Con miles de muertos Haití es un caos sangriento

Con miles de muertos Haití es un caos sangriento

Por el sismo que devastó Puerto Príncipe, la gente inundó las calles y cavó con sus manos entre las ruinas para rescatar a sus seres queridos.

SIN CONSUELO. Los sobrevivientes de la catástrofe deambulaban ayer por las calles de la capital haitiana tratando de rescatar a sus seres queridos atrapados en los escombros de los edificios. REUTER SIN CONSUELO. Los sobrevivientes de la catástrofe deambulaban ayer por las calles de la capital haitiana tratando de rescatar a sus seres queridos atrapados en los escombros de los edificios. REUTER
14 Enero 2010

PUERTO PRINCIPE.- Entre 50.000 y 100.000 personas pueden haber quedado bajo los escombros en la capital de Haití, demolida el martes por un terremoto de más de 7 grados en la escala de Richter, según las primeras estimaciones del gobierno del país caribeño.

El sismo que dejó a la isla en un caos sangriento, es el más grave en 150 años y devastó Puerto Príncipe, la capital del empobrecido país caribeño, según los testimonios fragmentarios obtenidos en un país donde las comunicaciones quedaron cortadas casi por completo.

El presidente de Haití, René Preval, calificó de "catástrofe" y describió como "inimiginable" la situación, mientras estimó que aún es "demasiado pronto" para dar cifras concretas de muertos, aunque consideró que podría haber más de 50.000 víctimas.

Unas horas antes, el primer ministro de Haití, Jean-Max Bellerive, había estimado que el número de muertos por el terremoto podría llegar a los 100.000.

En una entrevista con la CNN desde Puerto Príncipe, Preval dijo que aún está intentando entender la magnitud de lo que pasa. "El Parlamento ha colapsado. La oficina tributaria ha colapsado. Las escuelas han colapsado. Los hospitales han colapsado. Hay muchas escuelas con una gran cantidad de gente muerta dentro", dijo Preval al diario Miami Herald.

Pánico en las calles
Cubiertas de sangre y de polvo, las personas corrían ayer por las calles presas del pánico. "Es el fin del mundo", afirmó horrorizada una mujer joven que vio el sismo desde una colina.

El terremoto de siete grados en la escala de Richter, tuvo un impacto devastador en Puerto Príncipe, según dijo el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, mientras que el resto del país parece que no ha sido afectado. La sede de la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití, situada en el hotel Christopher, se derrumbó con decenas de personas dentro, de las cuales al menos 14 perdieron la vida y 56 resultaron heridos. A pesar de no tener cifras definitivas, el jefe del organismo, Alain Le Roy, dijo que "es la mayor tragedia que han tenido las fuerzas de paz de la ONU" en la historia.

Una testigo extranjera definió a la situación como "el apocalipsis". "Las calles están llenas de gente", señaló.

Al menos 23 cascos azules murieron durante el terremoto: el gendarme argentino Gustavo Gómez; 11 militares brasileños; ocho soldados chinos y tres jornados.

Gritos en la noche
Cuando pocas horas después del sismo se hizo de noche en Haití, la gente se quedó en las calles. Se registraron más de 20 réplicas fuertes. La tierra se movía cada vez con mayor fuerza. Los edificios de varios pisos se vinieron abajo, sepultando a sus habitantes. Los autos quedaron aplastados, las calles se abrieron en profundas grietas, los postes de luz y teléfono se derrumbaron. En medio de la oscuridad de la noche, las personas cavaban desesperadas con las manos entre los escombros para liberar a sus familiares atrapados.

Con este panorama desolador, se desencadenó una ola de ayuda económica mundial. El Fondo Monetario Internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial, las Naciones Unidas, la Unión Europea (UE) -presidida este semestre por España-, Estados Unidos e instituciones internacionales se movilizaron para ayudar a la población haitiana. Ayer partió desde la Argentina un Hércules con con recursos humanos y elementos para ayudar a ese país. (Télam-DPA-Reuters)

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