15 Agosto 2010
Novela
ARBOL DE FAMILIA
MARIA ROSA LOJO
(Sudamericana - Buenos Aires)
En una novela en su mayor parte autobiográfica, la autora reconstruye historias familiares por sus dos ramas: la paterna, gallega, y la materna, castellana, enriquecidos por la fabulación o la mitificación de personajes entrañables: La hechizada, El inocente o Antón el Rojo, ahondando en su memoria. El libro presenta una trama personal y otra socio-política, lúcida e inteligente. Así, en los destinos familiares, por ejemplo, se reflejan los de toda Galicia. La inmigración, ese "estar aquí o allí, irse o quedarse", está magistralmente representada por el alegórico "corredor entre España y América" que tenía su padre. Otro tanto ocurre con el castaño que plantaron al emigrar sus progenitores en su casa de Buenos Aires, para recordar a sus hijos sus raíces hispánicas.
La narración es casi una confesión sublime. No podía estar ausente la subjetividad del sentimiento, por más que se lo propusiese la propia autora. Es que, quien ha narrado a la perfección vidas importantes pero ajenas, no puede sino llegar a ese grado al hacerlo con su propia familia. Este es, sin duda, uno de los mejores libros de la autora. Y se puede afirmar que el más maduro y reflexivo. Un libro para no morir. Una conjura contra el olvido, plena de magia y poesía.
© LA GACETA
Horacio Semeraro
ARBOL DE FAMILIA
MARIA ROSA LOJO
(Sudamericana - Buenos Aires)
En una novela en su mayor parte autobiográfica, la autora reconstruye historias familiares por sus dos ramas: la paterna, gallega, y la materna, castellana, enriquecidos por la fabulación o la mitificación de personajes entrañables: La hechizada, El inocente o Antón el Rojo, ahondando en su memoria. El libro presenta una trama personal y otra socio-política, lúcida e inteligente. Así, en los destinos familiares, por ejemplo, se reflejan los de toda Galicia. La inmigración, ese "estar aquí o allí, irse o quedarse", está magistralmente representada por el alegórico "corredor entre España y América" que tenía su padre. Otro tanto ocurre con el castaño que plantaron al emigrar sus progenitores en su casa de Buenos Aires, para recordar a sus hijos sus raíces hispánicas.
La narración es casi una confesión sublime. No podía estar ausente la subjetividad del sentimiento, por más que se lo propusiese la propia autora. Es que, quien ha narrado a la perfección vidas importantes pero ajenas, no puede sino llegar a ese grado al hacerlo con su propia familia. Este es, sin duda, uno de los mejores libros de la autora. Y se puede afirmar que el más maduro y reflexivo. Un libro para no morir. Una conjura contra el olvido, plena de magia y poesía.
© LA GACETA
Horacio Semeraro
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