29 Agosto 2009
EJEMPLO. Cafiero Instó a respetar la memoria de los dirigentes desaparecidos. LA GACETA / OSVALDO RIPOLL
A lo largo de 38 minutos intercaló anécdotas del pasado con críticas del presente. Lúcido, locuaz y polémico, Antonio Cafiero arrancó lágrimas y hasta carcajadas en un público invadido por los recuerdos. Fue anoche, en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno, durante un homenaje a militantes desaparecidos y a ex presos políticos.
Organizado por el Poder Ejecutivo y por la Fundación Tiempo de Memoria, en consonancia con el Día Internacional del Detenido-Desaparecido, el ex ministro de Economía durante el gobierno de María Estela Martínez de Perón, tuvo tiempo de impregnar de peronismo la sala y de anticipar que concurrirá a declarar como testigo en el segundo juicio por violaciones a los derechos humanos cometidos durante el último gobierno militar, que afrontarán Antonio Domingo Bussi y Luciano Benjamín Menéndez desde mediados de setiembre.
"Por supuesto, pero eso ya está recontra juzgado. Ahora esto es traído de los cabellos, pero me voy a presentar", adelantó a la prensa el ex gobernador de Buenos Aires. "Esto es cosa juzgada", repitió luego, antes de interpretar el texto del decreto 261/1975 que firmó, en su rol de ministro, el 5 de febrero de 1975. "Aniquilar es suprimir la fuerza del adversario, y eso ya está suficientemente discutido", dijo.
Resistencia
Cafiero fue el responsable de entregar diplomas a los familiares de desaparecidos y a los ex presos políticos presentes. Uno de los recordados fue, por ejemplo, el ex gobernador Amado Juri (recibió el diploma su sobrino, el legislador Fernando Juri Debo).
El ex ministro de Comercio Exterior de la Nación (entre 1952 y 1955) giró su alocución en torno de la resistencia. Planteó que los peronistas debían reconocer que el movimiento nació desde el poder y que, por eso, muchos se preguntaban cómo reaccionarían los peronistas en la adversidad.
"Cuando me preguntan cuál fue el mejor cargo que ocupé, siempre digo que el haber sido un preso político durante la dictadura", afirmó. "'Haga su cama; póngase firme; tiene permiso para ir al baño'. Dejamos de ser personas, pero eso nos iba creando el sentido de la resistencia", reflexionó. E inmediatamente se preguntó. ¿"Qué es lo que mantenía viva la llama del peronismo en las épocas negras? Porque la persecusión que sufrió el peronismo no tiene precedentes en la historia mundial. Lo que lo mantuvo vivo fue el testimonio de lucha que dieron ustedes. Por eso hasta hoy somos todos los que somos", soltó casi en tono de desahogo en medio de los aplausos de familiares de desaparecidos y de los ex detenidos políticos.
A partir de allí, Cafiero se adentró en las raíces distintivas del justicialismo. "Al peronismo hay que juzgarlo por el sentimiento que despierta. A nosotros nos une una cosa muy distinta a la doctrina. Por eso siempre digo que el peronismo tiene algo de cuasireligión, porque en el fondo es un acto de fe", planteó. "Los jóvenes, si no se inspiran en el ejemplo de ustedes, no serán buenos peronistas. No hay movimiento ni fuerza política que haya resistido lo que resistió el peronismo. Nos volvimos maestros en resistencia", arengó.
Tuvo tiempo también para repartir críticas hacia los detractores del peronismo y hasta para insinuar su enojo con el kirchnerismo. "Encabezamos la lista de los mártires y nos quieren hablar de violencia. Perón privilegió la paz entre los argentinos. Por eso cuando volvió después de 18 años de exilio no quería revancha, sino que vino a buscar la reconciliación. Lástima que no se sigan sus ejemplos. No tuvo discípulos, porque sino el país hoy sería otro; los argentinos estamos otra vez peleados por no seguir los consejos de Perón", rezongó. Casi al final, Cafiero hizo la primera pausa de su larga reflexión. Levantó la mirada y se dirigió hacia un público visiblemente atrapado. "Que su cautiverio sea la raiz, la semilla de la que surja el verdadero peronismo. Sólo así el sacrificio que ustedes hicieron no será estéril", cerró, antes de tomar el primer y único sorbo de agua.
