22 Noviembre 2010
Haití es un caldo de cultivo para el cólera
La imparable epidemia, la pobreza y el cuestionamiento al accionar de la ONU dejaron en segundo plano las elecciones presidenciales. Oficialmente se registraron 1.250 muertos, 20.087 personas hospitalizadas y 52.715 casos de contagio. Sin embargo, médicos afirman que las cifras serían mayores.
DESFILE INCESANTE. Los enfermos diarios en la ciudad de Hinche se contabilizan por decenas. La lucha no alcanza para contener la epidemia. AFP
PUERTO PRINCIPE.- Alcantarillado deficiente, defecaciones al aire libre y una población que vive hacinada y sin acceso al agua potable. En este contexto, el cólera encontró un caldo de cultivo para transformarse en epidemia en Haití, y la enfermedad amenaza con extenderse hacia poblaciones cercanas a su frontera .
La situación se agrava debido a la precaridad del millón de refugiados que dejó como saldo el devastador terremoto que desgarró el país en enero pasado, cuando arrasó ciudades, como la capital, y causó la muerte a más de 250.000 personas.
"El cólera aquí es una bomba con efecto retardado", señaló Virginie Cauderlier, de Médicos sin Fronteras. "Y va a explotar. Hacia finales de mes todo se habrá disparado; tendremos muchos más casos", advirtió.
El brote se extendió a ocho de las 10 provincias del país y ya se cobró la vida de 1.250 personas desde su comienzo a mediados de octubre, es decir 64 más que el informe del viernes, señaló ayer el parte de prensa del ministerio de Salud haitiano.
Las víctimas diarias de la enfermedad se cuentan por decenas. Médicos Sin Fronteras pidió a la ONU que intensifique sin demora la batalla contra el cólera. Sin tratamiento adecuado, un enfermo puede morir en apenas unas horas. Pero, si lo recibe a tiempo, se puede curar fácilmente.
El número oficial de hospitalizaciones es de 20.687 y hay 52.715 casos de contagio registrados. Según el doctor francés Gerard Chevalier, que trabaja con el ministerio de Salud haitiano, las cifra oficiales "subestiman" la cantidad real.
Los esfuerzos para contener el mal se vieron obstaculizados en los últimos días, como consecuencia de los choques entre manifestantes y tropas de la ONU, a los que acusan de haber traído el cólera a Haití.
Elecciones
Esa imparable expansión del cólera, la extrema pobreza y los cuestionamientos a las fuerzas de la ONU ganaron el centro de la escena en Haití y, consecuentemente, opacaron las promesas proselitistas de quienes se disputarán la presidencia y los cargos legislativos en las elecciones del domingo próximo.
A diferencia de cualquier otro proceso electoral, en Haití la última semana no se verán actos masivos ni caminatas de campaña ni tampoco publicidad abundante de los 18 aspirantes a suceder al presidente René Préval.
Unos 4,6 millones de haitianos están en condiciones de elegir, además de presidente, 99 integrantes de la Cámara de Diputados (la totalidad del cuerpo) y 11 senadores nacionales (un tercio de la Cámara), aunque se estima que el porcentaje de votantes será muy bajo.
Las elecciones llegan tras una sucesión de catástrofes que hundieron la mitad de la Isla La Española -la otra mitad es República Dominicana- en una pobreza más profunda: el sismo de enero, después una serie de huracanes y ahora la epidemia del cólera.
Pasaron 10 meses del terremoto que destruyó registros electorales, puestos de votación y la mayoría de las sedes electorales. Muchos escombros siguen en las calles y ocultan cadáveres.
Con todo, el Consejo Electoral Provisional (CEP), encargado de organizar los comicios, se esmera en prometer orden.
En tanto, el candidato a la presidencia Axan Abellard decidió retirarse de la contienda electoral, a sólo una semana de los comicios. La postulante conservadora Mirlande Manigat, ex primera dama que aspira a ser la primera presidenta electa del país, es la favorita en las encuestas de intención de votos. (DPA-Especial)
La situación se agrava debido a la precaridad del millón de refugiados que dejó como saldo el devastador terremoto que desgarró el país en enero pasado, cuando arrasó ciudades, como la capital, y causó la muerte a más de 250.000 personas.
"El cólera aquí es una bomba con efecto retardado", señaló Virginie Cauderlier, de Médicos sin Fronteras. "Y va a explotar. Hacia finales de mes todo se habrá disparado; tendremos muchos más casos", advirtió.
El brote se extendió a ocho de las 10 provincias del país y ya se cobró la vida de 1.250 personas desde su comienzo a mediados de octubre, es decir 64 más que el informe del viernes, señaló ayer el parte de prensa del ministerio de Salud haitiano.
Las víctimas diarias de la enfermedad se cuentan por decenas. Médicos Sin Fronteras pidió a la ONU que intensifique sin demora la batalla contra el cólera. Sin tratamiento adecuado, un enfermo puede morir en apenas unas horas. Pero, si lo recibe a tiempo, se puede curar fácilmente.
El número oficial de hospitalizaciones es de 20.687 y hay 52.715 casos de contagio registrados. Según el doctor francés Gerard Chevalier, que trabaja con el ministerio de Salud haitiano, las cifra oficiales "subestiman" la cantidad real.
Los esfuerzos para contener el mal se vieron obstaculizados en los últimos días, como consecuencia de los choques entre manifestantes y tropas de la ONU, a los que acusan de haber traído el cólera a Haití.
Elecciones
Esa imparable expansión del cólera, la extrema pobreza y los cuestionamientos a las fuerzas de la ONU ganaron el centro de la escena en Haití y, consecuentemente, opacaron las promesas proselitistas de quienes se disputarán la presidencia y los cargos legislativos en las elecciones del domingo próximo.
A diferencia de cualquier otro proceso electoral, en Haití la última semana no se verán actos masivos ni caminatas de campaña ni tampoco publicidad abundante de los 18 aspirantes a suceder al presidente René Préval.
Unos 4,6 millones de haitianos están en condiciones de elegir, además de presidente, 99 integrantes de la Cámara de Diputados (la totalidad del cuerpo) y 11 senadores nacionales (un tercio de la Cámara), aunque se estima que el porcentaje de votantes será muy bajo.
Las elecciones llegan tras una sucesión de catástrofes que hundieron la mitad de la Isla La Española -la otra mitad es República Dominicana- en una pobreza más profunda: el sismo de enero, después una serie de huracanes y ahora la epidemia del cólera.
Pasaron 10 meses del terremoto que destruyó registros electorales, puestos de votación y la mayoría de las sedes electorales. Muchos escombros siguen en las calles y ocultan cadáveres.
Con todo, el Consejo Electoral Provisional (CEP), encargado de organizar los comicios, se esmera en prometer orden.
En tanto, el candidato a la presidencia Axan Abellard decidió retirarse de la contienda electoral, a sólo una semana de los comicios. La postulante conservadora Mirlande Manigat, ex primera dama que aspira a ser la primera presidenta electa del país, es la favorita en las encuestas de intención de votos. (DPA-Especial)
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