17 Enero 2010
MADRID.- Un empresario español recientemente fallecido eligió a los Príncipes de Asturias, Felipe y Letizia, y a los ocho nietos de los reyes Juan Carlos y Sofía, como herederos de su fortuna. La Casa Real española confirmó la noticia
Juan Ignacio Balada Llabrés -que murió el 18 de noviembre pasado en la localidad de Ciutadella, en la isla Menorca- era un inversor y empresario de la isla sin ninguna relación con la familia real.
El albacea del empresario Balada Llabrés se encontró el pasado 11 de diciembre con que el hombre había dividido su fortuna en dos partes iguales: un 50% para los Príncipes de Asturias, sus dos hijas, y para los seis nietos restantes de los reyes. La voluntad del fallecido es que el otro 50% se destine a la creción de una fundación sobre asuntos de interés general y, que el príncipe Felipe sea el que esté al frente del proyecto.
El albacea del empresario se dirigió hace unos días a la Casa Real para notificar los deseos del fallecido. Según las fuentes, los Príncipes de Asturias "no habían tenido nunca ningún contacto con el empresario" y se enteraron de su voluntad cuando les infiormó el albacea.
Por el momento, "no tenemos ningún dato más sobre los bienes, su cuantía, si son divisibles o no o si hay terceras personas que pudieran tener derecho", añadieron las fuentes, que precisaron que están a la espera de recibir más detalles del albacea antes de tomar cualquier decisión.
La fortuna
El diario "Ultima Hora" de Menorca, informó que la fortuna de Juan Ignacio Balada Llabrés está formada por fincas rústicas y urbanas, valores inmobiliarios e inversiones en Bolsa y podría alcanzar varias decenas de millones de euros. El 11 de diciembre último se abrió el testamento en la notaría de Ciutadella y se conoció la decisión del fallecido.
La portavoz de la formación ecolo-comunista ICV y diputada catalana Laia Ortiz pidió que la Casa Real done la herencia a "políticas contra la crisis económica". También sugirió que parte del dinero se destine a la reconstrucción de Haití, tras el terremoto. (DPA)
Juan Ignacio Balada Llabrés -que murió el 18 de noviembre pasado en la localidad de Ciutadella, en la isla Menorca- era un inversor y empresario de la isla sin ninguna relación con la familia real.
El albacea del empresario Balada Llabrés se encontró el pasado 11 de diciembre con que el hombre había dividido su fortuna en dos partes iguales: un 50% para los Príncipes de Asturias, sus dos hijas, y para los seis nietos restantes de los reyes. La voluntad del fallecido es que el otro 50% se destine a la creción de una fundación sobre asuntos de interés general y, que el príncipe Felipe sea el que esté al frente del proyecto.
El albacea del empresario se dirigió hace unos días a la Casa Real para notificar los deseos del fallecido. Según las fuentes, los Príncipes de Asturias "no habían tenido nunca ningún contacto con el empresario" y se enteraron de su voluntad cuando les infiormó el albacea.
Por el momento, "no tenemos ningún dato más sobre los bienes, su cuantía, si son divisibles o no o si hay terceras personas que pudieran tener derecho", añadieron las fuentes, que precisaron que están a la espera de recibir más detalles del albacea antes de tomar cualquier decisión.
La fortuna
El diario "Ultima Hora" de Menorca, informó que la fortuna de Juan Ignacio Balada Llabrés está formada por fincas rústicas y urbanas, valores inmobiliarios e inversiones en Bolsa y podría alcanzar varias decenas de millones de euros. El 11 de diciembre último se abrió el testamento en la notaría de Ciutadella y se conoció la decisión del fallecido.
La portavoz de la formación ecolo-comunista ICV y diputada catalana Laia Ortiz pidió que la Casa Real done la herencia a "políticas contra la crisis económica". También sugirió que parte del dinero se destine a la reconstrucción de Haití, tras el terremoto. (DPA)
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