02 Abril 2010
TIENE HISTORIA. Pese a que nuestro país no cuenta con regiones de clima tropical, el cultivo del banano tiene tradición, ya que data de fines del Siglo XIX. LA GACETA / ARCHIVO
"Junto a investigadores y funcionarios de Formosa y de Salta, asistimos al primer simposio sobre bananicultura en los subtrópicos del Cono Sur. Más de 200 productores bananeros del sur de Brasil, estudiantes y delegaciones de nuestro país y de Paraguay debatieron sobre las características de esta producción de origen ecuatorial, hoy trasladada a un contexto agroclimático subtropical", contó a LA GACETA Rural Mariano Winograd, titular de la fundación "5 al día".
Pese a no contar con clima tropical, nuestro país tiene tradición en el cultivo del banano que se remonta a fines del Siglo XIX. La producción profesional es más reciente, pero aun así tiene una tradición de 50 años, con auge en los 70, cuando alcanza protagonismo.
Sobre el clima
La bananicultura argentina se desarrolla en áreas subtropicales, con baja (pero no nula) probabilidad de heladas. El clima tropical está libre de estas situaciones y posee una temperatura media superior a los 18º C en el mes más frío. En la Argentina, esto prácticamente no se da, aunque en el pedemonte de las sierras subandinas se observan pequeños microclimas que se aproximan. El área subtropical del país, cuenta con temperaturas promedio de más de 20° C durante siete meses del año, que si bien no resultan ideales son suficientes para la producción.
Como las precipitaciones no alcanzan a la evapotranspiración, se necesita riego. Dado que durante diciembre, enero y febrero, las temperaturas máximas sobrepasan los 33º C se genera un impacto negativo en la productividad; además se da un período de cinco meses del año en que la temperatura promedio es menor a 20º C, lo que reduce el ritmo de producción.
En invierno, la temperatura desciende por debajo de 12º C, rango que daña los tejidos de hojas y frutos. Entre agosto y diciembre aumenta la temperatura, pero aún no se da la lluvia: de no contar con riego, el cultivo enfrenta estrés hídrico que retrasa su ciclo de producción. Las heladas tienen efecto contundente. En 2007 y en 2009 (años excepcionalmente fríos) se verificaron períodos prolongados de temperaturas inferiores a los 10º C con pérdida de hojas y de la producción. En algunos bananales las temperaturas llegaron a -2º C, lo que afectó hasta los frutos ya formados. El tiempo de floración y de cosecha del banano argentino oscila de 80 a 140 días, en virtud de la sumatoria de unidades de calor acumuladas, que varía según el año agroclimático, lo que dificulta la planificación de la producción y del comercio.
La producción de banana en Argentina se caracteriza por un sistema productivo de menor nivel tecnológico y de menor organización al que el de las regiones más consolidadas . A diferencia de los principales países exportadores, donde compañías transnacionales controlan la producción y la comercialización, en el área de estudio la producción está en manos de un centenar pequeños y medianos productores, que desarrollaron soluciones agrícolas y comerciales propias para compensar las limitaciones climáticas y para sacar provecho de la cercanía al mercado.
En Tucumán, la barrera sanitaria de Afinoa funciona restrictivamente para la banana importada por la ausencia de la Sigatoka negra, enfermedad fúngica endémica de la bananicultura tropical, aún ausente en nuestro medio. Consecuentemente, en el NOA, la venta de banana importada está normalmente restringida, y salvo casos excepcionales de oferta faltante constituye un mercado cautivo para la producción regional.
La más consumida
La banana es la fruta más consumida en nuestro país con un promedio de 12 kg. por habitante al año. Se verifica una tendencia creciente de ingresos, que implica una suba de la oferta de casi 10 % durante el ciclo 2008/09, en relación con el bienio anterior. La oferta nacional implica entre 8% y 13% del total, según el año, con fuerte reducción a 5% en 2009, a raíz de las heladas.
En 2009 Argentina importó 344.000 toneladas de bananas, por casi U$S 107 millones. El origen del abastecimiento nacional, fue cambiando. En los 70, el mercado argentino era abastecido por Brasil. Ecuador, que por entonces era un proveedor insignificante, hoy lidera el mercado.
