Por María Ester Véliz
27 Enero 2011
El vertiginoso avance del conocimiento médico y tecnológico revolucionan día a día el campo de la medicina en todas sus ramas, hasta límites casi insospechados. El diagnóstico por imágenes cada vez más nítidas y precisas; los fármacos biológicos, las técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas, el perfeccionamiento en el desarrollo de prótesis para la reconstrucción ósea en distintas partes del organismo y el uso láser en varias especialidades médicas, por nombrar algunos, conforman la lista de los grandes logros que alcanzó la ciencia médica. A esto se deben sumar los robots que operan a distancia (de un continente a otro) a través de imágenes y de una consola.
En esta nueva era de la medicina, la informática, la cibernética y la globalización cumplen un papel decisivo: permite que todos los avances científicos y las novedosas prácticas quirúrgicas lleguen a todos los confines de la tierra.
Nada que envidiar
Tucumán, en este sentido, está a la altura de los países del primer mundo: tiene recursos humanos altamente capacitados y reconocidos internacionalmente por sus aportes a la ciencia médica. Además, cuenta con tecnología de punta para diagnosticar y resolver la mayoría de los problemas quirúrgicos. Así lo demuestran los premios y distinciones que continuamente reciben en congresos nacionales e internacionales profesionales de la salud. Los galardones que los tucumanos traen a su provincia se deben a estudios, investigaciones y descubrimientos médicos, como así también a la creación de técnicas quirúrgicas que luego se aplican en el mundo.
Hoy en día, los que se benefician con los últimos adelantos médicos dejaron de ser sólo los pacientes con seguro médico (obra social o medicina prepaga), que son asistidos en el sector privado.
Las cirugías de alta complejidad en cardiología, neurología, oftalmología, traumatología, odontología -incluyendo el trasplante de órganos- llegaron al hospital público. Se instalaron para que la gente de escasos recursos y para los que viven prácticamente en la indigencia, tengan acceso a la atención médica integral, sin distinciones, y que por derecho les corresponde.
Vasta experiencia
En los hospitales públicos trabajan equipos médicos, muchos de ellos referentes en su especialidad en el ámbito regional y nacional, que también se desempeñan en el sector privado. Cuentan con instrumental quirúrgico de última generación y con vasta experiencia en sus especialidades. La Universidad Nacional de Tucumán -especialmente la Facultad de Medicina- es un actor que pesa mucho en la excelencia académica que alcanzan los profesionales.
Esta es la razón por la cual cada día son más los pacientes tucumanos y de provincias vecinas que acuden al hospital público para que le solucionen graves problemas de salud como tumores cerebrales, tumores óseos y hasta deformaciones congénitas en distintas partes del esqueleto, traumas y males degenerativos en la columna vertebral, correcciones en defectos de la visión y trasplante de órganos e injerto de tejidos, entre otros.
El nivel de los recursos humanos -profesionales y no profesionales- que trabajan en la red pública es meritorio. Son hombres y mujeres que sienten el dolor y el sufrimiento ajeno como propios. Esto los moviliza a volcar sus conocimientos y asistir a los enfermos desvalidos. Los adelantos médicos y tecnológicos no hacen más que ayudarlos a poner en práctica su verdadera vocación de servicio.
En esta nueva era de la medicina, la informática, la cibernética y la globalización cumplen un papel decisivo: permite que todos los avances científicos y las novedosas prácticas quirúrgicas lleguen a todos los confines de la tierra.
Nada que envidiar
Tucumán, en este sentido, está a la altura de los países del primer mundo: tiene recursos humanos altamente capacitados y reconocidos internacionalmente por sus aportes a la ciencia médica. Además, cuenta con tecnología de punta para diagnosticar y resolver la mayoría de los problemas quirúrgicos. Así lo demuestran los premios y distinciones que continuamente reciben en congresos nacionales e internacionales profesionales de la salud. Los galardones que los tucumanos traen a su provincia se deben a estudios, investigaciones y descubrimientos médicos, como así también a la creación de técnicas quirúrgicas que luego se aplican en el mundo.
Hoy en día, los que se benefician con los últimos adelantos médicos dejaron de ser sólo los pacientes con seguro médico (obra social o medicina prepaga), que son asistidos en el sector privado.
Las cirugías de alta complejidad en cardiología, neurología, oftalmología, traumatología, odontología -incluyendo el trasplante de órganos- llegaron al hospital público. Se instalaron para que la gente de escasos recursos y para los que viven prácticamente en la indigencia, tengan acceso a la atención médica integral, sin distinciones, y que por derecho les corresponde.
Vasta experiencia
En los hospitales públicos trabajan equipos médicos, muchos de ellos referentes en su especialidad en el ámbito regional y nacional, que también se desempeñan en el sector privado. Cuentan con instrumental quirúrgico de última generación y con vasta experiencia en sus especialidades. La Universidad Nacional de Tucumán -especialmente la Facultad de Medicina- es un actor que pesa mucho en la excelencia académica que alcanzan los profesionales.
Esta es la razón por la cual cada día son más los pacientes tucumanos y de provincias vecinas que acuden al hospital público para que le solucionen graves problemas de salud como tumores cerebrales, tumores óseos y hasta deformaciones congénitas en distintas partes del esqueleto, traumas y males degenerativos en la columna vertebral, correcciones en defectos de la visión y trasplante de órganos e injerto de tejidos, entre otros.
El nivel de los recursos humanos -profesionales y no profesionales- que trabajan en la red pública es meritorio. Son hombres y mujeres que sienten el dolor y el sufrimiento ajeno como propios. Esto los moviliza a volcar sus conocimientos y asistir a los enfermos desvalidos. Los adelantos médicos y tecnológicos no hacen más que ayudarlos a poner en práctica su verdadera vocación de servicio.