27 Mayo 2010
ANTE LA GENTE. Kirchner saludó a manifestantes en la puerta de la nueva sede del PJ. LA GACETA / ANALIA JARAMILLO
Néstor Kirchner dejó inaugurada la nueva sede del PJ con un discurso crítico hacia la oposición, en el que defendió los logros de su presidencia y los de su esposa, Cristina Fernández y elogió al gobierno de José Alperovich.
"Vine por primera vez a Tucumán en 2003, cuando miles de comprovincianos no tenían agua potable ni cloacas. Por qué no vienen a ver cómo está Tucumán ahora. Me siento feliz de volver a un pueblo que se está recuperando. No es aún el Jardín de la República que soñamos, aún tenemos que trabajar, pero se ha avanzado mucho, se han hecho obras impensadas", declaró Kirchner, parado junto a Alperovich y a su esposa, Beatriz Rojkés, presidenta del PJ local.
El festejo del Bicentenario fue "un acto de amor entre los argentinos", dijo el presidente del Partido Justicialista. "No estuvimos pensando a quien le iba a dejar rédito. Fue una fiesta con conciencia, con compromiso político, con memoria, con justicia, en la que el pueblo fue el gran protagonista", dijo.
Se refirió a las condiciones en las que recibió el país cuando fue elegido presidente. "El 25 de mayo de 2003 asumí fente a una plaza llena de hermanos y hermanas que reclamaban de comer. Venian a pedir que los tengan en cuenta", recordó.
"Este 25 de mayo, en cambio, mientras caminábamos con los siete presidentes latinoaméricanos, sentí que hemos recuperado nuestra pertenencia latinoamericana. Y en eso hay que hacer un reconocimiento a una gran tarea que hizo Cristina", añadió.
"La primera etapa fue salir del infierno. Luego, Cristina vino a profundizar el modelo, con medidas pensadas para beneficiar al pueblo", enfatizó.
Alrededor de esa misma idea, el ex presidente volvió a referirse a la oposición que no ve más que errores en la tarea del gobierno como "la máquina de impedir" y capaz de hacer cualquier cosa con tal de torcer el rumbo. "Palos porque bogas, palos porque no bogas", indicó.
"Cómo no iba a estar bailando Cristina (durante el desfile del Bicentenario). Le bailaban los sueños, el corazón -contó-. Pese a la descalificación y el agravio nunca bajó los brazos. Nos tenemos que sentir orgullosos de la Presidenta que tenemos".
Kirchner también defendió la necesidad de mantener a rajatabla la institucionalidad. Las crisis de este país han dejado dos lecciones, señaló: "Siempre democracia y siempre respeto por el otro, aunque tengamos proyectos diferentes. Debatamos y que la gente decida".
"Vine por primera vez a Tucumán en 2003, cuando miles de comprovincianos no tenían agua potable ni cloacas. Por qué no vienen a ver cómo está Tucumán ahora. Me siento feliz de volver a un pueblo que se está recuperando. No es aún el Jardín de la República que soñamos, aún tenemos que trabajar, pero se ha avanzado mucho, se han hecho obras impensadas", declaró Kirchner, parado junto a Alperovich y a su esposa, Beatriz Rojkés, presidenta del PJ local.
El festejo del Bicentenario fue "un acto de amor entre los argentinos", dijo el presidente del Partido Justicialista. "No estuvimos pensando a quien le iba a dejar rédito. Fue una fiesta con conciencia, con compromiso político, con memoria, con justicia, en la que el pueblo fue el gran protagonista", dijo.
Se refirió a las condiciones en las que recibió el país cuando fue elegido presidente. "El 25 de mayo de 2003 asumí fente a una plaza llena de hermanos y hermanas que reclamaban de comer. Venian a pedir que los tengan en cuenta", recordó.
"Este 25 de mayo, en cambio, mientras caminábamos con los siete presidentes latinoaméricanos, sentí que hemos recuperado nuestra pertenencia latinoamericana. Y en eso hay que hacer un reconocimiento a una gran tarea que hizo Cristina", añadió.
"La primera etapa fue salir del infierno. Luego, Cristina vino a profundizar el modelo, con medidas pensadas para beneficiar al pueblo", enfatizó.
Alrededor de esa misma idea, el ex presidente volvió a referirse a la oposición que no ve más que errores en la tarea del gobierno como "la máquina de impedir" y capaz de hacer cualquier cosa con tal de torcer el rumbo. "Palos porque bogas, palos porque no bogas", indicó.
"Cómo no iba a estar bailando Cristina (durante el desfile del Bicentenario). Le bailaban los sueños, el corazón -contó-. Pese a la descalificación y el agravio nunca bajó los brazos. Nos tenemos que sentir orgullosos de la Presidenta que tenemos".
Kirchner también defendió la necesidad de mantener a rajatabla la institucionalidad. Las crisis de este país han dejado dos lecciones, señaló: "Siempre democracia y siempre respeto por el otro, aunque tengamos proyectos diferentes. Debatamos y que la gente decida".
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