.
Ahora: qué sucede cuando un libro es excelente. Cuando un libro es excelente, además, 17 años después de su primera edición. Y más aún: cuando el autor de ese libro excelente ha escrito otros libros más excelentes aún que aquel libro editado 17 años atrás.
Eso sucede con Dios mío. Un viaje por la india en busca de Sai Baba, de Martín Caparrós. Es excelente. 
Un libro que -según dice el autor- llevaba pensando largo tiempo (desde los 18 años, cuando emigró a Europa escapando de la Dictadura), hasta que pudo concretarlo a principio de los 90, en años de pleno neoliberalismo. Un libro que -como tantos otros del autor- transita varios géneros y se asienta sobre innumerables temáticas: crónica, diario de viaje, ensayo, historia de las culturas, historia de las religiones, espiritualidad, etcétera. 
Un libro donde el protagonista dice ser un Dios de Carne y Hueso, un Dios en la Tierra que ha elegido tomar la Forma del Hombre para estar en contacto con el Hombre. Un libro donde el controvertido Rathmnakaram Venkata Satyanarayanaraju (tal el Nombre Terrenal del Dios) puede aparecer como el Gran Guía Espiritual vestido de naranja "que hablaba de Dios como de un primo un poco confianzudo", o como un Merlín que es capaz de materializar el vibuti -la ceniza sagrada con que sus fieles se ungen para librarse de los males- desde la nada. Ese controvertido Dios -y mucho, muchísimo más- es Sai Baba en manos de Caparrós. Y todo en un país desmesurado y extraordinario como la India.
Y encima el Dios se muere en la semana en que se reedita el libro, 17 años después. Excelente.
La reseña de este libro debería decir mucho más: que el libro es así o asá, de este u otro color, que Baba es un personaje excelente -para la Historia en sí, para un libro- para un escritor excelente. Mejor aún, y para terminar y para resumir: debería decir que baste recordar la vieja ley que dice que el personaje no es el sólo el personaje, sino quién lo cuenta.
© LA GACETA

Hernán Carbonel

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