23 Junio 2010
LA SINTESIS DE UN CAMINO. En el Virla, hasta mañana, se exhiben 250 posters con las respectivas investigaciones de alumnos de la UNT. LA GACETA / JORGE OLMOS SGROSSO
Cómo y por qué compran flores los tucumanos; cómo obtener una sustancia natural que sea capaz de matar los insectos que intoxican los cultivos, sin contaminar el suelo, las plantas y a las personas; de qué manera incide la educación y el género, para la obtención de empleo y lograr que bajen los índices de pobreza en los hogares tucumanos; o cómo garantizar el transporte de colesterol en el cuerpo humano para evitar la arterioesclerosis, son apenas algunos de los más de 250 trabajos que se exponen en las IV Jornadas de Jóvenes Investigadores de la Universidad Nacional de Tucumán y el Consejo Nacional de Investigaciones, Ciencia y Tecnología (Conicet), que se desarrollan hasta mañana en el Centro Cultural Virla.
Ayer, el rector Juan Cerisola, acompañado por la vicerrectora Alicia Bardón, por el vicepresidente del Conicet-Tucumán, Roberto Morero y por la secretaria de Ciencia y Técnica de la UNT, Dora Micelli, inauguró el encuentro, cuyo objetivo es difundir el trabajo de investigación que llevan a cabo los jóvenes investigadores de las distintas facultades, y que trabajan desde los programas de becas (UNT, Grupo Montevideo y Conicet).
En la apertura, el rector dijo que las jornadas son ya "una marca registrada en la UNT" (esta es la cuarta edición ininterrumpida); y que la participación se incrementó cada año sin pausa hasta llegar a 2010 con 280 trabajos de investigación. Cerisola anunció que, además de incrementar el números de becarios es política de esa nueva gestión incluir la investigación en las escuelas experimentales e instó a los investigadores a no olvidarse -como recomendaba el Premio Nobel argentino, Bernardo Houssay a sus discípulos- "de devolverle al país los beneficios logrados en su formación".
"La política de extender la investigación a las escuelas experimentales, el incremento de programas de becas y el objetivo de promover el estudio de las Matemáticas como área de vacancia prioritaria, son ejes de la política de esta gestión", añadió la secretaria académica de la UNT, Susana Maidana.
Micelli le dijo a LA GACETA que con estas jornada se quiere promover e incentivar la investigación científica en los jóvenes universitarios y de las escuelas experimentales; y estimular un ejercicio de intercomunicación y encuentro entre ellos.
"Estas jornadas tienen el objetivo de conjugar los saberes de unos y de otros. La ciencia sin transferencia no es tal; el desarrollo científico y tecnológico se afianza superando el aislamiento y el individualismo, por eso es importante este ámbito de interacción", destacó Cecilia Aybar, por los jóvenes investigadores.
Insectos y colesterol
Aquí apenas dos ejemplos de la muestra, que vale la pena visitar: Miguel Gilabert y Libio Corzo, (Bioquímica, Química y Farmacia, Cátedra Orgánica III) se propusieron buscar en dos especies de plantas, un producto insecticida de origen natural que no contamine el suelo. Experimentaron, aislando todas sus moléculas (extrayendo el jugo en su totalidad.) Luego la testearon con un insecto plaga, en estado de larva, que causó mucho daño en cultivos de Argentina (gusano cogollero del maíz). A estos los alimentaron con dieta artificial en porcentajes muy bajos, y constataron una mortalidad del 55% de las larvas. "Usando un insecticida natural se podría preservar la tierra para cultivos sin contaminarla", dijeron.
Alejandro de Athayde Moncorvo y Carlos Minahk, de la Facultad de Bioquímica, Química y Farmacia, estudiaron una proteína que transporta el colesterol. "Es una proteína que no fue estudiada en profundidad, por lo cual buscamos la forma de poder estudiar sus actividades, con el objetivo de estimular el transporte del colesterol, porque esa es una de las principales causas de que nuestro cuerpo pueda protegerse de la arterioesclerosis", dijeron. Experimentaron en un organismo eucariota (de un solo núcleo) -en la levadura, que es similar al cuerpo humano. "Es un trabajo con mucho contenido genético", indicaron.
Ayer, el rector Juan Cerisola, acompañado por la vicerrectora Alicia Bardón, por el vicepresidente del Conicet-Tucumán, Roberto Morero y por la secretaria de Ciencia y Técnica de la UNT, Dora Micelli, inauguró el encuentro, cuyo objetivo es difundir el trabajo de investigación que llevan a cabo los jóvenes investigadores de las distintas facultades, y que trabajan desde los programas de becas (UNT, Grupo Montevideo y Conicet).
En la apertura, el rector dijo que las jornadas son ya "una marca registrada en la UNT" (esta es la cuarta edición ininterrumpida); y que la participación se incrementó cada año sin pausa hasta llegar a 2010 con 280 trabajos de investigación. Cerisola anunció que, además de incrementar el números de becarios es política de esa nueva gestión incluir la investigación en las escuelas experimentales e instó a los investigadores a no olvidarse -como recomendaba el Premio Nobel argentino, Bernardo Houssay a sus discípulos- "de devolverle al país los beneficios logrados en su formación".
"La política de extender la investigación a las escuelas experimentales, el incremento de programas de becas y el objetivo de promover el estudio de las Matemáticas como área de vacancia prioritaria, son ejes de la política de esta gestión", añadió la secretaria académica de la UNT, Susana Maidana.
Micelli le dijo a LA GACETA que con estas jornada se quiere promover e incentivar la investigación científica en los jóvenes universitarios y de las escuelas experimentales; y estimular un ejercicio de intercomunicación y encuentro entre ellos.
"Estas jornadas tienen el objetivo de conjugar los saberes de unos y de otros. La ciencia sin transferencia no es tal; el desarrollo científico y tecnológico se afianza superando el aislamiento y el individualismo, por eso es importante este ámbito de interacción", destacó Cecilia Aybar, por los jóvenes investigadores.
Insectos y colesterol
Aquí apenas dos ejemplos de la muestra, que vale la pena visitar: Miguel Gilabert y Libio Corzo, (Bioquímica, Química y Farmacia, Cátedra Orgánica III) se propusieron buscar en dos especies de plantas, un producto insecticida de origen natural que no contamine el suelo. Experimentaron, aislando todas sus moléculas (extrayendo el jugo en su totalidad.) Luego la testearon con un insecto plaga, en estado de larva, que causó mucho daño en cultivos de Argentina (gusano cogollero del maíz). A estos los alimentaron con dieta artificial en porcentajes muy bajos, y constataron una mortalidad del 55% de las larvas. "Usando un insecticida natural se podría preservar la tierra para cultivos sin contaminarla", dijeron.
Alejandro de Athayde Moncorvo y Carlos Minahk, de la Facultad de Bioquímica, Química y Farmacia, estudiaron una proteína que transporta el colesterol. "Es una proteína que no fue estudiada en profundidad, por lo cual buscamos la forma de poder estudiar sus actividades, con el objetivo de estimular el transporte del colesterol, porque esa es una de las principales causas de que nuestro cuerpo pueda protegerse de la arterioesclerosis", dijeron. Experimentaron en un organismo eucariota (de un solo núcleo) -en la levadura, que es similar al cuerpo humano. "Es un trabajo con mucho contenido genético", indicaron.