Organizado por el Poder Ejecutivo y por la Fundación Tiempo de Memoria, en consonancia con el Día Internacional del Detenido-Desaparecido, el ex ministro de Economía durante el gobierno de María Estela Martínez de Perón, tuvo tiempo de impregnar de peronismo la sala y de anticipar que concurrirá a declarar como testigo en el segundo juicio por violaciones a los derechos humanos cometidos durante el último gobierno militar, que afrontarán Antonio Domingo Bussi y Luciano Benjamín Menéndez desde mediados de setiembre.
"Por supuesto, pero eso ya está recontra juzgado. Ahora esto es traído de los cabellos, pero me voy a presentar", adelantó a la prensa el ex gobernador de Buenos Aires. "Esto es cosa juzgada", repitió luego, antes de interpretar el texto del decreto 261/1975 que firmó, en su rol de ministro, el 5 de febrero de 1975. "Aniquilar es suprimir la fuerza del adversario, y eso ya está suficientemente discutido", dijo.
Resistencia
Cafiero fue el responsable de entregar diplomas a los familiares de desaparecidos y a los ex presos políticos presentes. Uno de los recordados fue, por ejemplo, el ex gobernador Amado Juri (recibió el diploma su sobrino, el legislador Fernando Juri Debo).
El ex ministro de Comercio Exterior de la Nación (entre 1952 y 1955) giró su alocución en torno de la resistencia. Planteó que los peronistas debían reconocer que el movimiento nació desde el poder y que, por eso, muchos se preguntaban cómo reaccionarían los peronistas en la adversidad.
"Cuando me preguntan cuál fue el mejor cargo que ocupé, siempre digo que el haber sido un preso político durante la dictadura", afirmó. "'Haga su cama; póngase firme; tiene permiso para ir al baño'. Dejamos de ser personas, pero eso nos iba creando el sentido de la resistencia", reflexionó. E inmediatamente se preguntó. ¿"Qué es lo que mantenía viva la llama del peronismo en las épocas negras? Porque la persecusión que sufrió el peronismo no tiene precedentes en la historia mundial. Lo que lo mantuvo vivo fue el testimonio de lucha que dieron ustedes. Por eso hasta hoy somos todos los que somos", soltó casi en tono de desahogo en medio de los aplausos de familiares de desaparecidos y de los ex detenidos políticos.
A partir de allí, Cafiero se adentró en las raíces distintivas del justicialismo. "Al peronismo hay que juzgarlo por el sentimiento que despierta. A nosotros nos une una cosa muy distinta a la doctrina. Por eso siempre digo que el peronismo tiene algo de cuasireligión, porque en el fondo es un acto de fe", planteó. "Los jóvenes, si no se inspiran en el ejemplo de ustedes, no serán buenos peronistas. No hay movimiento ni fuerza política que haya resistido lo que resistió el peronismo. Nos volvimos maestros en resistencia", arengó.
Tuvo tiempo también para repartir críticas hacia los detractores del peronismo y hasta para insinuar su enojo con el kirchnerismo. "Encabezamos la lista de los mártires y nos quieren hablar de violencia. Perón privilegió la paz entre los argentinos. Por eso cuando volvió después de 18 años de exilio no quería revancha, sino que vino a buscar la reconciliación. Lástima que no se sigan sus ejemplos. No tuvo discípulos, porque sino el país hoy sería otro; los argentinos estamos otra vez peleados por no seguir los consejos de Perón", rezongó. Casi al final, Cafiero hizo la primera pausa de su larga reflexión. Levantó la mirada y se dirigió hacia un público visiblemente atrapado. "Que su cautiverio sea la raiz, la semilla de la que surja el verdadero peronismo. Sólo así el sacrificio que ustedes hicieron no será estéril", cerró, antes de tomar el primer y único sorbo de agua.
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