23 Noviembre 2009
La construcción de un movimiento social, político y cultural a gran escala es una posibilidad concreta, según entienden los integrantes de la delegación tucumana que participaron durante el fin de semana en Neuquén del "Encuentro Nacional 'Pensamiento y Acción para la Unidad Popular': hacia una Constituyente Social".
El debate, que contó con la presencia del referente de la Central de Trabajadores Argentinos, Víctor de Gennaro, fue extenso. "El diálogo está encauzado para imaginar de qué modo contagiamos y sumamos a la Constituyente al vecino de al lado, que es lo que más está preocupando a las organizaciones barriales", relató Leonor Cruz, referente de la Asociación Civil Crecer Juntos, de Tucumán. "En Argentina no hay espacios reales para que los ciudadanos podamos discutir estrategias de construcción y convocatoria. Por otra parte, ninguno tiene todavía la llave para saber cómo seguir. Eso se alumbrará en una creación colectiva; estamos construyendo algo inédito", añadió.
Salvador Aguiano, de la CTA-Tucumán, fue contundente. "Estamos convencidos de que si tuvimos las herramientas para organizarnos territorialmente en el barrio, en la universidad, o en el sindicato, podemos trasladar esa experiencia organizativa a una iniciativa popular que le dé salida a este país, encorsetado en una lucha del poder", planteó. Guillermo Burckwardt, representante de ATE-Tucumán y trabajador de la salud autoconvocado por el hospital Avellaneda, inmiscuyó el conflicto con el gobierno de José Alperovich en las jornadas. "El debate giró en torno a cómo las instituciones se pueden coordinar o no con la lucha social. Y hablamos de la necesidad de que los trabajadores se provean de herramientas que les permitan acceder a los lugares de poder y a las instituciones", sostuvo.
El debate, que contó con la presencia del referente de la Central de Trabajadores Argentinos, Víctor de Gennaro, fue extenso. "El diálogo está encauzado para imaginar de qué modo contagiamos y sumamos a la Constituyente al vecino de al lado, que es lo que más está preocupando a las organizaciones barriales", relató Leonor Cruz, referente de la Asociación Civil Crecer Juntos, de Tucumán. "En Argentina no hay espacios reales para que los ciudadanos podamos discutir estrategias de construcción y convocatoria. Por otra parte, ninguno tiene todavía la llave para saber cómo seguir. Eso se alumbrará en una creación colectiva; estamos construyendo algo inédito", añadió.
Salvador Aguiano, de la CTA-Tucumán, fue contundente. "Estamos convencidos de que si tuvimos las herramientas para organizarnos territorialmente en el barrio, en la universidad, o en el sindicato, podemos trasladar esa experiencia organizativa a una iniciativa popular que le dé salida a este país, encorsetado en una lucha del poder", planteó. Guillermo Burckwardt, representante de ATE-Tucumán y trabajador de la salud autoconvocado por el hospital Avellaneda, inmiscuyó el conflicto con el gobierno de José Alperovich en las jornadas. "El debate giró en torno a cómo las instituciones se pueden coordinar o no con la lucha social. Y hablamos de la necesidad de que los trabajadores se provean de herramientas que les permitan acceder a los lugares de poder y a las instituciones", sostuvo.
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