26 Septiembre 2009
"EL PAIS QUE VIENE". Solá visitó LA GACETA y analizó el camino hacia 2011. LA GACETA / OSCAR FERRONATO
Es uno de los primeros desencantados del kirchnerismo. Quizá por su condición de ex, para Felipe Solá no existen términos medios. Es extremadamente inflexible con el pasado reciente y abiertamente optimista con respecto al futuro. "Hemos estado atados hasta ahora, pero creo que todo tiene un fin", augura el diputado electo.
El ex gobernador bonaerense visitó LA GACETA, donde fue recibido por el gerente General, José Pochat, y por el secretario General de Redacción, Carlos Abrehu. Acompañado por los ex diputados del PJ Julio Díaz Lozano y Florencio Aceñolaza, ofreció una charla en la FET titulada "El país que viene". Precisamente, Solá vislumbra un futuro sin los Kirchner en el poder.
"En estos meses creció la conciencia acerca de la necesidad de estar unidos alrededor de una agenda común que, me atrevo a decir, la aprobaría gente del oficialismo si pudiera decidir. Y yo creo que el año que viene la política puede estar en dos lugares. En la calle, si es que tenemos una nueva caída económica, porque esa bronca que no maneja nadie puede generar cambios políticos. Si no, será el Congreso el que asuma la centralidad de la discusión política", pronosticó. Luego, aclaró que ese protagonismo que asumirá la nueva composición parlamentaria en nada incidirá en la gobernabilidad. "Eso no será una responsabilidad del Parlamento. El Ejecutivo nacional, además de la no lectura de la derrota, lo que trata es de golpear a la oposición de una manera espectacular. Violenta las relaciones políticas", bramó Solá.
Aliado de Mauricio Macri y uno de los primeros en adelantar su intención de ser candidato a Presidente en 2011, el bonaerense dice que hay conductas dramáticas en la sociedad. "Una es acostumbrarse a que tengamos un rey que decide quién recibe plata y quién no, sin más derechos. Hay un sometimiento general, en especial de los argentinos con responsabilidades, a esa idea de que tenemos que andar bien con una persona que, por gracia de Dios, nos envía lo que nos corresponde. No existe más la idea de independencia del pueblo. Si volviésemos al 24 de setiembre de 1812 y fuese Kirchner el que comandara la junta, el pueblo de Tucumán no hubiese podido levantarse y decirle a Belgrano 'no te vayas a Córdoba, vamos a dar batalla'", ironizó. "Ese retroceso fenomenal de la conciencia se lo debemos a Kirchner, convertido en un segundo Rosas en el mal sentido de la palabra: un caudillo unitario que parecía federal", dijo.
Solá no ahorró en críticas a los gobernadores peronistas que, como José Alperovich, vencieron en sus distritos en junio. "Esperé que plantearan un cambio en las relaciones del poder, que dijeran a Kirchner 'hay que procesar la derrota' y que generaran un cronograma diferente. Pero hicieron todo lo contrario; ni siquiera se juntaron, y si lo hicieron fue en silencio. Yo me pregunto cuánto tiempo van a aceptar ser recordados así. Algunos consiguen ventajas, seguramente, porque obtienen más plata. Si a un gobernador le va bien en su provincia y consigue más recursos, no se mete con lo que pasa en la Nación. Pero así no hay derechos: hay relaciones", alertó.
El ex gobernador bonaerense visitó LA GACETA, donde fue recibido por el gerente General, José Pochat, y por el secretario General de Redacción, Carlos Abrehu. Acompañado por los ex diputados del PJ Julio Díaz Lozano y Florencio Aceñolaza, ofreció una charla en la FET titulada "El país que viene". Precisamente, Solá vislumbra un futuro sin los Kirchner en el poder.
"En estos meses creció la conciencia acerca de la necesidad de estar unidos alrededor de una agenda común que, me atrevo a decir, la aprobaría gente del oficialismo si pudiera decidir. Y yo creo que el año que viene la política puede estar en dos lugares. En la calle, si es que tenemos una nueva caída económica, porque esa bronca que no maneja nadie puede generar cambios políticos. Si no, será el Congreso el que asuma la centralidad de la discusión política", pronosticó. Luego, aclaró que ese protagonismo que asumirá la nueva composición parlamentaria en nada incidirá en la gobernabilidad. "Eso no será una responsabilidad del Parlamento. El Ejecutivo nacional, además de la no lectura de la derrota, lo que trata es de golpear a la oposición de una manera espectacular. Violenta las relaciones políticas", bramó Solá.
Aliado de Mauricio Macri y uno de los primeros en adelantar su intención de ser candidato a Presidente en 2011, el bonaerense dice que hay conductas dramáticas en la sociedad. "Una es acostumbrarse a que tengamos un rey que decide quién recibe plata y quién no, sin más derechos. Hay un sometimiento general, en especial de los argentinos con responsabilidades, a esa idea de que tenemos que andar bien con una persona que, por gracia de Dios, nos envía lo que nos corresponde. No existe más la idea de independencia del pueblo. Si volviésemos al 24 de setiembre de 1812 y fuese Kirchner el que comandara la junta, el pueblo de Tucumán no hubiese podido levantarse y decirle a Belgrano 'no te vayas a Córdoba, vamos a dar batalla'", ironizó. "Ese retroceso fenomenal de la conciencia se lo debemos a Kirchner, convertido en un segundo Rosas en el mal sentido de la palabra: un caudillo unitario que parecía federal", dijo.
Solá no ahorró en críticas a los gobernadores peronistas que, como José Alperovich, vencieron en sus distritos en junio. "Esperé que plantearan un cambio en las relaciones del poder, que dijeran a Kirchner 'hay que procesar la derrota' y que generaran un cronograma diferente. Pero hicieron todo lo contrario; ni siquiera se juntaron, y si lo hicieron fue en silencio. Yo me pregunto cuánto tiempo van a aceptar ser recordados así. Algunos consiguen ventajas, seguramente, porque obtienen más plata. Si a un gobernador le va bien en su provincia y consigue más recursos, no se mete con lo que pasa en la Nación. Pero así no hay derechos: hay relaciones", alertó.