La presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, defiende la creación del Fondo del Bicentenario y el uso de las reservas del Banco Central para hacer frente a los vencimientos de la deuda externa. Pero en 2002, cuando era senadora por Santa Cruz, opinaba exactamente lo contrario. En junio de ese año, junto al riojano Jorge Yoma y a otros legisladores del peronismo, pidió al Poder Ejecutivo -encabezado por Eduardo Duhalde- y al BCRA -que presidía Mario Blejer, el candidato del gobierno actual para reemplazar a Martín Redrado- que se abstengan de disponer de las reservas monetarias, según un informe del diario Crítica de la Argentina. Eran los días del corralito y del corralón. Los senadores peronistas ejercían una celosa marca personal sobre los pasos de Duhalde, defendiendo a rajatabla el rol de contralor del Congreso y la independencia del Central. En los fundamentos del proyecto de comunicación 1262/02, los firmantes -Cristina, Yoma y otros- advierten sobre las dificultades de acceder a un financiamiento ventajoso. Y le achacan a Duhalde que se refugiaba en la alternativa de usar las reservas. Por esos días la senadora Cristina Kirchner defendía el rol de los parlamentarios, así como también las atribuciones y las competencias del BCRA. "El Congreso ha delegado facultades en el Banco Central, ya que lo creó como organismo descentralizado con total independencia de subordinación al Ejecutivo", decía el documento que firmó Cristina.