07 Diciembre 2010
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) exhortó al gobierno de Estados Unidos a cesar cualquiera estrategia política, legal o en el ciberespacio que pudiera limitar la libertad de expresión en internet, tras lamentar los ataques y amenazas que en los últimos días se vertieron sobre Wikileaks y su fundador Julian Assange, responsable de filtrar cientos de miles de documentos diplomáticos clasificados del Departamento de Estado de la Casa Blanca.
A través de un e-mail enviado a LA GACETA, el titular de la SIP, Gonzalo Marroquín, desde el foro junto con la Asociación Americana de Editores de Periódicos sobre violencia en contra del periodismo mexicano en la frontera, expresó: "condenamos cualquier estrategia que busque limitar la libertad de expresión, así sea la creación de nuevas normas legales específicas para desbaratar a Wikileaks por parte de los gobiernos". "También las presiones políticas e intimidación contra compañías privadas de internet para desenchufar el sitio de la red o los ciber ataques que se registraron en los últimos días desde servidores localizados en diversas partes del mundo para coartar y mutilar a Wikileaks".
Marroquín aclaró que la SIP no ampara ninguna medida que pudiera ser considerada ilegal por parte de Wikileaks ni de su director y reconoce que ninguna publicación puede estar exenta de responsabilidades. Sin embargo, añadió que "existen y deben buscarse canales judiciales y legales normales para perseguir los supuestos delitos, sin tener que entrar en una caza de brujas en los que los gobiernos se transformen también en delincuentes".
Tanto Marroquín como RobertRivard, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información, expresaron que el temor de la SIP es que estos episodios terminen desencadenando una serie de legislaciones adversas en EEUU que pudieran limitar la libertad de expresión en internet.
"La amenaza -dijeron- es que una legislación restrictiva en contra de la neutralidad y la libertad en el internet, pudiera favorecer la posición de otros gobiernos menos democráticos en el mundo que siempre vieron a la red como una amenaza para sus políticas poco trasparentes y para que el público sepa sobre asuntos de gobierno".
Subrayaron que tanto Estados Unidos como los demás gobiernos deben actuar con sabiduría y prudencia para no confundir lo que pudieran ser delitos sobre los que existen normas apropiadas, con los principios fundamentales de la libertad de expresión y de prensa por los que también se debe regir el internet y que ciertamente tampoco está ajena a responsabilidades. "Restringir la red tendría un impacto catastrófico para toda la humanidad y estaríamos retrocediendo a períodos de oscurantismo".
Por último, Marroquín y Rivard indicaron que la SIP se mantendrá vigilante y en alerta sobre las políticas que puedan adoptarse en contra del flujo informativo en internet.
A través de un e-mail enviado a LA GACETA, el titular de la SIP, Gonzalo Marroquín, desde el foro junto con la Asociación Americana de Editores de Periódicos sobre violencia en contra del periodismo mexicano en la frontera, expresó: "condenamos cualquier estrategia que busque limitar la libertad de expresión, así sea la creación de nuevas normas legales específicas para desbaratar a Wikileaks por parte de los gobiernos". "También las presiones políticas e intimidación contra compañías privadas de internet para desenchufar el sitio de la red o los ciber ataques que se registraron en los últimos días desde servidores localizados en diversas partes del mundo para coartar y mutilar a Wikileaks".
Marroquín aclaró que la SIP no ampara ninguna medida que pudiera ser considerada ilegal por parte de Wikileaks ni de su director y reconoce que ninguna publicación puede estar exenta de responsabilidades. Sin embargo, añadió que "existen y deben buscarse canales judiciales y legales normales para perseguir los supuestos delitos, sin tener que entrar en una caza de brujas en los que los gobiernos se transformen también en delincuentes".
Tanto Marroquín como RobertRivard, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información, expresaron que el temor de la SIP es que estos episodios terminen desencadenando una serie de legislaciones adversas en EEUU que pudieran limitar la libertad de expresión en internet.
"La amenaza -dijeron- es que una legislación restrictiva en contra de la neutralidad y la libertad en el internet, pudiera favorecer la posición de otros gobiernos menos democráticos en el mundo que siempre vieron a la red como una amenaza para sus políticas poco trasparentes y para que el público sepa sobre asuntos de gobierno".
Subrayaron que tanto Estados Unidos como los demás gobiernos deben actuar con sabiduría y prudencia para no confundir lo que pudieran ser delitos sobre los que existen normas apropiadas, con los principios fundamentales de la libertad de expresión y de prensa por los que también se debe regir el internet y que ciertamente tampoco está ajena a responsabilidades. "Restringir la red tendría un impacto catastrófico para toda la humanidad y estaríamos retrocediendo a períodos de oscurantismo".
Por último, Marroquín y Rivard indicaron que la SIP se mantendrá vigilante y en alerta sobre las políticas que puedan adoptarse en contra del flujo informativo en internet.
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