Temblores interiores en el poder

El gobernador ajusta su estrategia de lealtades. La llamada que no pudo recibir Redrado. Pactos y reuniones con dirigentes aliados y afines.

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Marcelo Aguaysol
Por Marcelo Aguaysol 07 Enero 2010

No era una mañana como cualquier otra. La intensa lluvia causó daños en distintos puntos de la provincia. También en la Casa de Gobierno. Un funcionario de primera línea preguntó por qué Martín Redrado no atendía las llamadas. El gobernador no tenía palabras. Estaba en otra. El presidente del Banco Central era blanco de los dardos kirchneristas porque osó revelarse ante las políticas que instrumenta la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. José Alperovich no pudo hacer nada. Ni siquiera levantar el teléfono para saber qué sucedía con aquel hombre con el que -semanalmente- suele charlar telefónicamente para intercambiar ideas y proyectos acerca del rumbo económico nacional.
No fue una jornada fácil para el mandatario que ahora deberá optar sobre si le conviene aferrarse a Redrado o seguir siendo el soldado leal de la causa kirchnerista, en el año de las renovaciones de lealtad política en la provincia. Alperovich está atravesando por un proceso de definiciones acerca de sus aliados. Antes de que se cerrara la semana pasada, el gobernador reunió a los hermanos José Fernando y Juan Enrique Orellana para saber qué intenciones políticas tienen con las reuniones que, a menudo, realizan en territorio famaillense. "Somos leales a su proyecto político", cuentan que respondieron casi a coro, no sin antes discutir quién era el que debía darle explicaciones al mandatario acerca de los encuentros.
La afinidad y la condescendencia con la Casa de Gobierno parece ser la moneda de cambio para los intendentes y para los comisionados rurales que quieran seguir gozando de la asistencia financiera del Poder Ejecutivo. Y este es un momento de pactos. Es posible que hoy se firme el acuerdo para renovar el financiamiento al interior. Los jefes municipales y comunales tendrán ante sí otro banquete para ejecutar obras y hasta pagar los salarios a los empleados de cada jurisdicción.
A los $ 750 millones que se otorgaron en 2009 se le pueden agregar partidas por entre un 10% y un 15% para este año. Es el mínimo precio de la inflación no reconocida oficialmente por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Alperovich les pedirá paciencia a los dirigentes territoriales. Durante el primer semestre del año no habrá tanta inyección dineraria como para satisfacer las necesidades de trabajos públicos en la capital ni en el interior. Todas las fichas están puestas en el paño de los últimos seis meses de este año, cuando la economía argentina -si es que no hay sorpresas ni escándalos políticos- pueda encarrilarse en la vía del crecimiento.
Cuentan en la Casa de Gobierno que el gobernador aspira a contar con una tercera máquina pavimentadora para reforzar los programas de obras en el interior. Sería la tercera máquina que integraría el parque automotor pesado afectado a municipios y a comunas rurales. La carestía de fondos y de ayudas federales llevaría al Ejecutivo a utilizar el sistema de leasing. Por ahora todo esto está en los papeles. 2011 acelerará los planes de inauguración de obras.

Los rescatados
Los Reyes Magos pasaron ayer por la casa de Alberto Herrera. Desde mañana, el caudillo de Leales pasará a integrar el organigrama oficial como secretario de Asuntos Sociales del Ministerio del Interior.
Alperovich necesita al peronismo aglutinado para la pelea electoral que se viene. Herrera ha dejado de ser diputado nacional, pero ahora tiene cabida en la estructura alperovichista. Germán Alfaro puede tener la misma suerte de su ex par en el Congreso. En el seno del Poder Ejecutivo afirman que es posible que en los próximos días Alfaro y algunos emisarios de Alperovich intercambien puntos de vistas y subsanen viejas rencillas.
Quien parece que no correr la misma suerte es el ex gobernador Julio Miranda. El ex senador nacional se proclama como el referente tucumano del peronista disidente Eduardo Duhalde. Su relación con el mandatario no termina de clarificarse. En público parecen verdaderos contendientes políticos. En privado siguen profesándose amistad.
Pese al verano, hay movimiento en la Casa de Gobierno. Estas son épocas en las que el oficialismo trata de definir su estrategia electoral. La política no se toma vacaciones, indican en el Gobierno. Tener a la tropa coordinadamente preparada para lo que se viene puede contribuir a pasar cualquier período malo, sea este político o económico.
Alperovich teje y desteje alianzas. Busca consolidar pilares políticos y electorales que le ayuden a pasar un período signado por los temblores institucionales.

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