

Suena muy científico. A química orgánica, a clonación, a ácido desoxirribonucleico (ADN). Y comprende todo eso, pero apunta a lo humanístico.
Se aplica -o debería aplicarse- a la vida cotidiana. Le compete no sólo a médicos y científicos, sino a todas los que de una u otra manera influyen sobre la vida de otros. Se trata de la Bioética, una de las materias que se dictan en las carreras de Medicina y Odontología de nuestra Universidad.
Graciela Castillo es bioquímica y coordina la Comisión de Bioética que se formó en 2006 en nuestra casa de altos estudios y que investiga el grado del saber ético en diferentes cursados. Junto a Gabriel Orce, médico e investigador, explicaron la implementación de esta novedosa currícula en otras facultades y también en los institutos de nivel básico y medio que la Universidad posee.
“Tratamos con la ética en la vida. Se pone en discusión las acciones del ecosistema de los seres vivientes con el medio ambiente. Se enfoca la moral, sobre cómo enfrentar un problema y tratar de preservar los derechos que tiene el hombre aunque también su entorno”, sintetizan ambos profesionales en relación a este saber, en el marco de la XI Reunión de Investigación en Ciencias de la Salud que se llevó a cabo hace unos días en el Centro Cultural Virla.
-¿Qué rol cumple en la universidad?
Graciela Castillo (C): Es fundamental para la formación. Un alumno sin conocimientos bioéticos se convierte en un profesional netamente técnico. Un ejemplo que suelo mencionar tiene que ver con ciertos médicos que una vez experimentaron con personas enfermas. Ese grupo había decidido no darles medicamentos para conocer la evolución de su enfermedad. Eran profesionales que tenían en mente sólo la parte técnica sin pensar en esos seres que se estaban muriendo. Un profesional formado en bioética debe respetar al ser humano. En la Facultad de Medicina, se plantea al alumno situaciones en donde debe decidir ante ciertos dilemas con los que va a encontrarse en el ejercicio de su profesión.

-¿Qué clase de situaciones son las que se les plantean a esos alumnos?
C: Por ejemplo, cuando debe decidir si debe quitar o no el respirador artificial a una persona con muerte vegetativa. Un ejemplo es el caso de una mujer de Estados Unidos que llevaba años en esta situación, que ya nunca iba a curarse y que tenía respirador. Sus padres pidieron que se lo retiren y las autoridades del hospital se negaban hasta que una Corte Judicial ordenó la extracción para dejarla morir dignamente.
Entonces hablar de bioética puede terminar en el debate de eutanasia...
C.: El caso de esta chica, Karen Ann Quinlan, abrió el debate acerca de los soportes vitales que asisten a las personas prácticamente muertas. La Bioética, además, plantea muchos otros problemas.
Gabriel Orce (O): El significado que habitualmente se le da al término eutanasia tiene que ver con situaciones en las que una persona permite que otra muera o cuando se la ayuda a morir. La cuestión es ¿qué pasa cuando ya está médicamente muerta y se la mantiene viva funcionando mecánicamente durante años? Esa persona no va a recuperarse nunca y si le quitan toda la asistencia que tiene inmediatamente se muere. Si la intención es usar su corazón para un trasplante, y por eso se debe mantener al cuerpo funcionando con ayuda externa, bienvenido sea. Pero se abre el debate con pacientes que llevan 10 años asistidos, por ejemplo. Esos recursos que mantienen el corazón funcionando, se podrían utilizar en otros que sí tienen posibilidad de seguir viviendo y que a veces mueren por falta de asistencia mecánica.

-¿Qué otros dilemas se plantean?
C.:En general tienen que ver con los valores que se tienen en cuenta a la hora de aplicar ciertas técnicas. Aunque hay que decirlo: esos valores se traen desde chico, se forjan en la casa. Hay carreras que necesitan de la Bioética. Estamos tratando que se incorpore en el ciclo básico mediante los resultados de una investigación que estamos realizando. En Rosario ya tienen incorporada la materia en los primeros grados del ciclo básico.
-¿Cómo son los debates luego de las clases de Bioética en Medicina?
C: Muy interesantes, porque la idea es presentarle al alumno situaciones que tenga que resolver. A los chicos les encanta. Yo creo que son un semillero excelente para empezar con la Bioética. Cursan el segundo año de las carreras, pero creo que debe enseñarse desde mucho antes, porque la formación de la personalidad moral es entre los 12 y 20 años para los varones y entre los 12 y 18 años para las mujeres. Ahí es cuando se consolida la personalidad
moral.
O: El problema es que, aún si lo tuviésemos en el primer año de carrera, sería tarde. Deberíamos haber empezado por lo menos cinco años atrás cuando el chico está totalmente receptivo a su formación moral. Con todo, lo que podemos hacer desde la Universidad es empezar desde muy temprano con la formación bioética. La última etapa de la carrera de Medicina logra que el profesional esté dominado por consideraciones meramente técnicas. Por eso se plantea formar al médico humanísticamente. Desde temprano. La Bioética debe ser el tejido conectivo de la universidad.







