23 Agosto 2010
Los 33 mineros sobreviven en su encierro
El perforador llegó hasta 688 metros de profundidad, y retornó a la superficie con un escrito que decía: "estamos bien en el refugio". El presidente Piñera dio la buena noticia que provocó escenas de algarabía entre los familiares de los obreros atrapados en la mina.
JUBILO. El pueblo chileno estalló en muestra de alegría una vez que se conoció, por boca de Piñera, que los mineros se encontraban aún con vida.
COPIAPO, Chile.- El gobierno chileno logró ayer tomar contacto a través de un pequeño ducto con los 33 mineros enterrados a 700 metros de profundidad en una mina de cobre del desierto de Atacama, desde hace 17 días.
"Estamos bien en el refugio los 33", decía una carta encontrada en el extremo del martillo de perforación que llegó al lugar donde están los mineros. Las autoridades iniciaron inmediatamente la etapa de rescate, que tardará al menos tres meses.
El presidente Sebastián Piñera, tras reunirse con los familiares, que recibieron la buena nueva entre aplausos, gritos y llantos, ratificó la noticia, y mostró orgulloso la carta enviada por los trabajadores desde el fondo de la derrumbada mina San José, en Copiapó. "Esto salió de las entrañas de la montaña, y nos dice que están vivos, que están unidos y que están esperando volver a ver la luz del sol y a abrazar a sus familiares", señaló Piñera.
"Hoy Chile entero está llorando de alegría y emoción", agregó el mandatario. "Me siento más orgulloso que nunca de ser chileno", insistió.
"Vamos a celebrar una misa para agradecerle a Dios", indicó por su parte el obispo de Copiapó, Gaspar Quintana, en las afueras de la mina, engalanada con cientos de banderas chilenas.
La noticia, trascendida primero extraoficialmente por los rescatistas, hizo estallar de alegría a unos 400 familiares de los mineros, en vigilia desde el derrumbe, que ocurrió el 5 de agosto.
"Sí, venía un mensaje con lápiz rojo", confirmó un rescatista, en medio de aplausos, desmayos, gritos y lágrimas de los familiares. Cientos de ellos subieron a los cerros aledaños para cantar el himno y ondear banderas. Al final, todos se abrazaron.
El presidente Piñera, quien confesó que había soñado con hallarlos con vida, agregó que el rescate tardará meses, pero que esta vez la espera "será distinta", gracias a la certeza de que los mineros están vivos y que no les faltarán oxígeno, agua y comida.
Las autoridades, que ahora ingresarán una cámara de televisión al fondo del mineral, comenzaron a ejecutar los trabajos de rescate final. "Sí, vamos a acelerar esas tareas", subrayó Piñera, visiblemente emocionado.
La perforación concluida ayer, de apenas ocho centímetros de diámetro, permitirá abastecer de oxígeno, agua, víveres y vituallas a los 33 mineros.
Paralelamente, sabiendo dónde están los obreros atrapados, comenzará una perforación vertical de 66 centímetros de diámetro, que deberá sortear una falla geológica que tiene la mina.
Se espera que en horas se introduzca una cámara multipropósito para intentar establecer contacto con los mineros atrapados, y enviarles alimentos y medicamentos de primera necesidad para que puedan sobrevivir hasta que sean rescatados. (DPA-Reuters)
"Estamos bien en el refugio los 33", decía una carta encontrada en el extremo del martillo de perforación que llegó al lugar donde están los mineros. Las autoridades iniciaron inmediatamente la etapa de rescate, que tardará al menos tres meses.
El presidente Sebastián Piñera, tras reunirse con los familiares, que recibieron la buena nueva entre aplausos, gritos y llantos, ratificó la noticia, y mostró orgulloso la carta enviada por los trabajadores desde el fondo de la derrumbada mina San José, en Copiapó. "Esto salió de las entrañas de la montaña, y nos dice que están vivos, que están unidos y que están esperando volver a ver la luz del sol y a abrazar a sus familiares", señaló Piñera.
"Hoy Chile entero está llorando de alegría y emoción", agregó el mandatario. "Me siento más orgulloso que nunca de ser chileno", insistió.
"Vamos a celebrar una misa para agradecerle a Dios", indicó por su parte el obispo de Copiapó, Gaspar Quintana, en las afueras de la mina, engalanada con cientos de banderas chilenas.
La noticia, trascendida primero extraoficialmente por los rescatistas, hizo estallar de alegría a unos 400 familiares de los mineros, en vigilia desde el derrumbe, que ocurrió el 5 de agosto.
"Sí, venía un mensaje con lápiz rojo", confirmó un rescatista, en medio de aplausos, desmayos, gritos y lágrimas de los familiares. Cientos de ellos subieron a los cerros aledaños para cantar el himno y ondear banderas. Al final, todos se abrazaron.
El presidente Piñera, quien confesó que había soñado con hallarlos con vida, agregó que el rescate tardará meses, pero que esta vez la espera "será distinta", gracias a la certeza de que los mineros están vivos y que no les faltarán oxígeno, agua y comida.
Las autoridades, que ahora ingresarán una cámara de televisión al fondo del mineral, comenzaron a ejecutar los trabajos de rescate final. "Sí, vamos a acelerar esas tareas", subrayó Piñera, visiblemente emocionado.
La perforación concluida ayer, de apenas ocho centímetros de diámetro, permitirá abastecer de oxígeno, agua, víveres y vituallas a los 33 mineros.
Paralelamente, sabiendo dónde están los obreros atrapados, comenzará una perforación vertical de 66 centímetros de diámetro, que deberá sortear una falla geológica que tiene la mina.
Se espera que en horas se introduzca una cámara multipropósito para intentar establecer contacto con los mineros atrapados, y enviarles alimentos y medicamentos de primera necesidad para que puedan sobrevivir hasta que sean rescatados. (DPA-Reuters)
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