Con canciones y diálogos con los chicos, la fórmula de Piñón Fijo sigue generando éxitos

Con canciones y diálogos con los chicos, la fórmula de Piñón Fijo sigue generando éxitos

El artista incorporó a sus dos hijos en el espectáculo "Una luna en la laguna". Kenchu y Cabrito también arrancan las risas de los pequeños.

DIVIRTIENDOSE. El humorista sostuvo que con su trabajo vive un estado de infancia permanente.
23 Julio 2010
La fórmula sigue intacta desde hace 21 años, pero no deja de funcionar. Las canciones, las ocurrencias de algunos personajes y el diálogo con los espectadores son el combo de Piñón Fijo; la multitud de niños y sus padres cantan y aplauden cada una de sus intervenciones, y celebran sus shows con intensa alegría. "Los niños no me dejarían que no cante alguna de sus canciones favoritas, y lo seguiré haciendo mientras me siga divirtiendo", responde invariablemente el artista cuando le preguntan sobre las razones de su éxito.

El miércoles, el payaso comenzó su maratón de shows en el Teatro Alberdi; ese día hizo una función a las 15, y desde ayer reforzó con una segunda, a las 17.30. En los palcos y la platea de la sala no cabe un alfiler.

Mientras en el interior del taetro está habilitado el merchandising oficial de Piñón, en las afueras trabaja uno paralelo: vinchas, bonetes, cintas y otros juguetes con la imagen del payaso se compran por $5 y $10, y hasta un fotógrafo saca provecho de la situación con un improvisado puesto ubicado sobre la vereda, a pocos metros de la entrada.

"Uno vive en estado de infancia permanente, todo esto me retrotrae a cuando era chico. La importancia que tiene interactuar con los niños es que, muchas veces, una reacción de ellos me dispara una canción", contó el payaso luego de la función.

Una de las novedades de "Una luna en la laguna" es la participación en el escenario de sus dos hijos: Sol y Jeremías. "Han sido parte de mi equipaje durante todos estos años, y con la decisión y el gusto de ellos ahora están trabajando conmigo, algo que me genera mucha emoción", apuntó.

Durante el espectáculo desfilan algunos de los personajes más conocidos, como Kenchu y Cabrito, que animan la fiesta y hacen reír sin parar; sobre todo cuando Cabrito baila un fragmento del famoso tema de Michael Jakcson "Thriller". Antes, se había negado a quedarse en el show si no recibía más aplausos de los espectadores, con la excusa de que no había querido venir "ni a los actos del 9 de Julio, cuando me invitó Cris". Kenchu, por su parte, simuló un romance a primera vista con Carla, una chica que estaba sentada en un palco cercano. El simpático pajarito ingresó transcurriendo de su propia proyección en la pantalla al pase real al escenario, acompañado por el protagonista de la alegría.

En la hora y media del recital también se ejecutan extraños instrumentos como el cuatro (una antigua guitarra venezolana) y la llamada "mano sónica", de la que se pueden extraer los más diversos sonidos, además de la guitarra y el charango.

Con los padres

Pero más allá de ello, el punto fuerte del espectáculo se alcanzó cuando, haciendo pasar al escenario a cinco padres, el payaso los hizo jugar a "pato al agua, pato a la tierra". Pero primero, cada uno debió interpretar su canción favorita, ante la risa generalizada del público. La interacción con los adultos no es una novedad en la propuesta de Piñón Fijo, que trabaja tanto para los chicos como para sus padres; a todos hace cantar y bailar, y que repitan sus preguntas. Incluso, hasta les enseña a cepillarse los dientes con una pegajosa melodía.

Para la conclusión no podían faltar los clásicos. Es ahí donde queda demostrado que aún los más pequeñitos se conocen las letras y el tono del "Chu chua", "Por una ventanita" y los bises de "basta de mamadera, dejá el chupete que te va a hacer mal", entre otras. Y como para dejar en claro que su música se origina en distintos géneros, si a mitad del show interpretó uno de sus temas al ritmo de la chacarera, el final fue "Bailando", con furor cuartetero y toda la platea y los palcos de pie, moviéndose de aquí para allá.

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