03 Julio 2010

Cuatro años más tarde, en la final de Italia 90, Alemania se tomó revancha, aunque un penal mal cobrado por el árbitro mexicano Edgardo Codesal fue el que inclinó la balanza. Roberto Sensini barrió a los pies de Völler y despejó la pelota hacia un costado, pero Codesal decretó la pena máxima. Convirtió Andreas Brehme con un disparo rasante que hizo inútil la estirada de Sergio Goycochea. 1 a 0 y a cobrar.
Fue una de las finales más deslucidas de la historia. Argentina llegó disminuida al partido, con Maradona lesionado (en la foto recibe el saludo de Lothar Matthaeus) y su jugador más peligroso -Claudio Caniggia- suspendido. La Selección planteó un juego especulativo y apostó todo a la definición por penales, la vía por la que había accedido al cotejo decisivo (eliminó a Yugoslavia y a Italia). Pedro Monzón fue el primer expulsado en la final de un Mundial, por una alevosa patada a Jürgen Klinsmann. Alemania fue un merecido campeón.
Fue una de las finales más deslucidas de la historia. Argentina llegó disminuida al partido, con Maradona lesionado (en la foto recibe el saludo de Lothar Matthaeus) y su jugador más peligroso -Claudio Caniggia- suspendido. La Selección planteó un juego especulativo y apostó todo a la definición por penales, la vía por la que había accedido al cotejo decisivo (eliminó a Yugoslavia y a Italia). Pedro Monzón fue el primer expulsado en la final de un Mundial, por una alevosa patada a Jürgen Klinsmann. Alemania fue un merecido campeón.
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