Al mismo tiempo que una situación sostenida de consumo, las inversiones sugieren una confianza sobre la estabilidad cambiaria por parte de importadores argentinos y sus proveedores del exterior.
Es prematuro establecer en qué ciclo nos encontraremos de aquí en adelante, pero resulta visible que el ritmo de incremento en los costos adquirió, desde el último trimestre de 2009, una dinámica mayor que el proceso devaluatorio en relación al dólar.
Pese a no contar con clima tropical, nuestro país tiene tradición en el cultivo del banano que se remonta a fines del Siglo XIX. La producción profesional es más reciente, pero aun así tiene una tradición de 50 años, con auge en los 70, cuando alcanza protagonismo.
Sobre el clima
La bananicultura argentina se desarrolla en áreas subtropicales, con baja (pero no nula) probabilidad de heladas. El clima tropical está libre de estas situaciones y posee una temperatura media superior a los 18º C en el mes más frío. En la Argentina, esto prácticamente no se da, aunque en el pedemonte de las sierras subandinas se observan pequeños microclimas que se aproximan. El área subtropical del país, cuenta con temperaturas promedio de más de 20° C durante siete meses del año, que si bien no resultan ideales son suficientes para la producción.
Como las precipitaciones no alcanzan a la evapotranspiración, se necesita riego. Dado que durante diciembre, enero y febrero, las temperaturas máximas sobrepasan los 33º C se genera un impacto negativo en la productividad; además se da un período de cinco meses del año en que la temperatura promedio es menor a 20º C, lo que reduce el ritmo de producción.
En invierno, la temperatura desciende por debajo de 12º C, rango que daña los tejidos de hojas y frutos. Entre agosto y diciembre aumenta la temperatura, pero aún no se da la lluvia: de no contar con riego, el cultivo enfrenta estrés hídrico que retrasa su ciclo de producción. Las heladas tienen efecto contundente. En 2007 y en 2009 (años excepcionalmente fríos) se verificaron períodos prolongados de temperaturas inferiores a los 10º C con pérdida de hojas y de la producción. En algunos bananales las temperaturas llegaron a -2º C, lo que afectó hasta los frutos ya formados. El tiempo de floración y de cosecha del banano argentino oscila de 80 a 140 días, en virtud de la sumatoria de unidades de calor acumuladas, que varía según el año agroclimático, lo que dificulta la planificación de la producción y del comercio.
La producción de banana en Argentina se caracteriza por un sistema productivo de menor nivel tecnológico y de menor organización al que el de las regiones más consolidadas . A diferencia de los principales países exportadores, donde compañías transnacionales controlan la producción y la comercialización, en el área de estudio la producción está en manos de un centenar pequeños y medianos productores, que desarrollaron soluciones agrícolas y comerciales propias para compensar las limitaciones climáticas y para sacar provecho de la cercanía al mercado.
En Tucumán, la barrera sanitaria de Afinoa funciona restrictivamente para la banana importada por la ausencia de la Sigatoka negra, enfermedad fúngica endémica de la bananicultura tropical, aún ausente en nuestro medio. Consecuentemente, en el NOA, la venta de banana importada está normalmente restringida, y salvo casos excepcionales de oferta faltante constituye un mercado cautivo para la producción regional.
La más consumida
La banana es la fruta más consumida en nuestro país con un promedio de 12 kg. por habitante al año. Se verifica una tendencia creciente de ingresos, que implica una suba de la oferta de casi 10 % durante el ciclo 2008/09, en relación con el bienio anterior. La oferta nacional implica entre 8% y 13% del total, según el año, con fuerte reducción a 5% en 2009, a raíz de las heladas.
En 2009 Argentina importó 344.000 toneladas de bananas, por casi U$S 107 millones. El origen del abastecimiento nacional, fue cambiando. En los 70, el mercado argentino era abastecido por Brasil. Ecuador, que por entonces era un proveedor insignificante, hoy lidera el mercado.
Al mismo tiempo que una situación sostenida de consumo, las inversiones sugieren una confianza sobre la estabilidad cambiaria por parte de importadores argentinos y sus proveedores del exterior.
Es prematuro establecer en qué ciclo nos encontraremos de aquí en adelante, pero resulta visible que el ritmo de incremento en los costos adquirió, desde el último trimestre de 2009, una dinámica mayor que el proceso devaluatorio en relación al dólar.